Narra Kiara
Después de un rato, subí a mi cuarto. Había una carta con una bolsa.
Kiara, aquí hay mil galeones para el local. Esperamos que te sirva.
Tu novio y cuñado.
Miré la bolsa. Mil galeones. Llamé a Julia, para que lo supiera. Al día siguiente fuimos a la hora acordada. El señor Mampani ya estaba allí cuando llegamos. Nos sentamos con él y empezó a hablar.
-Bueno, ¿tenéis lo que os falta?-preguntó, arrastrando la voz.
-Sí-Julia puso sobre la mesa diez mil galeones, y yo los otros mil.
Los contó tres veces, antes de darnos un papel.
-Firmad aquí, y el local es vuestro-dijo, haciendo aparecer una pluma. Julia lo leyó y luego me lo dio a mí. No había truco, así que firmamos. Entregamos los once mil galeones y fuimos a el lugar, que ahora era nuestro. Estaba muy sucio.
-Con un buen movimiento de varita, esto quedará muy bien-comentó Julia, mirando el suelo.
Yo miraba las escaleras. Eran de madera. Muy elegantes, a decir verdad.
-¿Qué hay arriba?-pregunté.
-Oh...-dijo el señor- Puede serviros como apartamento. Aunque hay tres habitaciones...
-Tú puedes dormir con Fred, Kiara-me dijo Julia, en voz baja- Verá, nosotras miramos locales para hacer un negocio, pero hay dos chicos que también nos ayudarán, por lo que nos viene de perlas-sonrió.
-Pero dos de vosotros tendréis que dormir juntos-dijo el señor Mampani.
-Uno de ellos y yo somos pareja, así que no hay problema-sonreí yo.
El señor Mampani nos dio las llaves y se fue, dejándonos solas en el enorme local.
-Tendremos que empezar nosotras solas, no creo que Fred y George trabajen mucho-rió Julia.
Saqué mi varita y subí, para limpiar arriba, mientras Julia se encargaba de la planta baja. El apartamento era bastante grande, y si se organizaba bien sería espacioso. Cuando el hechizo finalizó su trabajo, lo miré todo mejor. Las paredes del enrome salón tenían una pintura azul cian, con sofás negros. Habían dos enormes ventanas, las que servían como sofá también. La cocina era amarillo chillón, a lo que rápidamente respondí, cambiando la pintura por una verde pastel, casi blanca, mientras hacía una mueca de asco. Entré en la primera habitación. Era azul marino, con una cama de dos personas. Había un escritorio frente la ventana, que daba al Callejón Diagón. Al lado de éste, había un gran armario que podría ser la entrada a Narnia... Sí, me leí ese libro... Entré en otra de las habitaciones. Era blanca, con una ventana enorme. Supongo que a Julia le gustaría esta habitación. La que quedaba era blanca, con una ventana del tamaño de las del salón. Había un armario empotrado. Era enorme. A George le encantaría.
-Me pido la del medio-dijo Julia-apoyándose en el marco de la puerta.
-Lo sabía-reí.
Volvimos a casa y escribí una carta a Fred, contándole todo. Cuando me respondió ya era de noche. Su respuesta fue que, según lo que se había imaginado, le encantaba. Me dijo que la semana que venía, el viernes sería la broma final. Una semana. Tenía ganas de que pasara de una vez, y poder ver a Fred. Alguien entró a mi habitación. Miré en dirección al intruso.
-¿Te importa?-preguntó Bill.
Negué y me hice a un lado de la cama, para que se sentara conmigo.
-Te noto raro-comenté.
Bill se dejó caer del todo en la cama y me miró. Me eché a su lado.
-Creo que las cosas con Micaela no van bien-dijo, algo triste- Antes de estar con Ila, duramos casi diez años juntos, pero... Ahora... No sé que va mal... Y me destroza, ¿sabes? Me siento impotente al no sabes que pasa...-suspiró- He intentado hablar con ella, pero no quiere... Se muestra distante...
-¿Has sopesado la idea de...? Bueno... Que haya otro...-pregunté, algo miedosa.
-No creo que ella sea capaz de hacerme eso... Creo que le doy la felicidad que necesita... No...-se quedó helado. Se sentó de golpe y se llevó las manos a la cara- No pensé que ella fuera capaz de hacerme eso-se curvó y empezó a sollozar.
Le abracé.
-Bill, no sabes si...
-Sí, Kiara-apoyó la frente en mi hombro- Me has dicho eso, y un puzzle se ha formado en mi mente, Kiara... Todo concuerda...
-Bill, tu madre dice que...-Micaela se calló al vernos- Bill, ¿qué haces?
-¿Podemos hablar?-preguntó Bill.
-Claro, ven-dijo la chica.
-No, quiero hablar aquí-dijo él. Micaela se sentó- ¿Tú... Tú me quieres?-la chica asintió-¿Y... Tú... Me serías infiel?-preguntó.
-Bill, ¿a qué viene eso?-preguntó, con una sonrisa falsa.
-Micaela...
La chica miró al suelo.
-Vale... He estado quedando con un chico, pero no hay nada entre nosotros...
Bill se levantó y cerró la puerta de un portazo. Micaela salió tras de él después de unos segundos de confusión. Yo bajé lentamente hasta el salón.
Narra Karen
Estaba en casa con mis hijos y marido. Ya se lo había contado, y lo habían entendido. Después de acostar a Altair, me fui a acostar. En vez de acostarme en la cama, me eché encima de Gacrux y empecé a besarle. Después de un rato me dormí. Me desperté. No sabía por qué, pero estaba algo mareada. Sin querer, me vino a la mente mis dos embarazos, sus resultados y lo que hice anoche (e.e). Intenté olvidarme de ello y bajé a desayunar. Hoy Gacrux llevaría los niños a casa de su hermana, ya que Narcissa me había dicho que, por la seguridad de mis hijos, no les llevara ahí, ya que habrían muchos mortífagos, a parte de su jefe en persona. Paré al autobús Noctámbulo para subirme, me puse los cascos muggles y empecé a oír música, más concretamente, Ever Dream, una de mis favoritas. Cuando llegué al Ministerio, entré quitándome los cascos. Se me ocurrió una idea, algo peligrosa. Fui al despacho del jefe. Di un toque y entré.-Jefe, tengo algo importante que decir-le dije.Al final no nos habían despedido, a cambio de mandarnos a misiones más peligrosas. -Empieza, Burrows.-Vale-me senté en la mesa- Me he infiltrado por mi cuenta en el bando de los mortífagos. Puedo traer mucha información, a parte de la que ya sé.El jefe se incorporó, apoyando los codos en la mesa de abeto. -¿Qué puedes contarme?-preguntó.-Nombres, ubicación, ideas, rumbos, ataques y "rehenes"-dije, haciendo comillas con las manos en la última palabra.-Y, dime, Burrows, ¿por qué te has infiltrado sin orden?-Porque por su culpa, mi padre desapareció casi dieciocho años. Y me han amenazado, diciendo que si no, mataría a toda mi familia. Y, créame, ellos no se andan con chiquitas-le dije.-Según tengo entendido, tu padre era un mortífago-noté nerviosismo en su mirada- No quiero decir que por eso se lo merezca más o menos, pero... Además, Burrows, pensé que eras más inteligente... Y sádica-me miró de arriba hacia abajo- Podrías haberlos matado a todos tú sola y sin problemas.-Pero hay más mortífagos, señor. Lo sabrían...-me di la vuelta, y antes de salir me giré de nuevo- Y por cierto, mi padre es un desertor, regístrelo.Cerré la puerta tras de mí, sin hacer mucho ruido. Bajé a mi despacho, no sin antes mirar por el de Amy y el de Ila.
*-*-*
La canción:
http://www.youtube.com/watch?v=lcfyl3dJk5U
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Fred y George y las hermanas Black
FanfictionLas dos hermanas Kiara y Julia Black, sobrinas del conocido prófugo, Sirius Black, conocerán a los dos gemelos más traviesos de todo Hogwarts. Ellas aprenderán de los gemelos, y viceversa, a lo largo de todo su trayecto escolar. Las dos Gryffindor...