Capítulo 92

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Narra Karen

Estábamos en San Mungo. Le había dicho a Gacrux que tenía molestias e insistió en venir. Después de un rato, entramos. Le expliqué los síntomas a la medimaga y me hizo algunas pruebas. Mientras me tomaba el pulso, me preguntó algo un poco raro.

-Señorita Black, ¿usted a estado embarazada?-asentí.

-Dos veces-dijo Gacrux.

-Vale...-suspiró ella.

Me quitó la mano de la muñeca y se giró para mirar al reloj raro que tenía colgado. No entendía nada, pero si a ella le gusta (porque no creo que lo entienda)...

-¿Y bien?-pregunté, después de un rato.

-Señores, ustedes serán padres-sonrió la chica.

El mundo se me derrumbó encima. No es que no me alegrara de tener un bebé, sino... ¿Qué haría ahora, teniendo a los mortífagos casi encima de mí?

Narra Julia

Estaba medio dormida encima del pecho de Oliver, cuando alguien entra de golpe.

-¡Julia!-grita Kiara- ¡Corre!-sale disparada de la habitación.

Estaba algo confundida, ya que me estaba dejando dormir y aparece ella... Luego hablaremos... pensé para mis adentros. Me vestí y bajé. Desde el umbral de mi puerta podía oír los gritos de la señora Weasley a alguien.

-¿Y ahora que haréis con vuestra vida, eh? ¡Deberías pensar en que nosotros no podemos manteneros!-gritaba a los gemelos.

-Tranquila, mamá-dijo Bill- Según me ha dicho Kiara, tienen un plan B-la intentó calmar.

-¿Tú lo sabías?-gritó y me miró a mí y a Kiara- ¿Y vosotras también?

-Señora Weasley, yo solo sé que hemos buscado un local para montar una tienda a final de curso, y que iban a hacer una broma final, pero no me imaginaba que harían esto-le dije yo.

-¡Hablando del local!-comentó George.

-¿Vamos a verlo?-preguntó Fred.

Kiara y yo asentimos. Hice aparecer las llaves en mi bolsillo, ya que me daba pereza subir a cogerlas a mi cuarto. Las saqué y las agité. Kiara hizo un movimiento con las manos para que fuéramos. Nos aparecimos en el Callejón Diagón. Ellos sabían donde eran, hasta habían informado a los alumnos según nos dijeron, pero no sabían como era. Cuando lo vieron por fuera pusieron cara indiferente. Abrí y entramos.

-¿Esto es otra cosa, eh?-pregunté, burlona, al ver sus caras sorprendidas.

Asintieron, sorprendidos.

-Vamos al apartamento-dijo Kiara.

Cogió la mano de Fred y subió rápidamente. Miré a George y empezamos a reír, para luego subir.

 -Y este es el apartamento-dije- Tenéis habitaciones asignadas-comenté.

-Es grande...-soltaron los gemelos a la vez.

-Claro-rió mi hermana- Ocupa toda la parte de arriba de la tienda-sonrió- Es igual de extensa que el local.

-Bueno, ahora tenemos que empezar a llenar la tienda-sonrió George.

Bajamos al vestíbulo. Ya había una buena cantidad de artículos, aunque solo quedaban algunos.

-En cuanto queramos podríamos abrir la tienda-sonreí abrazando la cintura de George.

-Tengo tantas ganas de empezar...-comentó Fred- Seguro que tendremos clientes, los alumnos de Hogwarts seguro que se quedarán con ganas de comprar nuestros productos-se sentó en las escaleras, sentando a Kiara en su regazo- O si no, para ver si cuatro bromistas, dos expulsadas y dos fugados, pueden montar una tienda solos-reímos los cuatro.

-Habrá que distribuirnos...-comenté- Kiara atiende la caja. Es rápida y buena con los cálculos. Vosotros...-pensé- Intentad hacer los productos "apetitosos"-hice las comillas.

-¿Y tú que harás?-preguntaron los tres a la vez.

-Pues reponer, ayudar a clientes y demás-sonreí- No es por presumir, pero creo que tengo más tacto con las personas que vosotros.

-No presumes, dices verdades como castillos-dijeron los gemelos a la vez.

-Es "como casas"-les corrigió Kiara.

-¿Y?-dijeron ellos riendo.

Volvimos a Grimmauld Place. Oliver y yo fuimos a nuestro cuarto. Él parecía tenso.

-Esto... Julia-le miré- Espero que lo entiendas, y no es por hacerte daño, sabes que odio verte mal, y que me culparía eternamente si yo te hiciera daño de algún tipo, pero...-suspiró sentándose- Por temas de trabajo, tengo que tomarme un tiempo...-la calidez de mi cara se volvió nula, haciéndome más pálida si se podía- Me han contratado en un equipo de quidditch y... Tengo que volver a Escocia un tiempo... Además... Entre tu trabajo y el mío, el tiempo que pasemos juntos o que nos veamos sería nulo... Me senté lentamente, mientras las lágrimas caían por mis mejillas, pálidas. 

-Otra vez no, Oliver...-me tapé la cara con las manos y rompí a llorar- ¿Por qué me haces esto de nuevo?-me deslicé hasta el suelo- ¿Que no te gusta verme mal?-le miré- ¡Mírame ahora!-le grité- No pensé que eras de esos que jugaban con las chicas como querían...-abracé mis rodillas- Sabía que no te gustaban las relaciones a distancia, Oliver... Pero esto me supera...-me fue a abrazar- ¡No! ¡Aléjate de mí!-le grité, dándole un empujón, pero se quedó inmóvil- Fuera...-susurré- ¡Fuera de aquí, Wood!-le chillé, al ver que no se movía.

Él salió, cerrando la puerta delicadamente. Me derrumbé. ¿Como podía estar haciéndome eso a mí y de nuevo? Caí en el borde de la cama y me desahogué. Intentaba no hacer mucho ruido, ya que Sirius estaba ahí, y a pesar de todo, no quería que le hiciera daño a Oliver. Cuando oí una explosión en las plantas de abajo, me asusté, pero de repente, pensé en que, o Sirius o George se habían enterado. Cuando bajé a ver que pasaba, vi que era mucho peor. Mi padre atacaba a Oliver.

-¡Regulus!-le grité haciendo que parara- Está bien, ¿vale? Entiendo que tengamos que dejarlo, ¿si? No le hagas daño, no se lo merece.

Saqué mi varita y arreglé todo el daño hecho. Subí a mi habitación seguida de mi padre.

-Julia, no deberías dejar que te haga daño así-me dijo.

-Hace tiempo hice lo mismo yo, pero porque no tenía las ideas claras...-le confesé- Su padre no intentó matarme... Porque él lo entendió y lo asumió-le miré a la cara por primera vez en mi vida- Él tiene que irse lejos, y yo tengo que trabajar y mucho-me giré para abrir la puerta- Me toca a mí entender que de esa manera no funcionaría... ¿Vale?

-Sí...-admitió él y se fue.

-Regulus-paró- Si en verdad aún sientes el derecho a reclamar que tú eres mi padre y que debes ser tratado como tal, discúlpate con él-fue a decir algo, pero le interrumpí- Chist, ahora ve ahí.

Se giró y bajó. Me acosté en la cama, para llorar. Después de un rato con los ojos cerrados, alguien se acostó a mi lado.

-Siento lo que ha pasado con Oliver, Julie-solo una persona me llamaba así- Pero estoy orgulloso por como lo has aceptado... Si Meridiem me hiciera lo mismo, acabaría con la mitad de la población mundial-reímos.

Me quité la sábana de la cara y me acerqué a Charlie.

-¿Y Meridiem sabe que estás aquí?-le pregunté.

-Fue ella quien me lo dijo...-suspiró- Ya sabes, eso de que es tu tía...-reí.

Estuvimos un rato hablando hasta que me quedé dormida.

Fred y George y las hermanas BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora