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La caminata a su casa, se me hace eterna. El corazón me palpita rápido en cada paso que doy. Me pica el cuero cabelludo. Es bastante temprano, pero aún así las calles están bastantes desiertas y oscuras. Cuando por fin llego, tengo el corazón en la boca. No puedo creer que estoy aquí. Me acerco a la entrada del jardín de la casa mediana, gris, con persianas de madera. Es más pequeña que la mía. Jardín, garaje y un segundo piso donde seguramente hay solo habitaciónes. Antes de acercarme a la puerta de entrada, miro para todos lados y me aseguro que nadie me este mirando. No quiero que está noche termine con una llamada a la policía.

Me acerco más a su casa hasta llegar a la puerta. Pego mi oído a la fría madera. No se escucha nada. En silencio y dando pasos suaves me escabullo hasta el costado de la casa. Hay una cerca de madera cerrada que da paso al patio de atrás. La fuerzo, ya que es demasiado alta para que la pueda saltar y entro. Vuelvo a cerrarla despacio. Camino despacio hasta llegar a la puerta de atrás. Cuando llego a la puerta vuelvo a pegar mi oído a la fría madera. No se escucha absolutamente nada ¿Estarán durmiendo todos? Miro para las ventanas del segundo piso. Estan apagadas. Buen trabajo imbécil, venir a la casa de Ivanna cuando no hay absolutamente nadie.

Tengo ganas de pegarle patadas a todo. Levanto la cabeza totalmente agobiado. Intentando controlar la ira que siento y ahí es en donde veo una luz. En el pequeño balcón que no había notado por la desesperación de verla. Puedo ver la luz a través de la persiana.

Me alejo y miro con más atención ¿estará ella ahí? Siento calor en el pecho. Busco en cada centímetro de la pared, un cable, un caño, una rama que me ayude a subir y llegar hasta el balcón. Desesperado, por sólo la posibilidad de contemplar a esta chica yo sólo. Sin que nadie este al rededor nuestro. Será algo entre nosotros dos, aunque ella nunca lo sepa.

Miro para ambos costados de la pared, buscando la manera de subir. No es no este en forma, ni que no lo allá echo antes. El problema es que el echo de que Ivanna esté dentro de estas cuatro paredes, me pone los pelos de punta. De pronto observo con más atención el árbol detrás de mi. No es muy alto y no se si aguante mi peso pero me parece que si me trepo, puedo estirarme hasta la baranda del balcón. Me acerco hasta las ramas e intento trepar. Las ramas tiemblan ¿Está mierda aguantará mi peso? Me abrazo al tronco del árbol y con esfuerzo estoy arriba de una delgada rama. Rezo para que no se quiebre. Con el ruido, despertaré a medio vecindario. Me subo a la rama siguiente. Me tiemblan los brazos. Si me paro, es posible que llegue.

Cuento hasta 3 antes de pararme. Mis piernas tiemblan. Espero que esta mierda no se rompa. Me estiro todo lo que puedo e intento alcanzar un barrote de la baranda. Apenas puedo tocarlo, pero de un salto lo alcanzo y quedo con las piernas colgando. Me agarro fuerte con ambas manos. Mierda. Mierda. Mierda. Utilizo toda la fuerza que tengo en los brazos y levanto mi peso hasta llegar a la baranda. Engancho mi pie y logro subir. Caigo desplomado en el piso del balcón, sin aire.

Me quedo un rato mirando las estrellas, no se cuanto tiempo ¿Dos minutos? Cuando recupero el aliento, me siento. Miro hacia adentro y me encuentro con una persiana. Aún así puedo ver la luz de la habitación. Me levanto del piso y abro la ventana de vidrio. Pego mi oreja a la madera áspera y vieja. Escucho música. Una mujer cantando en inglés. Definitivamente ahí alguien dentro ¿Pero por qué no se escucha nada? ¿Un movimiento? ¿Una respiración?

Me pica la curiosidad. Intento ver para adentro pero es imposible. ¿Casi me parto el culo sólo para encontrar una puta ventana cerrada? Ni hablar. Voy a entrar. Busco el comienzo de la ventana para poder levantarla. Meto mis dedos por debajo. Me pincha la pintura destartalada pero no me importa. Comienzo a subirla. Cruje la muy puta. La levanto lentamente hasta que esta totalmente arriba. No fue fácil pero lo logre. Una cortina blanca me separa de la habitación. Corro las cortinas y entro con un paso silencioso. Miro para todos. La mujer sigue cantando en inglés. Hay una puerta donde me parece divisar un pequeño baño. Un placard con espejo, donde hay fotos pegadas, colores oscuros decoran el lugar. Estoy nervioso ¿Es su habitación? ¿Estoy en su habitación? Sigo girando la cabeza recorriendo el lugar y entonces me quedo totalmente petrificado.

Una cama de una sola plaza. Acolchado negro arrugado en la punta y sábanas blancas, impecables. Pero eso no es lo que me tiene alucinando Sino lo que hay encima de ella. Una criatura hermosa, una visión perfecta... en posición fetal y totalmente pálida con la piel cremosa, con una ropa casual que si no fuera por lo que estoy haciendo, jamás la vería asi. Y esta profundamente dormida, sin saber que estoy parado a escasos metros de ella.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora