—¡Por favor, por favor, por favor! ¿Por qué lo haces todo tan complicado?
—¡He dicho que no, Smith! Si sigues insistiendo, te meteré el tenedor por la nariz —exclamé malhumorada mientras apuntaba al rubio con el cubierto.
Él puso una cara de susto, se calló y miró hacia su plato.
—No se puede desayunar tranquila ni un santo día, estoy más que harta... —mascullé cabreada al tiempo que seguía desayunando.
—Tenemos dos horas de Herbología en quince minutos —oí que Ernie le decía a Justin. Suspiré con cansancio.
Las horas libres no nos servían para descansar, y mucho menos los fines de semana. Teníamos tanto trabajo que era lo único que hacíamos, además de comer y dormir.
—¿Qué era eso en lo que insistía tanto Zacharias? —me preguntó Susan en un susurro.
—Quiere que me presente a las pruebas de quidditch, pero ni loca haré semejante insensatez —contesté mirando al susodicho con odio—. Ya le aguanté bastante el año pasado. Y con todo el trabajo que tenemos, no quiero más tareas.
—Es lógico —coincidió Hannah.
—¿Ha acabado de desayunar el tejón más amable del mundo? —preguntó una voz dulce detrás de nosotros.
—Buenos días, Ash —sonreí a la pelirroja Slytherin y me levanté de mi asiento.
—¿Lista para la clase de Sprout? —sonrió.
—Claro —asentí—. Chicas, nos vemos ahora —les dije a mis amigas.
—Emma —me llamó Smith. Le miré con aburrimiento—, por favor...
—Déjame vivir, Smith —escupí con amargura.
Me encaminé con Ash hacia los Invernaderos. Nos habíamos hecho muy amigas desde que nos conocimos. Evitábamos a toda costa mencionar a mi padre en nuestras conversaciones, aunque a veces el tema salía a flote sin querer. A mí no me importaba demasiado, aunque no quería insultarle delante de ella, quien hablaba maravillas de ese hombre desalmado y malévolo a mi parecer.
La clase había comenzado hacía media hora, cuando un hombre al que no reconocí entró en el Invernadero y le pidió con suma educación a la profesora Sprout si podía llevarse a Hannah afuera un momento. La profesora aceptó de inmediato, curiosa ante la llamada. Todos los allí presentes pudimos oír con claridad que el hombre le comunicaba a mi amiga que su madre había fallecido.
El grito desgarrador que soltó mi amiga retumbó por los terrenos de Hogwarts. Ernie quiso salir a consolarla, pero Sprout decidió que no era una buena idea. Yo solamente quería que la clase acabara para poder ver a Hannah.
A la hora del recreo, Susan y yo corrimos a nuestro cuarto, pero se encontraba vacío. Pudimos ver que las cosas de Hannah ya no estaban allí, y nos temimos lo peor.
—¿Se la habrán llevado? —preguntó Susan en un hilo de voz.
—Tiene toda la pinta... —suspiré.
—Vamos al despacho de Sprout. Ella tiene que saberlo —propuso y yo acepté.
Así que corrimos hacia allí y llamamos a la puerta. La profesora nos cedió el paso desde dentro.
—¿Se han llevado a Hannah? —soltamos las dos al mismo tiempo.
—Así es. Me temo que han tenido que llevarse del colegio a la señorita Abbott por el fallecimiento de su madre —asintió la mujer con pena.
—¿Sabe lo que ha ocurrido? —pregunté angustiada a la vez que Susan ahogaba un sollozo.
—No. La encontraron muerta... Aún no se sabe nada. Pero vuestra amiga ha tenido que partir —explicó.
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La Serpiente Y El Tejón (Draco Malfoy Fanfic)
FanfictionLa valentía nunca había sido mi fuerte, pero sí mi tenacidad; supongo que por eso me eligieron para la casa de Hufflepuff. Soy Emma O'Brien y estoy complacida de contarle al mundo (tanto mágico como muggle) la historia de mi vida, sobre todo en Hogw...