Capítulo 103

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Narra Ila

Era viernes, estaba sola en el sofá, comiendo helado y abrigada por una fina manta. Ese día lo tenía libre siempre, pero Percy no, y aún no había llegado a casa.

Estaba completamente aburrida, aunque no me apetecía hacer nada. Empecé a caminar por la casa de mil y una maneras, hasta que me aburrí. Seguí leyendo un libro que empecé hacía mucho, pero me resultó aburrido. Quizá, cuando llegara Percy, hacíamos algo juntos, aunque casi siempre estaba cansado por nada. Miré por la ventana. Ese era uno de los pocos días que hacía sol en Gran Bretaña, siendo casi otoño. Decidí vestirme e ir a un bar muggle que había en la calle de enfrente. Bajé y pedí una cerveza muggle, que llevé mientras paseaba por la acera. Iba metida en mis pensamientos, cuando llegué a casa de un amigo, supe lo lejos que había llegado, y que debería volver. Me di la vuelta, pero no me apetecía caminar todo eso de nuevo, por lo que me aparecí. Era un barrio de muggles, pero en esa zona no había nadie que me pudiera ver. Me aparecí en la cama y me acosté. Oí que la ducha se cerraba. Esperé a que Percy saliera se la ducha, mientras me desvestía. El paseo me había cansado y tenia sueño. Él salió después de un rato, vestido como para estar por casa. Entró a la habitación y se acostó a mi lado.

-¿A donde fuiste?-me preguntó. 

-A dar un paseo-le abracé- No estabas y me aburría-me acosté encima de él.

Percy me devolvió el abrazó, estrechándome contra él. Empecé a besarle desenfrenadamente, hasta que me paró. Me miró y negó.

-Estoy cansado-me tiré aun lado, bufando decepcionada. Le di la espalda.

-Entonces, ¿retiras tu promesa?-le pregunté.

-¿Qué promesa?

-¡Ves! ¡Ni te acuerdas de ella!-le grité y me levanté.

Corrí al sofá del salón, y me senté a llorar. ¿Cómo podía hacerme esto? Se sentó a mi lado, abrazándome.

-No te he prometido nada...-intenté apartarlo de mi lado, pero se había hecho de piedra- No te he prometido nada, ya que los hechos no son promesas...-le entendí perfectamente, por lo que le abracé- ¿Has fumado hoy?-preguntó después de un rato, a lo que negué- ¿Has bebido?-Me bebí una cerveza muggle cuando fui a pasear, pero nada más-dije.

Él me besó el pelo. Yo le besé los labios, y él me correspondió. 

-Me encantan los premios que me das cuando hago lo que quieres-sonreí.

Habíamos acabado en la cama, como siempre.

-Sabes que lo hago por ti-asentí.

-Y eso me parece muy caballeroso-sonreí, dándole un beso.

Así nos pasamos la tarde, hasta que un patronus nos llegó. Era un lince, que Percy reconoció como de Bill. Él me había pedido que me apareciera en casa de mis hermanas y los gemelos, la tienda. Me vestí y fui. Allí estaban los gemelos, mis hermanas pequeñas, Bill y la rubita con la que me había engañado. Ella tenía un brillo en los ojos muy notable. 

-Hola-saludé.

Todos me correspondieron. Me senté al lado de Julia.

-¿Qué es tan importante, William?-preguntó uno de los gemelos.

-Pues... Después de mucho pensar... Me he decidido...-miró a la rubia- Fleur y yo nos vamos a casar-medio sonrió él.

Después de eso, no supe que hice, ya que me desperté en casa, vestida y con dolor de cabeza. Percy estaba durmiendo conmigo. Miré al techo, suspirando. Me levanté e hice el desayuno, algo no muy elaborado. Percy se levantó un rato después.

-Ah, estás aquí-dijo- ¿Qué te dijo Bill? Parecías muy afectada...-suspire, dejando de cocinar y me apoyé en la encimera- Y borracha...

Me puse las manos en la cara.

-¿Volví bebida?-él asintió.

-Y llorando... Y diciendo palabras sueltas...

-¿Qué decía?-pregunté, avergonzada.

-Cosas como "puta rubia" o "que se pudra"... Cosas así, bonitas-dijo irónico- ¿Qué pasa?

-No estoy en mi derecho de decirte nada, si Bill te lo quiere decir, te lo dirá...-suspiré- Pero creo que les debo una disculpa...

Alguien tocó en la puerta. Fue Percy, ya que estaba más presentable que yo, ya que se había vestido. Entró con Bill y la rubia. 

-Ila...-empezó el pelirrojo.

-No... Espera... Deja que me vista...-fui a la habitación y me cambié- ¿Habéis desayunado?

-Bill negó- Vale...

-No te molestes, de veras-me pidió- Es solo que... Te quería pedir disculpas...

-¿Por qué? Debería hacerlo yo...-suspiré- No sé que hice, pero por lo que me ha contado Percy, te llamé de todo menos guapa-miré a la rubia. Aún no me aprendía su nombre- Y lo siento.

-Pues en el Callejón Diagón fue diferente...-me dijo Bill, sentándose en el sofá con la chica y Percy- Me pareció que te lo habías tomado bien, aunque fue un poco... Aterrador...-rió él.

-¿Qué hice?-pregunté- No me acuerdo, solo que nos dijisteis que... Bueno...

-Ah, bueno...-miró al suelo- Dijiste que te pareció bien, y nos diste las felicidades... Luego te fuiste y no sé que más hiciste.

-Beber-comentó Percy. 

-¿Se embogashó?-él y yo asentimos.

-Yo pensé que habíais ido de fiesta, pero por las palabras de Ila...-Sabes que yo no salgo...-dijo Bill, mirando a su hermano.

-Pero yo sí...-sonreí- Pero sigo sin entender por qué querías disculparte-comenté, poniendo cuatro platos en la mesa.

-Te dije que no hacía falta-dijo Bill, mirándome apenado.

-Come y explícame-le exigí, con una sonrisa en la cara. -Bueno...-la pareja comenzó a comer con nosotros- Sé que te hice mucho daño en su momento... Pero quería que fueras de las primeras en saberlo solo por eso... Quería pedir disculpas, por... Por hacerte más daño del que ya te habían hecho-dirigió una mirada discreta a su hermano- Y por hacerte año ahora...-fui a reprochar, pero me interrumpió- Sé que te ha caído como un balde de agua más fría que la de Neptuno, pero...

-A ver...-le interrumpí- Primero, no me hiciste más daño, Bill... Solo reabriste la herida... Segundo, si me tiraran agua de Neptuno, me desmayaría del golpe en la cabeza, ya que estaría más congelada que yo en invierno-él y yo reímos. 

Se pasaron el resto de la tarde con nosotros, hablando. Le contaron a Percy que se casarían, a lo que él le respondió muy positivamente. Cuando se fueron, no muy tarde, Percy y yo salimos a dar un paseo.

Fred y George y las hermanas BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora