Prusia

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Imagina como Gilbert se enamoro de ti

Al albino le gustaba mirar a (T/N). Para él, esos muslos anchos y regordetes, ese vientre que se escapaba a las medidas esperadas por la sociedad, y esas mejillas apretables, eran lo más atractivo del mundo. Ahora bien, todo esto, sumado al pantalón rasgado que llevaba la chica, junto con su blusa que dejaba a la vista su ombligo, le hacía delirar. Podía decir, claramente, que el físico de la chica le atraía, en realidad, se le hacía perfecto.

Muchas veces, había quedado mirando sus manos, largo rato, pensando que él sería el único el cual podría abarcar el ser de (T/N), puesto que eran grandes, como ella. Esa tarde era una de esas veces, puesto que se había quedado mirando los nudillos que sostenían el cono de su helado. Escuchaba a la chica parlotear a su lado, pero no podía prestar demasiada atención a lo que decía.

—¿Te encuentras bien, Gilbert?— la voz de ella, junto con un toque en su hombro, hicieron que volviera a la realidad. Rápidamente se irguió y le mostro su clásica sonrisa "yo-lo-puedo-todo".

—¡Claro que sí! Solo estaba pensando en algo— comento, volviendo a retomar su paso. (T/N) volteo a verlo, con esa sonrisa algo burlona, que siempre le derretía.

—¿Tú piensas, querido?— pregunto y, momentos después, comenzaron a pelear y reírse. Siguieron caminando por la acera, sin rumbo, solo hablando y riendo, otras veces tocando timbre de alguna cas ay echando a correr, entre risas y gritos. Todo había estado genial hasta que pasaron delante de un grupo de chicos, quienes se encontraban sentados en el cordón de la acera.

—Dios, qué asco, ¿cómo se puede estar tan gorda?— uno de ellos hablo lo bastante fuerte como para que ambos pudieran escucharlo.

—Creo que si mi novia engordara así, la dejaría...

—Te recomendaría que te alejes de ella, chico, apuesto que en cualquier momento te comerá...

—¡Te aplastara en cuanto te acuestes con ella!

Todas esas frases, y demás, comenzaron a esparcirse, haciendo que la chica detuviera su camino. E rostro sombro de (T/N), hizo que la rabia comenzara a subir por la garganta de Gilbert, quien se volteo, dispuesto a matar a los chicos, que seguían riéndose y apuntando a la muchacha.

—¿¡Como pueden siquiera deci...!?— comenzó, pero antes de que pudiera seguir, un tirón en su brazo, hizo que se detuviera.

—No, espera, de esto me encargo yo— dijo la mujer, mientras daba unos cuantos pasos hacia el frente. El grupo de chicos, habían silenciado, sorprendidos de que la victima respondiera—. ¿Sabes porque estoy gorda, querido? Porque todas las noches, cuando me follo a tu madre, me da una galleta. No te preocupes, querido, cuando tu novia vea lo patán que eres, terminara contigo y se ira con su amigo, el gordito, que sabe cocinar y que siempre estuvo apoyándola... ¡Es cliché!— exclamo. Lentamente, los rostros de varios chicos iban tomando color y apartaban la mirada—. Por cierto, no aplasto a mis amantes, de lo contrario, no tendría la fila que tengo, esperando para meterse en mi cama. Ojala que, algún día, pruebes el sexo con una gorda, no te arrepentirás, pero, espero, que ella sí y luego tengas que andarle rogando como imbécil que eres— y, diciendo esto, dio unos cuantos pasos hacia atrás y le sonrió con superioridad al grupo—. Pueden irse todos a la mierda, queridos. Especímenes como ustedes, no se deberían reproducir.

Nadie dijo nada cuando ella tomo la mano de su amigo y comenzaron a caminar por la acera. Gilbert aun estaba perplejo y, cuando doblaron en la esquina, solo pudo atinar a detenerla. Observándole a los ojos.

—¡Eres asombrosa!— exclamo, sobresaltando a la chica—. ¡Siempre creí que lo eras, pero ahora, aun mas!— y, sin dilaciones, le beso, dejando descubiertos sus sentimientos. (T/N) sonrio n quel beso, sintiéndose feliz y protegida en aquellos brazos que la estrujaban comos i la vida se le fuera en ello.

~*~

¡Hola! Se que tengo un pedido de Rumania y de Austria, pero es que no pude evitar hacer este, luego de un pequeño incidente que tuve el día de ayer. Quiero aclarar que, no solo, a las gorditas nos pasa, si no también a las flacas, pero nadie debería someterse a eso, esta mal. La sociedad se escandaliza cuando una víctima levanta la cara y se defiende, así que, por favor, si eres victima de esto, no te calles y di primero que se te pase por la cabeza. ¡Nada de silencios!


Imaginas {Hetalia}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora