La Navidad acechaba y con ella, el frío invernal que siempre rodeaba a Hogwarts y sus alrededores. El brillante cerebro del profesor Slughorn había discurrido una idea que quizás gustaría a unos adolescentes de sexto curso: organizar una fiesta de Navidad en su despacho con todos los miembros de su club. Y debíamos llevar pareja.
¡A quién se le ocurre! A él, claro. Al bueno de Slughorn.
—Yo creo que estaría bien uno verde; es un color navideño —me sonrió Rachel con inocencia. No dejaba quieto el tema del vestido para la estúpida fiesta.
Hacía tiempo que no la veía, tanto en su forma humana como convertida en lechuza. No sabía el porqué de su temporal desaparición, pero al menos tuve tiempo para pensar. ¿En qué? No lo sabía. Apareció en el momento adecuado, para ayudarme con dudas. Aunque me preocupaba más mi padre, sus planes y Smith, su actual adicción era mi vestido.
—El verde está bien —concedí—. El rojo me parece demasiado excesivo...
—Te quedaría genial uno rojo —comentó sonriendo ampliamente, con los ojos brillantes de emoción—. Pero es tu decisión la que cuenta.
—Gracias —asentí.
—¿Y qué noticias tienes? Sobre lo que sea —preguntó.
—Mi amiga de Slytherin está saliendo con un Gryffindor, apenas veo a Draco, mi padre pega a Smith y me da pena cuando no debería... —suspiré.
—¿Por qué dices eso? Sentir lástima por una persona que sufre no es nada ridículo —opinó.
—Ya... Lo sé. Pero Smith es...
—Es una persona —contestó Rachel—. Y me parece muy bien que te compadezcas de él, sea quien sea.
—¿Y tú dónde has estado? —inquirí.
—Volando. Con tu familia y... He visto a tu padre —alzó las cejas.
—¿Dónde? —espeté asombrada.
—En el Bosque Prohibido. Para ser tan mala persona, su forma animal es bastante bonita... —comentó y luego sacudió la cabeza—. Estaba solo, al menos las veces que le he visto. Está más delgado, supongo que tiene dificultades para encontrar alimento.
—Debería morirse de hambre —escupí con odio.
—Eres igual que tu tío —dijo Rachel soltando una risa.
—¿A caso tú crees que merece estar vivo después de todo el daño que ha causado y que está causando? —bufé cruzándome de brazos—. Es tan injusto... Debería ir al Bosque y encargarme yo misma de él.
—¿Tú te estás oyendo, Emma? Ya lo hiciste una vez, ¿qué planes tienes con él? Es un adulto, por tanto, sabe mucha más magia que tú. Podría matarte con un movimiento de su varita, o torturarte, o dañarte severamente... Dejarte inconsciente o... No irás al Bosque, ¿me has oído?
Tenía el ceño fruncido y su tono de voz era imponente. Por fin había sacado su lado protector y firme. Me gustaba. Ese lado suyo evitaría que yo hiciese tonterías, lo cual era un punto a favor.
—Sí, Rachel, no iré al Bosque —asentí sonriendo, y ella hizo lo mismo—. ¿Podré ir en vacaciones de Navidad a casa?
—Lo preguntaré —respondió.
Se oyeron unos pasos subiendo las escaleras hacia la habitación y miré a Rachel con urgencia.
—Lechuza, ya —le dije en un susurro. Ella asintió y pronto una lechuza se escondió bajo mi cama. Por mi parte, yo me tumbé en ella y agarré un libro para fingir que leía.
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La Serpiente Y El Tejón (Draco Malfoy Fanfic)
FanfictionLa valentía nunca había sido mi fuerte, pero sí mi tenacidad; supongo que por eso me eligieron para la casa de Hufflepuff. Soy Emma O'Brien y estoy complacida de contarle al mundo (tanto mágico como muggle) la historia de mi vida, sobre todo en Hogw...