Confidente

6. Cambio

Es tan extraño todo, este lugar,  la estancia, no hago gran cosa pero diría que todo lo que hago lo disfruto.

— Plastic Beach –susurré con arena entre mis dedos. No me aburro creo que podría estar una eternidad viendo el mar y jamás diría que fue tiempo perdido, es extraño y me gusta- El mundo de Plastic Beach.

Murdoc cuando me presentó este lugar me dijo «Bienvenido a plastic Beach» pero debió haber dicho «Bienvenido al mundo de Plastic Beach» porque eso es lo que es un mundo totalmente distinto, de tranquilidad, como hoy, y de movimiento como seguro lo sera pronto. Nunca se sabe que puede pasar.

Todo es distinto aquí, incluso el trato que ahora me tiene Murdoc o incluso el mismo Murdoc.

Ahora que lo pienso seria buena idea que...

Salgo de mi rutina y en vez de subir y luego comer, busco a Murdoc. Todos los días me levanto antes que Murdz, aunque hoy fue diferente, luego desayuno junto a Cy, no come ni habla mucho, tengo que pelear para lograr que hable conmigo, quizás se deba a que bueno Cyborg es ... un cyborg. Luego bajo junto a mi libreta, un lápiz y aveces la melódica y me siento en la arena para pensar, muchas veces así me llegan las ideas. Luego subo de nuevo, veo alguna película de las que compró Murdoc, otra vez, o intento hacer nuevamente que Cy converse, aunque si Mudz esta alrededor es cuando mi rutina cambia y ya no se lo que haré después. 

— ¡Murdoc! –grite cuando lo vi.

Luego de recorrer casi toda la isla, al fin lo encuentro en el muelle junto al barco.

— ¿Qué?.

— Welcome to the world of the Plastic Beach –no dice nada y me queda mirando como si estuviera loco, aunque se queda unos segundos pensando en si lo que dije tiene sentido alguno.

— ¿Ah? –termina por decir.

— Como lo escuchaste.

Me mira por unos momentos e inclina la cabeza pero luego de reflexionar abre los ojos y se da cuenta de que es otra de mis ideas.

— ¡Anotalo ahora! –dice emocionado como un niño, mira mi lapiz y espera a que haga lo que dijo, le hago caso y anoto la frase contento, no pensé que le llegara a gustar tanto la idea, aveces mis ideas no le gustan pero últimamente no es así y todavía no me acostumbro– ¿Como no se nos ocurrió antes? Era obvio que teníamos que hacer una Bienvenida. Bien hecho 2-D –pasa su brazo por mi hombro y sonríe– así me gusta que trabajemos.

— ¿Subimos? –pregunto refiriéndome al estudio que se encuentra en el tercer piso.

— No todavía, ya tenemos la idea y la anotamos, no se Perderá. Ahora –me revuelve el cabello como lo ha estado haciendo esta ultima semana, lo hace cuando según él hago algo inteligente, creo que a Murdoc le hace falta tener un perro– tú deja que esa cabeza creativa siga maquinando y todo irá perfecto.

— Bueno –dije acomodando mi cabello  y luego bostece, el que haya dormido poco me tiene algo cansado.

Me quedé ayer hasta muy tarde hablando con Murdoc, Sí, es raro, seguro que si se lo dijera al 2-D de hace un año me llamaría loco ... Y Quizás también se enojaría, prometí no tener nada que ver con él, y eso se lo hice saber a Murdoc cuando me llamó antes de que me raptara.

— ¿Qué hacías? –pregunté negando a la nada, aveces pienso demasiado.

— Revisaba el barco, no quiere andar –explicó con una mueca– y no esta Cyborg para arreglarlo. Chatarra inservible.

— ¿Y por qué no estará? –pregunté con sarcasmo.

— Agh callate, solo estas celoso.

Y todo por traer una prostituta, aveces no entiendo a Murdoc, seguro Cy arreglaba esto en dos segundos, pero ella no está aquí. En la mañana Murdoc trajo a una prostituta y luego Cyborg tuvo que llevarla de vuelta al continente. Mudz siempre malgasta su dinero en cosas banales, todavía me pregunto de donde lo saca y como es que no se le acaba el dinero.