Confidente

33. En la frontera

Mis ojos se abren  y vuelvo a confirmar de que esto fue una mala idea.

Al parecer todavía es de noche.

Debí haberme ido a dormir a otro lado, quizás debería hacerlo ahora.

Muerdo mi labio.

Su rostro esta exactamente frente al mío, si me acerco un poco, yo... Ah no, no, no, intento sacarlo de mi cabeza no besarle apenas tenga la oportunidad.

Su respiración es lenta, está tan tranquilo, no pareciera ser él, se ve indefenso, débil, quizás lo está, no podría defenderse  durmiendo  ¿No le preocupa que yo pueda hacerle daño? Sé que cree que le guardo rencor, sin embargo está aquí, como si estuviera probando la confianza.

No deberías confiar en mí.

Me aprovecho y me acerco, su respiración hace cosquillas en mi rostro.

Murdoc. No sé quien eres, lo único que me queda por creer es en aquella historia, aun así ¿Por qué me besaste? ¿Y por qué luego lo volviste a hacer? Si yo no hubiera parado, esos besos pudieron haber terminado en otra cosa ¿Era realmente necesario? Pudiste hacerme daño y decepcionarme sin haberlo  hecho ¿Por qué lo hiciste? ¿Y por qué lo seguías haciendo?. Necesito saldar esa duda ¿Necesitabas compañía? No, hubieron muchas veces en las que prostitutas llegaban a la isla, ellas podían besarte si lo necesitabas, no creo que no pudieras controlarte, esto va por otro lado ¿Acaso lo hiciste porque parecía prohibido? La exitación de hacer algo que se supone no se debe hacer, quizás fue más fuerte. Murdoc no tiene moral, él ha probado muchas cosas que moralmente hablando no son aceptables, haberme besado solo fue un simple acto, como probar un sabor de helado que jamás habías visto, me besó porque sí, seguro es eso, no hay otra razón que me quepa en la cabeza.

Me besó porque se le dio la gana. Ahora no me importa si eso fue así, lo que necesito saber es otra cosa ¿Lo volvería a hacer?.

Dijo que sus intenciones eran retomar nuestra amistad, se supone que los besos y aquellas extrañas caricias no deberían ser parte de esta etapa, no debería hacerlo, no tiene mi confianza y él lo sabe, besándome arruinaría todo. Si me besara se supone que me lastimaría, él dijo que ya no quería hacerlo más.

¿De verdad quiere ser mi amigo?.

Si realmente esas fueran sus intenciones, ahora debería alejarse.

¿Pero yo es eso lo que quiero que haga?
Yo... A la mierda.

Mis labios abrazan a los suyos en un casto beso, son tan solo segundos, tan solo segundos en los que me siento en la nubes.

Realmente yo no quiero ser tu amigo.

— Murdoc– susurro sobre sus labios.

Si tus intenciones fueran otras, me tragaría todas tus mentiras con tal de sentirme así todo el tiempo, si cambiaras de parecer, es estúpido pero me haría muy feliz.

Por favor, cambia de parecer.

Humedezco mis labios y no retrocedo, me quedo a solo centímetros de su rostro. Doy palmaditas en su mejilla hasta que al parecer despierta, cierro mis ojos antes de que los abra y dejo mi mano en su mejilla.

— Mmm ¿2-D? –pregunta adormilado.

Esto depende de ti.

Puede besarme y yo no me daría cuenta, si lo hiciera significa que en realidad no quiere ser mi amigo. Pero si se aleja, confirmaría todo lo que dice.

No te alejes por favor.

Siento como su mano llega a mi mejilla y mi corazón late a mil ante su tacto, por un largo tiempo se queda ahí acariciando con el pulgar mi rostro.