Fred y George y las hermanas Black

Capítulo 122

Narra Kiara

Ya comenzaba a adaptarme a mi pequeña discapacidad. Había empezado a intentar coger cosas con el pulgar y la palma de la mano, y cada vez se me daba mejor. Era de noche y estaba acostada sola. Fred estaba con George, seguramente hablando. La noche anterior también habían hecho eso. Mañana sería 30 de julio. Dentro de solo tres días sería el cumpleaños de Karen, y dentro de catorce el mío. No quería que nadie lo recordara, ya que no me sentía con ánimos de celebrarlo. Oí unos pasos fuera de la habitación, y me hice la dormida. Fred entró en el cuarto y se recostó, seguramente, mirándome.

-Qué rápido te duermes...-susurró, acariciándome el pelo.

Me abracé a su abdomen, y él me acarició la espalda. Sentí que el estómago me daba retortijones cuando él estaba cerca. Julia lo sabía, y bromeaba acerca de un posible embarazo. Abrí los ojos y le miré.

-No estoy durmiendo-le besé en los labios.

Después de un rato de silencio, le conté lo que me pasaba. Él quedó dubitativo. Se levantó, sacó algo del cajón de su mesa de noche y rodeó la cama hasta llegar a mi lado. Allí, se arrodilló y me mostró lo que tenía. Una caja de terciopelo negro, con un anillo precioso. Tenía una amatista, zafiros y oro blanco. Era hermoso.

-Aprovecho ahora para hacer esto-suspiró- Kiara, no tengo mucho que decirte-empezó, sonrojándose mientras yo me sentaba en el borde de la cama, asombrada- Sabes que te amo más que a las bromas, y que nada ni nadie puede cambiar eso...-se pasó una mano por el pelo, dando a entender que estaba bastante nervioso- Y yo... Bueno... Kiara, me harías el hombre más feliz si... Aceptaras ser mi esposa-me lancé a él.

Le llené de besos en toda la cara, mientras decía "sí, claro que sí" y reía. No podía creer que esto me estuviera pasando de verdad. Y menos con alguien tan inmaduro como lo es Fred. Nos acostamos, abrazados.

-Oye, amor-me llamó- Te amo.

-Y yo-le besé en los labios- ¿Y si realmente estuviera embrazada?

-Otra más al club-rió Fred.

Es cierto que en estos tiempos, muchas chicas de mi al rededor habían quedado embarazadas, pero qué se le va a hacer, mucha gente y muy joven. Nos dormimos abrazados y hablando. Al día siguiente, Julia guardaba sus cosas en una pequeña bolsa extensible gracias a magia. George la miraba preocupado.

-Julia, ¿qué haces?-le preguntó Fred, cogiéndola de las muñecas.

-Me voy-anunció, con voz llorosa- No puedo seguir en esta casa, no sé por qué-siguió recogiendo- Seguiré viniendo a trabajar, pero dudo que me quede a dormir.

-¿Donde te quedarás?-pregunté- ¿Con Oliver? ¿O es él la causa de esto?-pregunté, furiosa.

-No metas a Oliver en esto, él trató de convencerme para que me quedara aquí-me apuntó con el dedo- Y aún no tengo claro donde me voy a quedar, porque tampoco quiero ser una carga para Oliver. Él realmente me ama, siempre mira por mí antes que por él, incluso en cosas que no me afectan-me miró- No entiendo por qué le tratas mal... ¿Qué pasa, que querías entrar en el equipo pero no te dejó, o qué?

-Con Gacrux y Dabih tampoco me llevaba bien al principio-dije- Ni con Percy ni Bill. Ellos, prácticamente, me arrebataron aquello que más quería y necesitaba-confesé- Y no quiero que Oliver haga lo mismo.

-Él no te va a arrebatar nada, Kiara-Julia me miró- Repito que él me quería convencer de que me quedara aquí, contigo y con los gemelos... Me dijo que pensara en ti, en como ibas a reaccionar... Me hizo pensar un poco...-cogió la bolsa- Nos vemos después, cuando abráis.