Capítulo 97

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Narra Kiara

Ese día me levanté temprano. Fui a la cocina para hacerme el desayuno, aunque George ya estaba ahí. Me senté en la encimera y cogí un café que estaba hecho. 

-¿Has visto a Amelie?-pregunté, para romper el silencio.

Ellos dos seguían saliendo. 

-No...-suspiró- Y la hecho de menos-miró al suelo.

-Eso ni lo dudo-le revolví el pelo, mientras Julia salía, haciéndose una cola de caballo.

Cogió otro café y se lo bebió.

-Si no la has visto aún, tranquilo, ya vendrá, seguro-le esperanzó Julia.

Bajamos después de que Fred desayunara también y abrimos Los adolescentes y niños empezaron a entrar a los dos minutos de haber abierto. Fred y George se dedicaban a convencer a la gente de que comprara productos, Julia reponía y ayudaba a los clientes y yo atendía la caja. De repente, alguien entró, se acercó a mi lugar y empezó a reír. Miré hacia esa dirección.

-¡Amelie!-casi grité- George está por ahí-señalé un pasillo- Pero espera... ¡Fred!-llamé- Para que no te confundas-sonreí.

-¿Qué...?-se quedó callado al ver a Amelie- ¡Cuñada!-exclamó y le abrazó- George está ahí- Señalé en la dirección que le dije.

La castaña fue por ahí, seguida por Fred. Unos niños se acercaron a pagar y se fueron. Sonreí, ya que tenía un presentimiento: Sortilegios Weasley&Black sería un gran comercio. Cuando acabó ese día, cerramos y fuimos al apartamento. Me di cuenta de que, en su habitación, George hablaba con alguien. Pegué la oreja a la puerta y oí una voz femenina. Reí, George había subido con Amelie... Fui al salón, donde Fred y Julia hablaban.-Freddie-le llamé- ¿Tú sabes donde está George?-pregunté.

-Está con Amelie, en su cuarto-respondió.

-¿Tú les dejaste subir?-él asintió.

-No puedo imaginar como es estar lejos de ti, y no lo soportaría... Supongo que con ellos es lo mismo-señaló con la cabeza a la habitación de su gemelo- Y estar lejos no es bueno-me cogió de la cintura para besarme. 

-Yo voy a ir a casa de Oliver-dijo Julia y se levantó, para desaparecerse.

-Ahora empezará a irse de noche y en unos meses volverá embarazada-susurró Fred y empezamos a reír.

Fuimos a dormir y empezamos a hablar. Al día siguiente, sábado, no abrimos. Fui a la cocina como todos los días, pero como siempre, había alguien. Julia miraba por la gran ventana, algo melancólica.

-¿Quién te ha dejado ahora?-pregunté, burlona. Ella, como toda respuesta, me ignoró- ¿Estás bien?-le pregunté, ahora seria. Ella asintió, aún callada- No me mientas, Julia... Siento que no confías del todo en mí...

-Oliver no estaba anoche en su casa...-dijo, más seria que nunca- Dejó una nota, pero no la entiendo muy bien...-me dio un papel.

Julia, no estaré en casa durante unos días... Están atacando... Advierte a la orden... Ha vuelto, y más poderoso que nunca...

-¿Qué quiere decir?-ella se encogió de hombros.

-Deberíamos enseñársela a alguien que sepa...-dijo George, que estaba ahí, aunque no me había fijado. 

Nos aparecimos en la Madriguera, ya que desde el nacimiento de Alphard, todos habían vuelto a sus casas. Los gemelos entraron gritando un potente "hola". La señora Weasley bajó corriendo y nos abrazó.

-Señora Weasley, necesitamos que nos ayude en una cosa...-dijo Julia y le dio la nota- ¿A qué cree que puede referirse?-Atacando... Puede referirse a los mortífagos...-ofreció ella. Julia y yo nos tensamos- Mira-nos enseñó la portada de El Profeta- Allí donde van y hacen destrozos dejan su marca... Como en la casa de esta pareja... Tienen una hija, mestiza... Solo se sabe que la niña se llama Sophie... -¿Y sus padres?-pregunté.

-Sorprendentemente, la mujer, muggle, está en perfecto estado, al igual que su hija. El hombre está algo peor, en San Mungo...-asentí y la señora Weasley repasó el diario- ¡Ah! El nombre de la mujer es Annabell.

Julia salió corriendo y se desapareció.

-La madre de Oliver se llama Annabell, y es muggle... Y su hermana, Sophie...-dije.

Nos aparecimos en casa después de unas horas. Julia estaba acurrucada en el sofá, dormitando. George le puso una manta encima y nos fuimos a comer. Me puse a pensar... ¿Sería la familia de Oliver? Podría ser, ya que hay muchas coincidencias... Mientras pensaba, George y Fred se adentraban en una conversación sobre explosivos que tenía una pinta interesante, pero opté por dormir un rato, y luego ir a pasear por el Londres muggle, o algo. Me fui a la cama, sola, y me dormí. Después de, probablemente, un rato, unas explosiones me despertaron. Salí corriendo al salón, con la varita en la mano. Los gemelos, hasta arriba de lo que parecía ser hollín reían, mientras Julia les miraba con odio. A Julia no se la despertaba, a no ser que fueras suicida, aunque ella optó por darse la vuelta y seguir durmiendo.

-Ya os descuartizaré después-dijo, con sueño.

-Me habéis asustado...-les reproché, dándoles toallas- Después de lo de la familia de Oliver...

-Tranquila, te despertaríamos primero-rió George.

-No juegues con eso, George, puedes llevarte una sorpresa-le dije.

Volví a la habitación. Después de un rato, alguien entró y se acostó a mi lado.

-Eh, pequeña...-me susurró Fred- Siento haberte asustado-me fue a besar, pero me rodé.

-Me habéis despertado...-me quejé.

-¡Pero si son las cinco...!-bufó él, divertido.

-Es mi horario de sueño, no podéis trastornarlo-le di un golpe en el hombro.

-El horario de sueño de los sábados, ¿no?-rió él.

-Y de los domingos-me puse boca abajo- Calla y ve a la cocina.

-¿Para...?

-Trae unas ranas de chocolate, varitas de regaliz, grageas... Lo que encuentres, me da igual-le dije y él se fue. 

Después de un rato, volvió con todo lo que dije.

-¿De dónde las has sacado?-pregunté, cogiendo una gragea.

-George y yo las escondemos-sonrió él.


Escupí de golpe la golosina nada más sentir su sabor.

-Vómito-me quejé.

Fred estalló el carcajadas, mientras yo le propinaba suaves puñetazos en los hombros, mientras reía también. Antes de darme cuenta, el pelirrojo estaba encima de mí, besándome. Empezamos a desvestirnos mientras aún nos besábamos.

-Creo que la que saldré embarazada soy yo-reí, para hacer reír a Fred también. 

Después de un rato (N/A: momento Pitbull, "ya tu sabeh") empezamos a hablar de tonterías sin sentido, como que George y Amelie tendrías hijos extraterrestres, o que la relación de Julia y Oliver sería un bucle en el espacio-tiempo infinito. Cuando quise darme cuenta, Fred y yo estábamos dormidos.

Fred y George y las hermanas BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora