56. Acabó pt2

280 43 18
                                        

Pt2

------------------

A pesar de darme cuenta que a los días siguientes seguía ignorandome y que no parecía arrepentido, seguía sin creermelo, no quería hacerlo, aun cuando yo buscara su mirada, aunque le hablara y él prácticamente hiciera como si no estuviera ahí.

No quería aceptar lo que estaba sucediendo.

Todo es un malentendido, me repetía esperando a que en cualquier momento él regresara y se disculpara conmigo.

Pero eso no pasó, le esperé casi una semana a que volviera arrepentido, a que dijera que era una broma, ese momento no llegó nunca. Ahí fue cuando me obligué a reaccionar, no podía esperar más, no podía dejar que se alejara tan fácilmente, entonces lo busqué, ahora lo busqué en serio porque antes a pesar de intentar entablar una conversación y no lograrlo me rendía fácilmente, no quería descubrir que pasaría si insistía ¿se volvería agresivo?.

Con los miedos en mi piel y las ansias de escuchar su voz, el desespero de tocarlo, de abrazarlo y no dejarlo ir, con todo eso contenido en mi cuerpo descuidado lo busqué.

Y aunque tratara de reprimir las ultimas y casi únicas palabras que me había dicho después de lo sucedido en el bunker, no podía dejar de pensar en ellas y en su rostro, no quería que se repitiera, no quería ver más esa expresión, quería su sonrisa.

"- 2-D -dijo secamente interrumpiendo mis palabras- no hables conmigo, no hay necesidad de que lo hagas, esto no te hace bien."

Casi una risa salió de mi boca.

"No te hace bien" ¿Como es que no me haría bien estar junto a él? Estando con él es cuando he sido más feliz, es cuando he reído más, cuando he amado más, llorado, enojado, junto a él he vivido más que nunca, he sido yo más que nunca ¿Como eso me haría mal?.

Murdoc es quien me alegraba con solo una mirada, él me hacía bien, y aunque en realidad no lo sabía con exactitud, pensaba que junto a él era más fuerte, seguro, puede que hasta ya ni siquiera necesitaba del amuleto para no ver a la sombra, todo eso pensaba que era posible si estaba junto a mí.

Yo no era mas débil por él, aunque Murdoc lo pensara por como me vio al regresar. Cuando estuvo de viaje lo que demostré no fue mi debilidad, sino que mi preocupación, si mis padres hubieran estado bajo el mismo peligro yo hubiera estado igual o peor.

Murdoc me hacía bien, claro que lo hacía, lo que no lo hacía era aquella careta que se aferro a él desde que volvió, nunca antes se había comportado así.

Fue agresivo y burlón como antes, pero solo lo fue en el búnker, como si hubiera actuado de esa forma para asustarme y alejarme, luego de que lo lograra comenzó a comportarse totalmente diferente.

Ya no habían risas sarcásticas, comentarios innecesarios, ni hirientes, era distinto.

Alguien sin expresión, que pareciera no importarle nada, ni nadie, lo único que hacia era ignorarme y en aquellos momentos donde sus ojos se cruzaban con los míos me recorría el miedo por aquella mirada sin brillo e indiferente, me sentía ajeno a él, como si yo fuera un extraño, así me sentía.

Y así como yo me sentía un extraño bajo sus ojos, él me parecía un extraño a mí, este no es él me decía, volvió a actuar.

Estaba completamente seguro.

Pero apesar de todo el temor que tenía por lo que me podría encontrar en Murdoc, dejé de evitarlo, no podía dejar pasar más tiempo, no podía soportar seguir lejos de él.

Lo busqué y lo encontré.

Le hablé y como esperaba siguió ignorandome hasta que tomé su mano.

ConfidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora