16. Decisión

424 73 27
                                        

- ¿Por qué quieres que te cuente todo? -pregunto parando mi relato, quizás la razón de porqué pregunto es porque ya me es difícil seguir.

- Aún le quieres -afirma y no sé como responder, quiero decirle que no, que después de todo no es posible, sin embargo no puedo- sí, lo haces, no intentes negarlo - se para de su asiento y camina hasta llegar al frente mío - dilo.

- ¿Ah?.

- Di que sigues enamorado.

- No... Yo no-.

Toma mi rostro por el mentón y me obliga a verle , aunque no vea sus ojos siento su mirada.

- Ya te lo había pedido, confía en mí, si no lo haces me veré obligado a romper el trato.

- ¿Q-qué?.

- Te pedí que confiarás y no lo estas haciendo -niega.

- Sí lo hago -susurré, le he contado y le contaré todo ¿Qué más quiere?.

- No mientas- aumenta el tono de su voz y la sombra a la que tanto le había temido vuelve y se acerca intimidante.

Cierro los ojos esperando un golpe, pero no llega nada y a los segundos los abro encontrándome con su forma normal de nuevo.

Se agacha hasta quedar a mi altura.

- No soy Murdoc -dice y posa su mano en mi hombro- yo no te haré daño, en mí puedes confiar, no te defraudaré.

Me quedo callado por algunos segundos y luego hablo.

- Si-go... enomorado de-e Murdoc -digo agachando el rostro, pero de nuevo toma mi mentón para que le vea.

- Dilo de nuevo.

- Yo... E-estoy- no sigo se me hace difícil el admitirlo.

- Vamos Stuart -dice.

- Estoy enamorado de ... él.

- Di su nombre -pide autoritario.

- Murdoc -digo apenas, me duele admitirlo, tenían razón soy un imbécil.

- ¿Después de todo ese tiempo?.

La pregunta me deja sorprendido, a veces se me olvida que él estuvo viendo todo desde la lejanía.

- Sí -respondo en susurro.

Un silencio se propaga y bajo la cabeza, me siento avergonzado, cualquiera ya a estas alturas no sentiría nada relacionado con amor, pero yo lo sigo haciendo.

Un abrazo me toma por sorpresa. Pensé que al tocarlo no sentiría nada, después de todo su cuerpo se transforma en humo negro, pero no, me reconforta en sus brazos como si fuera una persona normal, lo único distinto es su frialdad.

- Quiero que me cuentes todo para conocerte, para conocer todo de ti, tu punto de vista, lo necesito para ayudarte, y la única forma de conocer todo eso es que tú me rebeles ese todo.

Se aleja y seca mi mejilla, ni cuenta me di de que había empezado a llorar.

- Recuerda, soy tu confidente Stuart, cuantame todo.

El poco miedo que aún le tenía, ya no está.

- Lo haré -asiento.

Puedo confiar en él ¿No? ¿Qué otra cosa más puedo hacer? Boogieman me ayudará a terminar con todo esto.

- ¿Puedes seguir?.

- Sí.

- Podemos tomarnos un descanso.

- No, ya quiero terminar esta mierda.

- Bien -vuelve a sentarse donde antes estaba- muy bien.

ConfidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora