El jueves, Hufflepuff y Ravenclaw compartimos clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. El profesor Moody era tan rudo y arisco como su aspecto. Nos enseñó las tres Maldiciones Imperdonables. Alguna vez había leído algo sobre ellas, pero claramente, la que mejor se conocía era Avada Kedavra, la maldición mortífera, la que dejó a Harry huérfano.
Ron y Harry me comentaron que su clase con él había sido muy intensa. Neville había quedado algo tocado, pero parecía tranquilo después.
Cuidado de Criaturas Mágicas también fue una clase bastante interesante. Justin y Hannah resultaron heridos por los escregutos de cola explosiva, aunque solo fue un pequeño mordisco. Pero Justin enloqueció y se lo llevaron a la enfermería. Susan le acompañó.
Hagrid se tapaba la cara con desesperación.
—Todas mis clases son un completo desastre. Sé que los escregutos no son lo mejor, pero se les coge cariño... Oh, ¡menudo profesor; siempre hay algún herido! —se lamentaba al borde del llanto.
—Vamos, Hagrid, no eres mal profesor. Es que las criaturas, a veces, no están muy bien domadas y no todo el mundo sabe controlarlas. Tú siempre has sabido mantener la calma, Hagrid: eso es digno de ser un buen profesor —le animé yo. Conseguí que me apretase contra su pecho abrazándome mientras sollozaba como si estuviese a punto de morir.
—Te llevas muy bien con Hagrid, por lo que veo... —comentó Ernie mientras Hannah intentaba captar su atención mostrándole su herida.
—Claro. Es un buen tipo, muy tierno y muy amable, a pesar de ser un tío enorme. Tiene igual de grande el corazón —contesté feliz.
—Menos mal que no se lo dices a él —dijo Hannah poniendo los ojos en blanco—. Se pondría a llorar como una magdalena.
—¡El pobre! —reí.
Al día siguiente, antes de entrar en mi primera clase, que era Encantamientos con Flitwick, Hermione me dio una sorpresa. Se presentó ante mí con una caja de cartón.
—¡Emma, tengo el placer de presentarte a la P.E.D.D.O.! —me anunció entusiasmada, con una gran sonrisa.
—¿La «peddo»? —fruncí el ceño con confusión.
—A veces eres igual que los chicos —suspiró ella poniendo los ojos en blanco—. No es «peddo», es pe, e, de, de, o: «Plataforma Élfica de Defensa de los Derechos Obreros.»
—¿Otra vez con los elfos? Hermione, a ellos les gusta trabajar y ser sumisos, es su estilo de vida y...
—¿De verdad que no eres hermana de Ron? ¡Porque habláis de la misma forma! —me espetó con cara de enfado.
—Hermione, no te alteres. Vale, ya lo dejo. ¿Y qué pasa con la «peddo»? —pregunté.
—Pe, e, de, de, o —me corrigió de nuevo con irritación—. Es una campaña que fundé ayer, por eso he estado tanto tiempo en la biblioteca: me he documentado. La esclavitud de los elfos no es algo de ahora; hace siglos que son tratados con tal crueldad. Quería preguntarte si te gustaría afiliarte, solo cuesta dos sickles.
—¿Dos sickles? —me quejé yo.
—No te estoy pidiendo dos galeones —me dijo un poco molesta.
—Bueno, vale. Venga, me apunto. Aunque sea por... los elfos como Dobby —cedí, dándole dos sickles.
—¡Muchas gracias, Emma! Toma tu insignia —sonrió.
—Sí, claro —la recogí y la guardé.
—Luego hablamos, Em, tenemos que ir a clase —me sonrió satisfecha y se fue corriendo.
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La Serpiente Y El Tejón (Draco Malfoy Fanfic)
FanfictionLa valentía nunca había sido mi fuerte, pero sí mi tenacidad; supongo que por eso me eligieron para la casa de Hufflepuff. Soy Emma O'Brien y estoy complacida de contarle al mundo (tanto mágico como muggle) la historia de mi vida, sobre todo en Hogw...