Narra Kiara
Las vacaciones de Navidad acabarían en dos días, y tendríamos que volver con esa cara de sapo que se hace llamar Umbridge. Estaba con Fred en un sillón. Ese día hacía frío, por lo que yo iba bastante abrigada. Julia bajó con apariencia enfada. Se acostó en el sofá de enfrente.
-Julia, ¿qué pasa?-le preguntó Meridiem.
Había notado que su relación había vuelto muy estrecha, hasta el punto de ser la persona de más confianza de la otra.
-Oliver es un tonto-se quejó- Ya no parece quererme como antes... Es como si... Si quisiera que George viera que yo estoy con él y no con otro... Pero lo está haciendo mal, ya no me quiere...-empezó a sollozar en el pecho de Meridiem.
-Bah, seguro que no es eso, Julia. Estoy segura de que te ama con locura-la intentó tranquilizar- Pero si ves que las cosas están así, ¿por qué no habláis?
-¡Ese es el problema, Meridiem!-empezó a llorar- Que no me dirige ni la mirada...
-Ponle celoso-Julia miró a Karen, que había venido, de manera confusa- Dale razones para que te atienda un poco.
-Después de todo, no es una mala idea, Julia-le dije esta vez yo.
-¡No! No quiero hablar con él-bufó y se cruzó de brazos después de limpiarse las mejillas encharcadas.
Tocaron en la puerta del salón. Nada más y nada menos que Ila.
-¿Qué haces aquí?-le preguntó a Karen.
-Déjala, tía Ila-le dijo Lyra.
-¿Que la deje? Está en mi casa, y ella es como es... Solo me imagino lo peor...
-Ila, para-le pidió Meridiem- Ella está aquí por algo, y no es para machacarte, ¿vale?
Ila se dio la vuelta, pero alguien la paró, le dio la vuelta y la empujó dentro del salón.
-Te odio-le dijo.
Percy rió. ¿Qué hacían juntos? ¿No estaban peleados?
Lyra se acercó a mi.
-Al parecer han vuelto, o algo así-me susurró.
Ella no solo podía controlar el fuego como su madre, sino que también podía hacer "bombardeos" y estaba desarrollando la Legeremancia de una manera bastante rápida, solo que Ila no lo sabía. Nos sentamos a comer. Julia evitaba sentarse con Oliver, lo que era muy gracioso, ya que Julia se sentó y Oliver a su lado, por lo que mi hermana se levantó y se sentó enfrente, haciendo que Oliver también se moviera y riendo en tono burlón. Y así un rato, hasta que la hermana de Oliver le dio una patada, haciendo reír a todos. Después de comer, fui con los gemelos a la habitación para hacer el baúl.
-Por primera vez, siento que no quiero ir a Hogwarts...-dijo George.
-No eres el único, George-le acaricié el pelo.
Cuando acabamos de preparar los baúles bajamos, a ver que pasaba por allí. Nada interesante. Regulus hablaba con Lyra, Karen con Meridiem e Ila con Percy. Nos sentamos en un sofá para idear la última broma, la de fin de curso. Julia bajó y se unió a nosotros. Pasaron los días, hasta que llegó la hora de volver a Hogwarts. Días después, descubrieron al ED, por lo que Dumbledore se esfumó, dejando a Umbridge de directora.
Un día en la clase de Umbridge, Julia jugaba con su varita dándole vueltas.
-Señorita Black, concéntrese en el libro-le pidió la cara sapo con su voz falsa.
-¿Por qué debería hacerlo? Aunque realmente lo leyera, no aprendería a defenderme, profesora. Leer los libros y no usar las varitas es una pérdida de tiempo.
-Lo que es una pérdida de tiempo es que estés hablando, Black-le dijo una Slytherin.
-No te metas donde no te llaman, serpiente. ¿O no sabías que la curiosidad mató al gato?-le respondió Julia en tono desafiante.
-A ver, señoritas, concéntrese de nuevo en los libros-ordenó Umbridge.
-¿Sabe, profesora? Yo soy de las que no se callan, y si pienso algo lo digo, y a la cara-dijo Julia- ¿Y sabe qué pienso? Que el Ministerio la mandó a usted, una vaga que no quiere ni sabe dar clases, para engañarnos-Umbridge fue a replicar- ¿Y sabe que más? Que se llevarán un gran sorpresa cuando el telón caiga. ¿Y sabe quiénes son los que sujetan ese telón? El ministro y todos sus súbditos lameculos.
-¡Señorita Black! Exijo un respeto hacia mi persona y hacia el Ministerio. Gracias a el señor ministro y a sus aurores, El Señor Tenebroso no ha vuelto...
Julia la Interrumpió.
-¡Si que ha vuelto! ¿Qué tengo que hacer? ¿Poner el recuerdo en un pensadero y que lo vea usted misma? Estuve a punto de morir por culpa de Voldemort, y encima dice que no ha vuelto. ¿Y qué pasó entonces, me maté yo sola o qué?-dijo.
-¡No ha vuelto! ¡Y ahora le ordeno que vuelva a leer su libro!
-¡A leer mi libro!-bufó ella- Esta clase es tan inútil como usted, profesora. Y en el tema del respeto hacia usted... Hágase respetar, y entonces la educación hacia su persona volverá, ¿sí?
-¡No! No tengo por qué hacerme respetar, ya que el respeto tiene que tenerlo usted.
-No tengo por qué tener respeto hacia usted si no se hace respetar-le dijo Julia en tono burlón.
-¡Salga de mi clase ahora mismo!-le chilló.
-Como me vuelva a chillar, llegará a E.E.U.U-le advirtió hecha una furia, ya que su pelo pasó a negro oscuro y sus ojos se volvieron rojos.
-Julia...-le susurré- Nos has descubierto...
-¿Qué diablos...?-se preguntó Umbridge- ¿Eres bruja?-señaló a Julia- Por lo tanto tú también-me señaló a mi- Y todas vuestras hermanas... Julia recogió sus cosas sin dejar de mirar a la cara de sapo y salió de la clase, abriendo la puerta sin tocarla apenas. Recogí mis cosas también y la seguí.
-¿Qué pasará ahora?-le pregunté a Julia, a quien había alcanzado.
-No sé...-dijo.
Su pelo y sus ojos aún no cambiaban de color, por lo que empecé a preocuparme.
-Julia, intenta cambiar tu pelo y ojos, se darán cuenta.
-Me da igual, Kiara-dijo, cruzando a otro pasillo- Si yo fuera tú, no me molestaría en deshacer el baúl.
-¿Qué? ¿Por qué?-le pregunté.
-Umbridge es como es, no permitirá brujas en "su" escuela-dijo.
Llegamos a la Sala Común de Gryffindor. No había absolutamente nadie ahí, por lo que nos sentamos en los sofás. Esa noche, la cena, no sería como las otras. Sin duda.
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Fred y George y las hermanas Black
Hayran KurguLas dos hermanas Kiara y Julia Black, sobrinas del conocido prófugo, Sirius Black, conocerán a los dos gemelos más traviesos de todo Hogwarts. Ellas aprenderán de los gemelos, y viceversa, a lo largo de todo su trayecto escolar. Las dos Gryffindor...