Capítulo 104

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Narra Julia

La Orden y varias personas nos habíamos ido unos días a Irlanda. Mis hermanas y yo prestamos nuestra casa para quedarnos. Vivíamos en un pequeño pueblo llamado Howth. Howth está situado en la península del cabo de Howth, a 13 kilómetros de Dublín, al norte. La aldea, que ocupa casi todo el Cabo de Howth, se encuentra a 15 kilómetros del centro de la capital. Al estar tan cerca del mar, este elemento se había vuelto necesario y parte de mi vida y de la de mis hermanas. Era ya de noche. Estaba completamente sola, paseando por la playa, cuando decidí subirme a una roca. Ya llevaba unos minutos ahí, sentada, escuchando las olas romper en la arena. Simplemente admiraba el horizonte, que, unos minutos más tarde, empezó a teñirse de naranja. Amanecía. Aunque yo me quedé ahí... Estaba tan a gusto... Seguro que en la Orden se preocuparían por mí, pero me daba igual, yo estaba tranquila. El sol empezó a salir tras el mar, y yo me quedé mirándolo, aunque me hiciera daño en la vista. Minutos más tarde, alguien se sentó a mi lado.

-Llevas horas fuera-me dijo una voz calmada.

-Lo sé...-suspiré.

-Tienes a la Orden preocupada... Sobre todo a tus hermanas...-me reprochó Eileen. Me encogí de hombros, mirando el mar- Supongo que te da igual-dijo con una sonrisa- ¿Sabes? Yo crucé este mar-me dijo después de lo que me parecieron minutos- Salí desde aquí precisamente, y llegué al puerto, sin descansar ni una sola vez. Algunas cosas desconocidas rozaban mis pies desnudos, pero no me asusté, puesto que ni lo notaba, ya que tenía la mente en otro sitio... No estaba cansada. Llegó un punto que, mi mente y alma estaban tan separadas de mi cuerpo, que no sabía ni donde estaba... Cuando me di cuenta de que ya llevaba un rato pensando, miré atrás. Casi todo el camino estaba hecho, solo me quedaban unos diez metros-me relató. 

-El puerto está algo lejos para ir nadando-sonreí.

-Lo sé, pero yo no me rendí. Luché... O más bien nadé por lo que quería-reímos- Allí me recibió un hombre, alguien con quién había estado saliendo, pero nunca lo tomamos realmente en serio... Paul... Me casaría con él dos años más tarde...-Eileen sonrió- ¿Sabes por qué lo hice?-¿Para despejarte y ejercitar?-pregunté burlona.

-No-rió ella- Quería auto-demostrarme que si quería algo, lo conseguiría... Que si se me antojaba algo, lo conseguiría... Que si quería a alguien, haría lo posible para conseguirle...-dijo más bajito- ¿Sabes quién se ha lanzado hoy?-negué con la cabeza- Ese chico, Oliver. No se ha lanzado físicamente, pero hará lo posible para recuperarte, aunque tus motivos hayan sido inteligentes. Él sabe que, si realmente le amaras, no importaría el trabajo, que los sueños también se pueden compartir... Y la cama-me dio un codazo pícaramente- Y él sabe que si realmente le amaras, no te acostarías con otros...

-Yo solo me he acostado con Noah... Y fue el calentón del momento-me excusé.

-¿Sabes? Días después de conocer a Paul, un gran hombre también intentó cortejarme... Le rechacé, porque sabía que amaba a Paul...-suspiró- Además, que yo sepa, este chico, Bill... Con él también estuviste, en tu anterior ruptura...

Asentí.

-Pero...-me interrumpió. 

-Pero fueron varias veces... Él también te ama, aunque quiere que seas feliz... Y él también será feliz...-nos quedamos calladas un rato- Disparos certeros siempre dan en el objetivo-sonrió ella.Miré el sol, que ya tenía unos milímetros de separación con el mar. Miré a donde estaba Eileen, pero había desaparecido. Miré al puerto, y luego debajo de mí. Había varios metros de agua debajo. Vivir tan cerca del mar, y venir aquí siempre cuando era niña me había ayudado a calcular eso. Puse mi mirada una última vez en el puerto. 

Fred y George y las hermanas BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora