55. Ausente

293 37 73
                                        

— ¿E-espacio?.

— Sí –responde secamente, espero por su explicación, sus palabras, porque diga que esto es una broma, pero no sigue hablando, se queda callado, un silencio que me esta matando, lo único que ha hecho es sentarse en el sofá y evadir mi mirada.

¿Por qué se comporta así? ¿Por qué la persona que siempre tiene una respuesta se esconde de mi mirada como si tuviera miedo? ¿Qué es lo que pasó para que pensara que esto es lo mejor? ¿Qué pasa por su cabeza?.

— ¿P-por q-qué? –intento calmarme, controlar mi voz, el nudo en mi garganta, mi desesperación, mis ganas de gritarle y comenzar a llorar, necesito saber el porqué, ¿Por qué esta pidiendo esto ahora? ¿Por qué justo ahora cuando todo iba mejor? ¿Por qué?.

— Porque fuimos muy rápido.

Y otro golpe directo a mi pecho dificulta mi respiración.

—Y no siento que sea bueno para ninguno de-.

— ¿Q-qué mi-erda estas diciendo? –pregunto al borde del colpaso. Sus ojos se cruzan  con los mios llorosos por unos pocos segundos, siento mis rodillas temblar contra en suelo.

— Fuimos demasiado rápido –repite viendo abajo, mientras yo inútilmente busco su mirada.

— ¿Rápido?.

— Esto fue muy precipitado, puede que sea porque solo los dos estamos aquí y cada cosa que pasa se maximiza, cada problema, sentimiento –niega y una pequeña risa sale de sus labios– Nos prometimos amor eterno al mes de estar juntos, nos separamos por cinco días y quedamos como la mierda, te desmayaste frente a mí –levanta su cabeza por fin me ve, la expresión triste que apretujaba mi corazón desapareció y fue cambiada  por una seria que me intenta alejar– no somos adolescentes 2-D, esto es estúpido, fuimos demasiado ra-.

Y mi mano antes de que la pueda controlar se estrella contra su mejilla  tan fuerte que mi piel quema por unos segundos.

Silencio y más silencio, ni siquiera se queja, nada, no hay nada.

— ¿T-tu me qui-eres? –pregunto controlando mi voz apenas, estoy a punto de romperme y llorar– ¿Me quieres?.

— Lo hago –responde y no se como sentirme respecto a su respuesta, es la primera vez que no me siento feliz al escucharlo, resignación, arrepentimiento son acarriados con esas palabras, se arrepiente de haberse enamorado de mí.

— ¿Lo ha-ces? –vuelvo a preguntar exasperado esperando que su tono sea distinto al contestar.

— Te amo –responde firme e involuntariamente su mano llega a  mi mejilla, acción que se arrepiente y luego la quita– Es de lo único que estoy seguro.

— Entonces ¿Q-qué e-estas haciendo? –me acerco con desespero, tomo su mano, que toco mi mejilla un segundo, entre las mías – No pienses en nada –Y sus ojos tristes vuelven para provocar que las lágrimas que retuve caigan–  no-no lo hagas, solo-solo deja que este sentimiento siga siendo.

— 2-D...

— No te alejes –beso su mano sin dejar de ver aquellos ojos que me arruinan y desarman pero me salvan a la vez– por favor, quedate junto a mí.

— Miranos –su mano de pronto se suelta de aquella sutil  caricia y otro golpe a mi pecho casi me hace soltar un solllozo– no podemos separarnos ni un día y actuamos como idiotas.

— ¡Porque estamos enamorados maldición!.

— Esto no es bueno para ninguno –prosigue segundos después de mi arrebato– Cuando regresé te desmayaste –repite– ¿Y si yo no regresaba luego? ¿Y si. yo nunca regresaba?.

ConfidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora