Capítulo 76

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Narra Kiara

Me dispuse a escribirle una carta a Charlie... Mejor a Bill, él me lo explicaría todo mejor. Cogí un pergamino y la pluma con tinta y me dispuse a escribir.

Querido Bill:

¿Cómo están Charlie y Meridiem? Dumbledore nos dijo que habían sido atacados... Pero que ellos y Sur estaban bien. ¿Charlie es buen padre? Supongo que le ayudarás, es tu hermano, además, eso de cuidar niños se te da muy bien. ¿Están bien? ¿Meridiem, sobretodo, está bien? Responde o en Navidad acabarás con un trauma. 

Besos, Kiara

Metí la carta en un sobre y cogí mi lechuza, Mirum, y la envié. ¡Ah! No lo había mencionado nunca. Tenía una pequeña lechuza grisácea. Fui al Gran Comedor, para cenar algo, aunque había comido muchos productos de Zonko. 

*Mientras, en una mansión lejana..*

Narra Autora

-De veras, no pensé que podía ser una bruja-insistía un hombro-lobo.

-Pero podrías haberlo pensado, Fenrir-protestó un hombro de pelo rubio platinado y largo.

-Las brujas no se detectan al canto, Lucius-le recriminó Greyback- Además, parecía una bruja...

-He investigado, Lucius-dijo Narcissa Malfoy, que acababa de entrar en la habitación- Esa bruja es la tía de las sobrinas de Sirius-informó- Es tía de Karen, y de sus hermanas.

-¿Como se llama?-preguntó Bellatrix Lestrange, que estaba en una de las esquinas.

-Meridiem Burrows...

-La hermana de la mujer de Regulus-dijo la peli-negra.

-Exactamente-confirmó la rubia.

-Esa chica... ¿Estaba embarazada, no?-Greyback asintió cuando Lucius le miró- Probablemente haya perdido esa criatura.

-Habrá que verlo-comentó Narcissa- Si es hermana de Betelgeuse, será una chica muy fuerte, en todos sus aspectos. Seguramente, las chicas han sacado la resistencia emocional y física de su familia materna... 

Se dio la vuelta y salió de la habitación. Greyback corrió al baño, por quinta vez en todo el día. Ellos no sabían que Meridiem era bruja, y la sangre de bruja podría ser mortal para aquellos que la bebieran. Algunos temían por la vida de Greyback, otros simplemente se preguntaban que qué harían si él moría. Otros, como Bellatrix, se limitaban a mirar y reír de vez en cuando. 

*En San Mungo...*

Meridiem tenía fiebre muy alta, con convulsiones casi cada dos segundos. No dejaban entrar a nadie, y mucho menos a la niña. Charlie estaba enfadado y preocupado. Alegaba que esa podría ser la única vez que Sur viera a su madre, y la primera y última vez que Meridiem podría verla. Aunque no exageraba. En más de una ocasión tuvieron que reanimarla, ya que estaba débil. Charlie pasaba noches enteras sin dormir, y de vez en cuando se levantaba para atender a su hija, que, para haber nacido con solo cinco meses, estaba muy fuerte e inquieta. Bill hacía lo que podía para ayudar a su hermano. Y también los señores Weasley, Oliver y su madre, Sirius, Ojo-Loco... Cada uno hacía lo que podía hacer. Charlie miraba como reanimaban a su novia, una vez más. Los médicos le daban oxígeno y hacían lo que podían. Empezó a preocuparse cuando vio que traían las paletas muggles que daban electricidad. El pelirrojo aguzó el oído.

-Necesitamos una carga más alta, no reacciona-pudo oír.

¿Como que no reacciona?, pensó. Un medimago salió y mandó a Charlie a sentarse en una de las butacas y que esperase, que todo iba a ir bien. Pero él no se lo creía. Vio en los ojos del medimago una mirada triste, casi con disculpa. Sabía que no iba bien. Sabía que podía perder a su novia en cualquier momento... Sabía que su pequeña hija podía crecer sin una madre... Bajó a la primera planta, donde había un especie de bar. Se sentó, y oyó a alguien acercarse a él.

Fred y George y las hermanas BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora