47. Arrepentimiento

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N/A: Pido perdón de antemano por errores que puedan haber, me dio flojera editar c: jiji, además quería agradecerles por todo su apoyo, ya son 9k de leídos! No entiendo porque siguen aquí pero estoy feliz de que lo hagan ^^ los amodoro.

Bye, no los molesto más and get ready...

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Si estábamos los dos todo era bueno, por más que rebuscaba, cuando estaba con él no había nada que me remordiera la conciencia, todo era correspondido, aquellos roces, el tacto innecesario, besos torpes, caricias, las estupideces que hacíamos, quedarme embobado escuchando su risa, viendo sus ojos y perdiéndome en el sonido de un bajo que aunque nunca se lo dije había mejorado bastante desde el comienzo.

Todo se veía bien, todo se sentía bien, cuando estábamos los dos.

Incluso volví admirarle y ya no le vi como algo malo, volví a verle con aquellos ojos luego de todo, casi sentía que era como los tiempos de antes, solo que ahora era mejor.

Me sentía bien, él me hacía sentir así.

Cada palabra quedó en mi memoria, aquellas frases comprometedoras se incorporaron en mí, y por más que  en estos momentos conozco de su falsedad, siguen ahí.

Mentiras que aún me creo.

Mentiras que me proporcionaban un bienestar creado por él, como era de esperarse en algún momento se aburrió de seguir haciéndolo.

Nada es eterno, lo sé desde siempre, sabía que en algún momento habría un termino de todo lo que pasábamos, sin embargo me equivoqué en pensar que el termino sería cuando uno de los dos muriera.

Sí, me enamoré, me proyecté, y al principio tuve miedo de hacerlo, pero unas hipócritas palabras me hicieron perder aquél temor de pensar en un futuro.

Saldremos de esta isla en algún momento, dejaremos este lugar, lo haremos, pero juntos, porque no terminará aquí, aunque dejemos de respirar esto no terminará ”.

Esto” pensé que hablaba de amor, me equivoqué, control,  juego, burla, era lo que estaba realmente en su cabeza, el show continuará aunque la marioneta ya no se pueda parar.

Cuando estábamos los dos todo era bueno, cuando estábamos los dos no había problemas con actuar a la pareja, le salía tan natural, que su amor inexistente caló hondo por mi sistema, peor que una droga, peor que cualquiera.

Sin embargo aquella fachada comenzó a derrumbarse de a poco, cuando no eramos los únicos.

Recuerdo pedirle por ultima vez que no ocultáramos lo que había entre los dos, no me hizo caso y lo acepté, esa debió ser la primera señal pero estaba tan enamorado que las excusas pasaban como agua por mi boca.

Y actúe, jugué su juego, debió divertirse viendo como se me era tan difícil estar lejos de él, debió hacerlo y yo no me di cuenta, me tenía bastante entretenido con los colaboradores y el álbum.

El también actuó, muy bien de hecho hasta armó una pequeña escena de celos por mi cercanía con Yukimi, una chica agradable por cierto...

— Decías –escucho de su parte y vuelvo a la realidad. Una mascara en mi dirección que escucha atentamente todo lo que digo– Stuart.

— Sí –parpadeo una cuantas veces.

Una parte de mí no quiere seguir, quiere distraerse, pero debo hacer esto, no puedo seguir siendo con quien juegan, sino el jugador.

— Como decía...

Todo era bueno cuando estábamos los dos, sin embargo las cosas no seguían siendo  igual de lindas cuando había alguien más, aunque haya tratado de hacer la vista gorda ante aquellos detalles, “hace esto porque de actuar” me repetía constantemente, pensaba que las cosas eran distintas porque debíamos aparentar ante los demás.

Pero las cosas se sobrepasaron incluso para mis ojos, luego de su escena de celos comenzó a ser más provocativo, volvió una pequeña faceta que había dejado escondida, él comenzó a coquetear, descaradamente casi frente a mí.

Solo le dije eso, ni siquiera la besé –protestó como si no fuera la gran cosa.

— Te ofreciste a acostarte con ella –susurré con un hilo de voz.

En cualquier momento rompería a llorar, aquella bella ilusión se estaba destruyendo.

— Y tu le sonreias a tu cantante favorita –respondió con el odio hacia mí que había estado guardando desde hace tiempo – ya deja tu show de mierda y dejame dormir.

Y tenía razón, no aguanté y lloré, de dolor, de impotencia, no entendía que ocurría ¿Donde estaba el Murdoc que se preocupaba en cada momento de mi bienestar? no quería entender, no quería hacerlo, no quería entender que realmente todo lo que decía eran palabras al aire que se desvanecían con los segundos. Nuestras definiciones de importante eran muy distintas.

Pero luego sentí sus brazos rodear mi cintura, un perdón, y ya el pequeño intento de pensar lo descarté de mi mente.

Te amo –escuché en mi oído, una voz tan profunda y cálida me introdujo a la oscuridad, ya estaba completamente ciego –solo a ti.

— ¿De verdad?.

— Puedo gritarlo si quieres –rió, yo nuevamente quede embobado con aquella melodía que antes jamás escuchaba.

Volví a dejar que hiciera de mí lo que quisiera, y ya a la mañana siguiente no me molesté tanto cuando una de las coristas le dejó su número y labial en la mejilla por un fugaz beso de despedida, difícil de quitar contradictoriamente.

Tenía de consuelo que Murdoc me quería sólo a mí. 

Estaba solo conmigo.

Sólo yo podía ver aquél lado débil, nadie sería capaz de ver sus lágrimas más que yo.

Aquellos besos tiernos sólo eran para mí.

“Ángel” era la única persona que era llamada así por él.

Ahora que lo pienso puede que me llamara así por su odio hacia mí, un ángel es el enemigo del demonio ¿no?.

Todo él era parte de mí, sin embargo yo no era parte de él.

Quizás nunca deberíamos decir que estamos juntos –dijo un día y mi respiración paró abruptamente, mi cuerpo reaccionaba antes que mi propia conciencia de lo que realmente estaba trasmitiendo con esas palabras.

Aquello fue una piedra que llegó directo a todas mis proyecciones de un futuro que jamás vendría. “Juntos contra el mundo de mierda” ¿Por qué me creí eso? Fui bastante tonto ¿no?.

Más de una vez Murdoc me había prometido que luego de todo no ocultaríamos nada, que todos sabrían que era parte de él. ¿Pero como hacerlo si no lo fui nunca?.

La gente no entendería esto.

Esa debió ser otra alarma, ahí debí darme cuenta que no todo era perfecto.

Hubiera amado que mi corazón se rompiera en esos momentos.

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