La Serpiente Y El Tejón (Draco Malfoy Fanfic)

Thestrals

—Es que simplemente no me lo creo —negó con la cabeza Ed mientras nos dirigíamos a la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas.

Debo aclarar que Hagrid había regresado y le había contado a El Trío de Oro dónde había estado. Pero eso es otra historia.

—Pues yo sí me lo creo. ¿Sabes?, veo a Emma muy capacitada para darle una buena bofetada a alguien que se lo merece —comentó George.

—¿Eso es un halago? —me reí.

—He intentado que lo sea —sonrió.

—A ver, yo ya sé que Emma tiene carácter, pero como para pegar a su novio... —dijo Ed.

—Pegarle... Suena muy mal; yo no le maltrato. Al contrario... —contesté.

—No me refería a eso, está claro —replicó Ed—. Y lo que tampoco me acabo de creer es eso de que dijo «lo siento». No te estoy llamando mentirosa ni mucho menos, pero me parece increíble.

—A mí también me lo pareció. Pero lo hizo —me encogí de hombros.

—¿Qué creéis que nos enseñará ahora este majadero? —oí la voz de Smith cerca de mí. Me di la vuelta y le vi caminar entre Justin y Ernie.

—No lo sé —respondió Justin indiferente.

—¿Te estás refiriendo a Hagrid, Smith? —le espeté deteniéndome.

—Sí, claro —asintió. Me acerqué a él malhumorada.

—Si vuelves a hacerlo, Smith, te juro que...

—No merece la pena, Emma —dijo Ed.

—No te conviene amenazarme, Emma —me avisó Smith.

—Oh, muy hábil; me pides que no te amenace con una amenaza —le sonreí con ironía.

Él intentó replicar, pero no pudo. Di media vuelta y marché camino abajo para llegar por fin a la clase.

—¡Buenos días, alumnos! —saludó Hagrid alegremente, levantando los brazos—. Hola, Emma —me sonrió cuando me acerqué.

—Buenos días, profesor Hagrid —le sonreí y él movió su cabeza con una sonrisa tímida.

—Vamos, acompañadme, tendremos que internarnos en el bosque —le dijo a la clase y hubo un murmullo general en el grupo, aunque comenzamos a caminar detrás de él.

—¿Para qué? Ahí hay criaturas peligrosas, ¿sabe? No querría poner nuestras vidas en peligro, ¿o sí? —protestó Smith.

—Me parece que Hagrid sabe de sobra lo que hay en el bosque —espeté con desdén y sin siquiera mirarle.

—Exactamente —dijo Hagrid, señalándome con el dedo índice—. De todas formas, Smith, si tienes alguna queja, díselo a Dumbledore.

—O a la cara de sapo —murmuró George, provocando que Ed riese.

Anduvimos durante diez minutos hasta llegar a un sitio rodeado de árboles, cómo no, y encontramos allí a una vaca muerta. Algunos se quejaron por el olor y otros porque les daba miedo o asco. La verdad es que no era agradable ver a una res rodeada de moscas y en estado de putrefacción.

—¿Es esto lo que vamos a aprender hoy, a cómo se descompone una vaca? —preguntó Megan Jones con desagrado.

Merlín, gran y poderoso aunque difunto mago, ¿por qué demonios no haces que Smith se enamore de su alma gemela (Megan Repelente Jones)? ¿Te gusta verme sufrir mientras me acosa compulsivamente? Seguro que te estás regodeando desde allí arriba.