Capítulo 93

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Narra Karen

Dormitaba en la silla del comedor de la mansión Malfoy. Dentro de poco habría una reunión de mortífagos. Narcissa me sacó de mi sopor y me levantó. Me subió la camisa y me empezó a rodear el abdomen con gasa.

-Narcissa, ¿qué haces?-pregunté.

-Si se enteran de que estás embarazada podrían matar al niño-contestó, preocupada- Y se te empieza a notar.

-Pero soy yo la embarazada, no Deneb.

-Tenéis el mismo cuerpo, aunque con algunos matices, por lo tanto, Deneb también está embarazada.

Dejé que acabara de vendarme la tripa.

-Usa la Oclumancia, Narcissa, podrían ver que me has ayudado-le advertí.

-Vale-miró al reloj- Aún queda un rato-nos sentamos- ¿Tenéis decidido como se llamará el bebé?-asentí.

-Eltanin si es chico-sonreí- Y Antares si es chica.

-Qué lindos...-suspiró ella- ¿Y tus hijos lo saben?-asentí- ¿Como se lo tomaron?-Altair empezó a saltar-reí- Y Lyra suspiró...-miré al suelo.

-No todos podían estar de acuerdo, Kary-ella me llamaba así- ¿Tus hermanas lo saben?-negué.

-Aunque se lo contaremos dentro de poco, cuando Kiara, Julia y los gemelos abran la tienda.

-¿Crees que les saldrá bien?-asentí.

-Actualmente, lo que la gente necesita es reír...

Cuando llegaron los mortífagos, Deneb salió. Llegó Voldemort y empezó la reunión.

-Ha llegado a mis oídos dos grandes noticias-anunció el cara-serpiente (Voldemort)- La primera es que, Regulus Black ha vuelto y está con los miembros de la Orden del Fénix-¿como averiguó eso?- Deneb, querida, haz que Karen salga-mierda...

-No puedo, señor-dijo ella- Karen Black es auror, y puede enviaros a Azkaban a todos.

-Da igual, ella sabe que es lo más conveniente para su familia-ordenó él. Deneb se transformó en mí. Me acerqué a el señor blanquecino- Karen, tú sabías que tu padre está allí-afirmó y asentí.

-Claro que lo sabía, es mi padre-dije, burlona- Y estoy segura de que no querrá volver a sus filas-sonreí.

-Por supuesto, querida, lo entiendo...-suspiró- Puedes irte-Deneb salió de nuevo- La segunda noticia, y a mi parecer la mejor... Es que, nuestras queridas Karen y Deneb, están embarazadas-tanto ella como yo nos quedamos petrificadas.

-¿Quién te ha dicho eso?-preguntó Deneb.

-La Oclumancia nunca os protegerá del todo, ¿no es así, Narcissa?-la miramos.

Las lágrimas caían de sus ojos. Sus labios marcaron un "lo lamento". Deneb asintió, restando importancia al asunto. El tiempo pasó, hasta que la reunión finalizó.

-Deneb, vamos-me dijo Narcissa.

Voldemort se levantó, con la varita en la mano. 

-Narcissa, te pediría que la dejaras un momento conmigo-la rubia asintió, asustada- Veréis, Deneb y Karen, lo de que tu padre no querrá volver... Lo entiendo... Pero lo de vuestro embarazo no.

-Eso es algo que jamás entenderás, aun siendo mujer-le dije.

-Ya... Por eso debería hacer algo que tú no entenderás-me apuntó con la varita.

Lo que siguiente que recuerdo es dolor, mucho dolor. Pasaron horas, al menos para mí, y el hombre-serpiente se fue, diciendo algunas palabras que no llegué a entender. Cuando cerró la puerta, me tambaleé y caí al suelo. Tres pares de piernas se acercaron corriendo hacía mí... Y me desvanecí. Desperté en una cama, con algo en la frente. Lo toqué, asegurándome de que era un paño húmedo. Me senté en la cama y miré a mi al rededor. Todo daba vueltas aún.

-Deberías quedarte acostada, mientras yo llamo a mis padres-me dijo una voz de chico que no conseguí diferenciar. Unas manos me tomaron de los hombros y me acostaron en la cama- No te muevas.

Oí a alguien corriendo, una puerta abriéndose, y más tarde, pasos.

-Deberíamos llevarla a San Mungo-dijo una voz de mujer.

Tenía los ojos cerrados, ya que veía muy distorsionado y borroso. Asentí.

-Por favor-casi supliqué. Me mareé cuando una persona se apareció conmigo. Abrí los ojos y pude diferenciar una recepción. Me acostaron en una camilla, mientras Lucius Malfoy explicaba mi situación.

-Está embarazada, y recibió un hechizo bastante potente-dijo.

Me metieron en una habitación y me hicieron pruebas. Después de un rato de que acabaran, alguien entró. 

-¡Karen!-miré a quien había entrado- ¿Estás bien?-abracé a Gacrux- Según tu prima me envió el patronus vine, los niños están fuera...-me miró- ¿Estás bien?-asentí.

-Tenemos la alegría de comunicar que el bebé se encuentra bien, aunque será delicado. Casi podría decirse que debería envolverse en papel de burbujas dentro de un búnker-rió el medimago y yo sonreí- También sabemos que son dos-tanto Gacrux como yo abrimos los ojos como platos.

-¿Gemelos?-pregunté.

-Mellizos, más bien-sonrió el chico- Un niño y una niña, los dos aparentemente sanos-nos dio un papel- Aunque debería entregar esto en donde trabaje-lo miré por encima.

-Es el certificado de baja por embarazo...-dije- ¿Por qué debería dejar de trabajar? Apenas estoy de diez semanas...-Pues por lo delicado de es ahora mismo su embarazo, y tenemos entendido que trabaja en el Ministerio. 

Asentí y nos fuimos a casa. No era muy tarde, por lo que los niños se quedaron en el salón con nosotros.

-Mami, ¿como está mi hermano?-preguntó Altair, subiéndose al sofá.

-Pues verás... No vas a tener un hermanos-Altair cambió su mirada a una triste- Tendrás un hermano y una hermana-sonreí.

-Lyra no cuenta-infló las mejillas, cruzándose de brazos.

-¿Lyra está aquí?-me señalé la tripa y él negó con la cabeza.

Altair lo entendió bien y me abrazó. Un fénix entró y se posó en el suelo, dejó una carta y se fue.

-Amy...-dije, confusa.

Miré la carta, para abrirla. Tenía un sobre rojo con letra escarlata... Eso era señal de importancia.

Querida Karen:T

engo grandes noticias que darte, aunque me gustaría hacerlo cara a cara. A lo que iba, que estoy embarazada de nuevo. A Ila, Kiara y Julia ya se los he dicho, o más bien escrito. Es que, no sé si lo sabías, pero estoy con Dabih y Athena en Italia, y no puedo veros... Bueno, espero que me escribas pronto.

Amy Black

Tenía que responder, así que me dispuse a hacerlo.

Querida hermana:

Nos hemos compenetrado bien, ¿eh? Yo también estoy embarazada de mellizos, aunque no digas nada, quiero que para Julia y Kiara sea una sorpresa. Me encantaría verte, ¿sabes? (Y más ahora, ver tu cara) Escríbeme tú a mí, pequeña vaga.

Karen Black Smith

Mandé la carta por una red especial, y me acosté en donde estaba antes. Vi a Lyra subir y la seguí.

-Lyra, ven-fuimos a su habitación- ¿Por qué no quieres un hermano, pequeña?

-Yo no he dicho que no quiera...-suspiró- Es solo que... No quiero que te pase nada. Yo ya sabía que los mortífagos esos te harían daño, y mira lo que ha pasado...-me abrazó- No quiero te hagan daño, ni a los mellizos, mamá...

-Tranquila, Betelgeuse...-a veces la llamaba así- No nos pasará nada...

Fred y George y las hermanas BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora