Volví corriendo al comedor y fui directa a la mesa donde Ash se hallaba comiendo. La agarré del brazo con fuerza y espeté:
—Tenemos que hablar. A solas. Ahora.
—¡Emma! —dijo sorprendida y con la boca llena—. Estamos por el primer plato. ¿Qué...?
—¡Levanta! —ordené molesta y tirando de su brazo. Miré con algo de culpa a los demás componentes de la mesa (Sher, tío Rick y Robert Scamander) que me miraban atónitos.
—¡Vale, vale! —cedió mi prima. La solté, se limpió la boca con una servilleta y se levantó.
La cogí de la mano y nos desaparecimos de allí hasta fuera del castillo, donde el sol seguía brillando con fuerza.
—¿Se puede saber qué demonios...?
—¡No, Asherah! ¿Se puede saber por qué demonios está Draco Malfoy aquí?
Ella me miró perpleja durante unos segundos.
—Ha sido mi amigo desde primer curso. Merecía venir. Y sobre todo después de las cartas —me contestó con voz suave y serena—. Si las hubieses leído...
—¡Pero no las he leído, las he quemado!
—Ése es el problema: quieres entender todo sin leer nada —dijo Ash frunciendo el ceño—. Así no van las cosas, Em. Debes leerlas para comprender. Deberías...
—No me digas lo que tengo que hacer —bufé frustrada y cruzando mis brazos.
—¿Te ha visto? —preguntó.
—No —miré hacia el frente. Los ciervos que pastaban en las colinas despreocupadamente me dieron una envidia terrible—. Estaba mirando... muy concentrado... un espejo. Le vi al salir del baño, antes de empezar a comer. El espejo...
—Oesed —aclaró Ash—. Sí, cuando el guía nos dio un tour por el castillo a Sherry y a mí antes de alquilarlo nos contó cómo había llegado hasta allí. Quizás algún día te interese escuchar la historia —rió levemente—. Emma, deberías... Perdón —se interrumpió cuando la fulminé con la mirada—. Sólo quiero que estés bien. Que lo arregles... porque no es demasiado tarde.
—Exacto, tienes toda la razón —accedí—. Es demasiado pronto.
—¿Pronto? ¿Pronto para aceptar la verdad? ¿Pronto para olvidar y perdonar, para pasar página? ¿Después de cinco años, Emma, es pronto? —su tono de voz subió un poco, pero sabía de sobra que intentaba no gritar para no ponerme nerviosa.
—Pues sí, a mí me parece pronto —contesté como una niña pequeña.
—A mí no —me arrebató—. Pero es tu vida. Tu decisión. Yo solo he cumplido con mi deber de amiga al invitarle a mi boda. Del mismo modo, confío en que me invite él a la suya.
Me di la vuelta con brusquedad.
—¿Se va a casar? —espeté en contra de mi voluntad, exponiendo mi debilidad.
—Lo hará algún día —dijo por toda respuesta, lo que me hizo sonrojarme y cabrearme más.
—No pienso dirigirle la palabra. Ni le miraré. No quiero. No... puedo —expliqué—. Y si me mira... Si sus ojos se encuentran con los míos...
—¿Qué piensas hacer? —inquirió Ash.
—Huir.
La comida incluso me sentó mal. La abuela siguió parloteando con los demás de su quinta, mientras yo comía sin ganas y miraba a la nada. Odiaba estar así; era una sensación de vacío asquerosa.
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La Serpiente Y El Tejón (Draco Malfoy Fanfic)
FanfictionLa valentía nunca había sido mi fuerte, pero sí mi tenacidad; supongo que por eso me eligieron para la casa de Hufflepuff. Soy Emma O'Brien y estoy complacida de contarle al mundo (tanto mágico como muggle) la historia de mi vida, sobre todo en Hogw...