74. Incierto

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¿Cómo terminaste aquí?

Aquí... ¿Dónde es aquí?

Es muy confuso. Una niebla se esparce sobre mis ojos, sobre mi cuerpo, sobre todo mi ser, esa es la única forma de describirlo.

¿Por qué estoy en este lugar? En este estado.

Una niebla oscura que me cubre de pies a cabeza, que no me deja ver lo que tengo en frente, ni mis manos, ni dónde mis pies se posicionan, podría creer que estoy suspendido en el aire, que no hay nada debajo mío, ni delante, ni detrás, que yo no soy nada, porque no puedo ver ni sentir nada.

No sé dónde estoy, ni sé de mí.

Pero sé que tienes que estar aquí”.

Suspendido en un letargo que pareciera infinito, quizás no lo sea, está niebla adormece todo, sentido y tiempo, es imposible saberlo.

¿Qué es esto?

No sé dónde estoy.

Aunque aveces la urgencia viene a mi cuerpo y la única sensación que siento me invita a recordar, o sentir como si lo hiciera, que tengo que hacer algo, que hay peligro, que no estoy seguro, tengo que salir.

¿Dónde estoy?

Tengo que ... Tengo, tengo que...

Tengo que seguir aquí.

«¡2-D!»





Mis ojos se abren de pronto luego de haber escuchado aquél grito, como si fuera una llave para tocar lo tangible y ver lo visible para despertar.

Estoy despierto.

Aunque mi respiración inestable ignora esto y mi vista queda cegada por la repentina luz.

Yo estaba soñando ¿Qué fue ese sueño?

Se sintió...

— ¿2-D? ¿Me oyes? –pregunta alguien y mis ojos como si olvidarán su función trabajan hasta poder enfocar a la persona a mi lado.

— ¿Jamie? –pregunto al verlo, dando paso a una voz rasposa y confundida–  ¿Q-qué?...

¿Por qué Jamie está acá? ¿Cómo me encontró?

— ¿No me estabas oyendo?

¿Oírle? "Acabo de despertar" estoy por responder, pero luego me doy cuenta de mi situación, ignoro aquél extraño sueño y  me esfuerzo por recordar antes que eso. La última vez que cerré mis párpados yo estaba en una posada a tres horas del escenario, estoy seguro, pero ahora... ¿Qué es esto? Ahora estoy en lo que pareciera ser una habitación de hospital.

— ¿Qué? –sale de mis labios lentamente, porque aún no soy capaz de reaccionar a todo lo que estoy viendo, incluso aunque me doy cuenta de que hay una intravenosa conectada a mi brazo derecho, no lo creo.

¿Por qué estoy aquí?

— ... Te trajimos luego de que la dueña de la posada donde estabas nos llamara –comienza a hablar Jamie lentamente al darse cuenta de mi confusión cada vez más grande.

— ¿P-por qué? –Pregunto sin saber que más decir. No entiendo nada.

— ¿No recuerdas porqué?.

— N-no –respondo sincero– ¿Qué fue lo que me pasó? Yo-yo lo último que recuerdo es que me acosté en la cama a dormir ¿P-Por qué terminé en este lugar?

Sus ojos inspeccionaron por un rato mi rostro y luego de suspirar vuelve a hablar.

— ¿No habías podido dormir recientemente?

ConfidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora