[Canción en multimedia recomendada para escuchar. ¡Las amo!]
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Puja. Puja. Puja. Puja.
Lo que más se escuchaban en el piso eran sus gritos. Pero, ¿cómo podía sacar fueras para hacer lo que le decían? Desde que se él fue, ella había caído en una espiral descendiente de emociones. Durante nueve meses había pasado por diferentes etapas: ira, negación, confusión y al final aceptación a lo que su vida se tornó. Fueron dos semanas las que pasaron para que se diera cuenta a lo que se iba a enfrentar. El tiempo había llegado y anhelaba muy en su interior que él estuviera aquí para ver; ver lo que ambos habían creado.
Le tomó bastante tiempo poder hacerse la idea de que estaba sola. Ahora era ella quien no podía conciliar el sueño por las noches, las películas románticas eran su consuelo por muy masoquista que fuera, ya que por lo menos en algún mundo ficticio las protagonistas conseguían felicidad. Al tiempo llegó la aceptación y su corazón comenzó a sanar poco a poco gracias al apoyo de Hailey y Jim, que no habían dejado de visitarla a pesar de que ambos estuvieran ocupados.
La primera carta llegó después de tres meses de su partida y por el sobre grueso, ____ supo que debían de ser muchas hojas de extensión. No la leyó, ni tampoco las siguientes que llegaron. Las cartas tenían su lugar sentenciado: una caja de zapatos a lo alto del armario con su mitad ya vacía. ____ quiso romper todos los sobres sin abrir muchas, pero nunca tuvo el valor para hacerlo y se consideraba patética porque un trozo de papel podía hacerla vulnerable y por ello, la caja seguía sin tocar; sólo servía para recolectar polvo.
Trabajar en el campo era más de lo que podía soportar, porque no verlo ahí como antes acostumbraba, le mataba por dentro. ____ siempre usaba excusas que tenían que ver con su embarazado para poder salir de trabajar temprano, aunque llegar a un departamento vacío era mucho peor. En ningún lugar se encontraba a salvo de los recuerdos que tuvo con... él. Hailey le había prohibido desde el inicio que no se diría su nombre, su amiga lo detestaba con ganas. En cuanto a Lina, ella había recibido una beca después de su internado en Boston y Jim no podía perdonarle que lo haya dejado sin siquiera meditarlo. Su amiga aceptó la beca desde el momento en el que recibió la carta.
Puja. Puja. Puja. Puja.
El sudor era demasiado y su vista estaba nublada por ello, si no fuera por la dos manos que apretaban las suyas infringiéndole ánimos, apoyo y fuerza, creería que estaba sola con lo que estaba afrontando. Como pudo, sonrió porque ellas estaban a su lado. Su mejor amiga le dio las fuerzas para hacer lo que tenía que hacer.
—¡Tú puedes! ¡Un poco más! —le gritó Hailey con euforia, ella nunca dejaría de estar a su lado pasara lo que pasara.
Puja. Puja. Puja. Puja.
El grito desgarrador fue fuerte y hasta a ella misma le dolieron los oídos, pero después... se sintió libre. Dejó caer la cabeza en la almohada, su pecho subía y bajaba con movimientos irregulares y al escuchar el sonido de una nueva vida, alzó la cabeza.
Tan pequeña, tan hermosa, tan inocente. ____ abrió la boca pero no pudo decir nada, las lágrimas le dieron a entender lo que estaba sucediendo. Hailey la miraba de la misma forma, su amiga también tenía lágrimas y su madre estaba incluso más conmocionada, se notaba el orgullo que sentía hacia ella. Por instinto, ____ alzó las manos para recibirla. No pesaba nada, sus ojos estaban cerrados y se preguntó de qué color los tendría más adelante. Estaba cubierta de líquido blanco, pero aquello no la detuvo para darle un beso en su frente.
—¡Dios mío! —Hailey dijo sin aliento también.
Si antes no existían las fuerzas, _____ sabía que poco a poco las recobraría. Por ella, por su hija.
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Soldier [j.b.]
Fanfic«Tu deber estaba aquí conmigo. No debiste volver. ¿Acaso no fui suficiente para ti?» Después de que Justin decidiera romper su promesa de no volver a sus servicios, _____ decidió dejar de esperar. Suficiente era con esperarle por 6 meses o hasta...