68. De las cenizas pt3

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No respondo y sin darme la vuelta me apoyo en la pared. Escucho unos cuantos pasos por mi lado, murmullos, veo los zapatos de los músicos alejarse con algunos “Adios” que no respondo. Segundos o minutos después mi vista por fin se levanta cuando el pasillo queda totalmente vacío, cuando solo queda silencio.

Mi cuerpo gira y al instante lo veo. No a la persona que aparenta estar bien, no la que se ríe y hace bromas vacías, no veo al mujeriego, no veo al alcohólico que nada le importa, no veo al músico, veo a Murdoc.

Lo veo viendo directamente a mis ojos. Cómo si dijera “esta bien, perdí” porque no esconde nada, porque incluso su mirada me transmite todo el cansancio que pesa sobre sus hombros, sin ningún filtro que obstruya, sin intentar escapar.

Él está aquí, está frente a mí, a tan solo a unos cuantos metros.

Avanzo y pasó por su lado entrando a la habitación. Escucho sus pasos acercándose y luego el sonido de la puerta.

Miro detrás de mí y me lo quedo viendo unos segundos como idiota, al ver que Murdoc apoya su espalda contra la puerta, como si tuviera miedo de que yo escape otra vez.

Mentalmente me golpeó para intentar hablar, salir del estupor, pero cuando estoy a punto de pronunciar mis cuestionamientos él habla primero.

— No terminamos de hablar –responde las preguntas en mi cabeza.

No sé cómo reaccionar, no sé si reír por verlo venir frente a mí luego de haberme ignorado los últimos días, no sé si llorar, besarle o golpearle.

“No terminamos de hablar”

Y yo no terminé de actuar, decido mientras escucho su respiración irregular.

— Deberías apresurarte, o te robaran a las chicas –hablo siguiendo el hilo de lo último que hice frente a él.

— Stu.

— ¿Qué pasa? –pregunto sin recibir respuestas está vez–  ¿Por qué Murdoc Niccals ha preferido hablar conmigo que ir de inmediato a disfrutar la noche?.

Cómo si hubiéramos regresado al mismo punto de inflexión de hace unos minutos, no dice nada tan solo se me queda mirando ¿Que es lo que quiere ahora? ¿Qué es lo que piensa? ¿Por qué no habla? Si no va a decir nada ¿Por qué me detuvo?...

— ¿Qué te detiene a disfrutar la soltería eh? –habla mi impaciencia.

— Para.

— ¿Ah? ¿Parar con qué? –digo confundido.

— No tenías que decir nada de eso, no tienes que hacerlo –dice de pronto casi encontrándome desprevenido– no lo hagas.

— ¿Hacer qué?.

Su vista aterriza en mis ojos atravesando todo, no tiene que hablar, no tiene que decir nada, ya sé de lo que habla, su expresión ya lo dijo todo, pero yo aún así no quiero entender tan fácilmente, no quiero más sutileza.
Quiero que diga la verdad, tal como es,  la verdad cruda, porque no hay otra manera, sentir la rudeza de esta situación, las náuseas, quizás eso logre atacar hacia un escapé.

— ¿Hacer qué cosa Murdoc?.

— Stuart.

— Necesito que me hables claro, no te entiendo Mudz –digo descarado y un largo silencio no logra apaciguar la tensión.

— Sabes de lo que hablo.

— No –respondo al instante callando de golpe la sutileza– no tengo ni idea de lo que estás hablando.

Una eternidad pasa en la que ningún ruido, irónicamente, aparece en esta sala llena de instrumentos y dos personas con miles de pensamientos en la punta de sus lenguas.

ConfidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora