3. Afianzando

846 105 22
                                        

— ¿Murdoc?.

— ¿Si?.

Preguntó por inercia, seguía metido en aquellos papeles, viendo cuentas de quien sabe qué y firmando  documentos de los que no me he atrevido a preguntar.

— Murdoc puedes darte la vuelta.

— Mira 2-D estoy ocupado, si quieres algo dilo y no me hagas perder tiempo.

— Es algo – Murdoc mira el techo y sigue con lo suyo, un estruendo me interrumpe y sigo hablando ya no me tapo los oídos ni nada, me acostumbré a esto– es-es algo serio.

— Te escucho.

— Quiero saber ...

— ¿Es para hoy o mañana?– pregunta con una corta risa.

— ... ¿Donde están los demás?.

— Ya me haz preguntado eso.

— Y tú sigues evadiendo– digo dolido. Mi relación con Murdoc ha mejorado, podría hasta considerarlo mi amigo de nuevo, ya no me golpea, ni me grita, soló tocamos juntos y hablamos de cada tontería que se nos ocurre. Aunque siempre que intento saber algo de mi actual situación o la de los demás no hace más que evitar el tema.

— Y lo seguiré haciendo – dice después de un silencio.

¿Por qué no quiere responder? ¿Paso algo malo?.

Lo único nuevo que sé es que Noodle sigue con vida, la vi en una grabación de Murdoc  cuando me colé a un cuarto. La grabacion dura diez segundos en los que se le ve disparando al cielo y aunque no pudiera  ver su cara estoy seguro de que era ella.

Me alivia saber que está bien, por años pensé que había muerto o incluso peor que el satanista frente a mí había vendido el alma de nuestra pequeña japonesa.

Otra información no tengo.

Lo que no puedo entender es porqué Russ no está aquí  ni Noodle , está viva y seguro él sabía y en vez de traerla devuelta creó un cyborg con su rostro.

¿Y si algo les pasó?  ¿Y si la grabación que vi fue hace mucho?.

Murdoc no quiere decirme nada por algo ... ¿Y-y si murieron? ¿Y si todos los que nos atacan  atacaron antes a Russel  y Noodz? ... No, no borra eso de tu mente Stuart, no pienses eso.

Seco las pequeñas lágrimas que escurrieron por mi mejilla sin darme cuenta, respiro hondo y me apoyo en la pared.

Deja de pensar en eso, nada les pasó ni les pasará, me repito pero es inútil, no dejo de martirizarme con imágenes que vienen a mi cabeza de los dos sufriendo en algún lugar del mundo.

...
Así que el jamas te informo del paradero de los demás ... vaya si fuera tú habría pensado las peores cosas.

¿Peores cosas que la muerte?

Hay cosas mucho peores que la muerte chico.

...

Las lágrimas inundan mis ojos y ya no puedo retenerlas.

Me paro del suelo y trato de abrir la puerta pero está cerrada.

— No puedes salir.

— Por favor necesito salir de aquí – digo tratando de sonar firme, pero a mitad de frase  mi voz quebró.

— No.

Niego con rabia  y me acerco a él, doy vuelta su silla y lo miro a la cara.

— Abre la maldita puerta.

— No, es peligroso. Puedes seguir llorando aquí.

Mis fuerzas caen y lo suelto, sin darme cuenta lo había sujetado de los hombros.

— Por favor –ruego.

— No dejaré que salgas.

— Sólo un instante, necesito respirar.

— ¡Un instante en el que te pueden volar la puta cabeza! – grita incorporándose– no voy a dejar que mueras por una estupidez.

— ¿No quieres que muera como lo hicieron Russ y Noodle?– pregunto después  de unos segundos.

— ¿Q-qué de qué estas hablando?.

— ¡De que murieron! Por eso no quieres decirme que les pasó ¡Por eso soy el único aquí!– ya no puedo seguir de pie y caigo arrodillado, intento secar las lágrimas con mis manos pero es inútil.

Siento una fuerte opresión, son mi familia no puedo soportar esto, no puedo, con ellos una parte de mí muere también. Pasé la mitad de mi vida con ellos, vi a Noodle crecer y a Russ  tocar la batería como un rey y subiendome  el animo siempre que lo necesitaba, pensar en que ya no podré verlos más me parte el alma.

— 2-D– escucho a Murdoc  y siento una palma en mi espalda – ellos no están muertos.

Dejo de  tapar mi cara y levanto la mirada encontrandome a Murdoc frente a mí.

— No están muertos, no tengo ni la menor idea de donde estén pero sé que están bien.

— ¿No estas ... mintiendo?.

— ¿Como crees que alguien se iba a poder meter con la mole afroamericana poseída y la japonesa karateca?– río y Murdoc da dos palmadas en mi espalda– no pienses más  estupideces imbécil.

— Es que nunca ha-ablas de... ellos.

— Por si no te haz dado cuenta mi mejor tema de conversación soy yo– habla levantando sus cejas– además no sé nada nuevo de ellos, te colaste en el cuarto de cámaras ya sabes que Noodle está viva – dice serio pero no reprochandome– a parte de esa grabación no tengo nada más... Apenas sepa ... algo– acerca su mano a mi rostro y me seca las lágrimas de mi mejilla– te contaré.

— Gracias – digo un poco más calmado pero nuevas lágrimas vuelven a salir.

— ¿Y  ahora por qué  mierda sigues llorando?.

— ¿Y si algo les pasa?.

— Faceache nada les pasará al único que hay que cuidar  como a un niño pequeño es a ti. ¿Quien intenta subir a una lancha y en el intento casi se ahoga?.

— ¡Ni sabía nadar!– Murdoc ríe y yo me cruzo de brazos– agh sigue con tus cosas.

— De verdad que eres imbécil – sonrío y sin pensarlo abrazo al satanista.

Pensé que me  alejaría sin embargo hizo un pequeño esfuerzo y me dio palamaditas en la  espalda como si fuera un perro. Sé que él contacto físico para Murdoc no es su favorito y por eso aprecio lo que hace y que no me haya golpeado con su zapato militar en la cabeza.

— Gracias.

— Nada de que gracias, deberías pedir perdón, falté a mi palabra.

— ¿Ah?.

— No iba a hacer esto nunca más.

...

—No me había dado cuenta de mis palabras, no sé porque lo dije, en ese momento aun no sentía nada por él, fue un impulso.

— Un impulso de un alma solitaria que estaba necesitada de cariño.

...

— Por mí podrías hacer esto todo el tiempo.

ConfidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora