Fred y George y las hermanas Black

Capítulo 108

Narra Kiara

Amy fue a la puerta, para ver quien era. Volvió con una mujer, alta, rubia, bastante bien vestida y con no más de veinticinco años. Amy estaba algo pálida y temblaba. Dabih la sentó rápidamente en el sitio que antes ocupaba él y la bombardeó a preguntas tipo "¿estás bien?" "¿qué pasa?", pero ella miraba con sus ojos color zafiro, ahora algo apagados, a la mujer rubia. Su cara me sonaba de algo, pero no sabría explicar quién era. 

-¡Gael!-casi gritó Ila- ¡Cuánto tiempo! ¿Qué haces aquí?¿Gael? 

¿De qué me sonaba a mí ese nombre? 

-Explícales, Gael, por favor-pidió Amy en un susurro.

Parecía aterrorizada. Su piel, ya de por sí pálida, estaba más blanca, si se podía. Su cara tenía un suave color pétreo, lo que le daba aspecto de cadáver. 

-Tengo notisias de vuestra hermana-anunció, con un inglés no muy bueno. Todos le prestamos mucha atención, y Julia dejó de intentar peinarse el "mechón rebelde"- Está en la Mansión Malfoy, aunque elos la tratan lo mehor que pueden, teniendo en cuenta que el Señor Tenebroso está ahí-dijo, parando un poco en cada palabra- Yo voy todos los días para cuidarla un poco, pero es difísil, ya que la tienen muy bien vigilada. Me pidió que no hagáis ninguna tontería ni vayáis a buscarla, que ela puede escapar con mi ayuda-dijo.

-¿Está bien?-preguntó Ila, con tristeza en la cara.

Gael asintió. ¡Ya sé quien era! Era Gael Quinn, nuestra "niñera". Cuando nuestra madre murió nos dejó a cargo de Sirius, y Sirius al verse en Azkaban, le pidió a Gael que nos cuidara, al menos hasta que Ila fuera lo suficientemente mayor para hacerse cargo de Julia y de mí. Recuerdo que cuando tenía cinco años, Gael que me tuvo que bajar de un árbol porque no quería ir a comer. 

-Sí, herida, pero bien-sonrió. 

De repente, tocaron en la puerta de nuevo. (N/A: escucha la canción de la multimedia) Esta vez fue Dabih. No se oyó nada en la entrada, hasta que entró corriendo.

-Son los endiablados de vuestros vecinos-dijo, con terror en la voz.

Lo habíamos olvidado. Debíamos de tener cuidado, ya que los locos de los vecinos seguían queriendo quemar brujas por si llegaban al poder de nuevo. Y parecía que habían venido directamente hacia nosotras. 

-¿Qué pasa?-preguntó Gael.

-Los paranoicos de los pueblerinos queman brujas para evitar que derroten al Mayor Imbécil Oscuro (Voldemort) y ocupen ellas su lugar-explicó Ila brevemente- Quizás las personas con cuarta parte de sangre de bruja pueden salvarse, como Athena. Dudo que los demás seamos capaces. 

Empezaron a oírse golpes en la puerta, como si alguien estuviera en peligro ahí fuera. Corrí a ver, y pude ver a una muchacha de pelo multicolor, que parecía desesperada por entrar.

-¡Julia, Amy, abrid, soy yo, Anna, la hija de Eileen...! ¡Por favor abridme, soco...!-ahí se quedó.

Todos salimos corriendo fuera, para ver a Anna, cayendo al suelo. Antes de que su cabeza tocara el empedrado, dijo unas palabras, un hechizo de bruja, para luego, caer muerta. Los vecinos nos miraron, pero se asustaron al ver a Julia..., más bien a Pyxis, en su estado más puro. Cuando ya no se vio a nadie, Julia volvió en sí y entramos a Anna. La acostamos en el sofá y le mandamos un patronus a Eileen y su marido e hijas para que vinieran. Después de un rato, la pareja y sus dos hijas restantes entraron en el salón, para ver a la chica, pálida y fría, acostada en el sofá.-Los pueblerinos la mataron-informó Ila, con dolor en la voz- Si hace falta, los mataremos a todos, Eileen. Y nada de Denébola y Pyxis, yo misma me encargaré-añadió, con una voz fría y espeluznante.Las hermanas de Anna lloraban abrazadas a su padre, mientras Eileen miraba el cuerpo sin vida de su hija, temblando de furia. Sus iris se habían vuelto rojo sangre, y su rodilla derecha estaba a punto de tocar el suelo.