Victoria agridulce

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El lunes, en cuanto salí del Gran Comedor después de haber desayunado, me encontré a Crabbe y Goyle pisándome los talones. Muy bien, Draco ya les había ordenado que me escoltaran de nuevo. ¡Los pobres no tendrán tiempo de llegar a sus clases a la hora! Antes de salir del castillo para dirigirme a los Invernaderos, me giré y les hablé.

—Escuchad, ya sé que Draco os ha dicho que me sigáis para asegurarse de que Smith no vuelve a intentar nada conmigo, pero si me acompañáis hasta al lavabo, no podréis tener una vida privada y ni siquiera llegaréis a tiempo a las clases. Así que creo que podéis dejarlo mientras tengamos clases; de todas formas tengo que verle en ellas...

—Pero Malfoy ha dicho...

—A partir del final de las clases podréis acompañarme a donde os plazca —interrumpí a Crabbe.

—Está bien... —asintió.

—Una cosa... —habló Goyle—. ¿Podrías hacer tus deberes en la biblioteca? Si estás en tu Sala Común resultará difícil vigilar que ese idiota te deje en paz.

—¡Ah, sí! No hay problema —sonreí—. ¡Hasta luego!

—¡Espera! ¿Cuál es tu última clase hoy? —preguntó Goyle.

—Encantamientos.

—¿Qué querían los amigos de Mal... Draco? —me preguntó Ed mientras bajábamos al Invernadero.

—Serán mis guardaespaldas de nuevo porque... —contesté y le relaté la historia del Día de San Valentín.

—¡Quisiera una vida como la tuya! Nunca pasa un día tranquilo por tu vida, Emma. ¡Mi vida es aburrida! —comentó. Yo resoplé.

—Ojalá nos pudiésemos cambiar la vida... Aguantar a un acosador no es tarea fácil... Y, además, ¿no crees que besarte con tu novio en la alacena del colegio es emocionante? —le respondí bajando un poco la voz y mirando a nuestro alrededor por si estaba George. Estaba teniendo una interesante conversación con sus compañeros de habitación.

Ed se sonrojó levemente.

—Lo admito; eso no estuvo nada mal... —sonrió mirando al suelo.

—¿Cómo os fue a vosotros en San Valentín, por cierto? ¿Hicisteis algo, fuisteis a Hogsmeade? —cuestioné curiosa.

A Ed se le encendieron más las mejillas.

—Bueno... Ya que todo el mundo se iba a Hogsmeade, Georgie y yo decidimos quedarnos en el castillo, para tener intimidad y tranquilidad. Y nos fue muy bien —dio un largo suspiro—. Todo el día en la cama.

Me tapé la boca pero no pude aguantar las carcajadas.

—¡Tonta, malpensada, asquerosa! —exclamó Ed, haciendo que varias personas nos mirasen mientras yo seguía riéndome y él me golpeaba el brazo sin fuerza—. ¡No hicimos nada de lo que tú te crees! —susurró airado.

Solté otra carcajada.

—Lo siento, Ed. Lo siento mucho —le dije aún riendo, pero menos que antes. Él bufó.

—La próxima vez no te diré nada —espetó molesto.

Parker, por su parte, se pasó la mayoría de la clase lanzándole miradas penetrantes a Ed, haciendo que se sonrojase todo el rato. A saber lo que habrán estado haciendo estos dos...

Por la tarde, agarré mi pesada mochila llena de libros y materiales necesarios y me encaminé hacia la salida de mi Sala Común. Pero en la entrada ya estaban Crabbe y Goyle, así que no tuve que molestarme en buscarlos.

La Serpiente Y El Tejón (Draco Malfoy Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora