(61)

12.2K 732 71
                                    

Martín se acomoda el cabello recién cortado. Cada vez que se corta el pelo sus ojos me parecen más saltones, pero ya estoy acostumbrado.

— No te preocupes... de seguro le encantará tu nuevo estilo. — Lo molesto.

— ¡Cállate o te pateare el culo!

Levanto las cejas sin dejar de reír. Molestarlo con Julieta es mi nuevo pasatiempo, aunque aún no consiga que me hable de lo que siente realmente por ella. Me da curiosidad y admito que me ofende un poco que no quiera confiarme lo que le pasa, porque yo siempre le cuento todo.

Caminamos hacia la escuela para otro día de clases. Mientras vamos llegando diviso a mi novia, está con sus amigas hablando animadamente.

— El sábado es tu cumpleaños ¡Ya serás mayor! — Oigo que Mariana, su amiga, le dice Ivanna.

— Si... — Contesta Ivanna sin ganas pero sonriendo.

Este sábado es su cumpleaños número 18. Cuento las horas para darle el regalo que estoy planeando.

— ¿Tu cumpleaños? — Pregunta Martín perplejo.

Martín y yo saludamos a las amigas de Ivanna. Veo que mi amigo se pone tenso y finge desinterés cuando saluda a Julieta. Reprimo una sonrisa mientras abrazo desde atrás a mi novia por la cintura. Ella voltea la cabeza y nos damos un beso en la boca. Deliciosa.

— Si, el 10 de Octubre cumplo 18. — Le contesta a Martín.

— Ya lo sabía, te gustará lo que tengo preparado para tí. — Susurro en su oído como si fuera un secreto entre los dos.

Ella pone los ojos en blanco. Frunzo el ceño ¿Qué le pasa?

— No quiero nada. — Dice de golpe.

— ¿Por qué no? Podemos hacer una fiesta. — Comenta Mariana. 

Niega con la cabeza.

— ¡Si! Es una idea genial. — Grita Alex.

— Yo podría conseguir buenas bebidas a mitad de precio — Agrega Martín mirando fugazmente a Julieta.

¡Bien! Es una idea grandiosa.

— Y yo puedo aprender a hacer torta. — Le digo mientras le beso el pelo.

Ivanna explota de golpe, como si estuviera enfadada con todos.

— No chicos, lo lamento pero no. — Espeta con dureza.

Todos, incluso yo me le quedo mirando, perplejo.

— ¿Por qué no? — Pregunta Alexa — A Bruno le gustara la idea — Le regala una media sonrisa.

¿Bruno? ¿Otra vez ese maldito nombre? Parece a propósito para hacerme enojar.

— Mis padres están pasando un mal momento económico y si quiero hacer una fiesta no podrán ayudarme en nada, ni tampoco tendré regalo de cumpleaños. No me gustarían que ustedes paguen todo. — Explica mientras su cara se enciende.

Oh... mierda. Me olvidé totalmente de que su padre volviera a su antiguo puesto. Ahora está muerta de vergüenza y es mi culpa. Cierro los ojos tratando de contrarrestar la culpa que me invade. Se hace un silencio incómodo.

— Ya veo... — Dice Mariana bajando la mirada.

— Pero dime que por lo menos podemos ir a tu casa a saludarte, sin fiesta, solo un momento entre amigos — Le dice Alexa para levantarle el animo y también para hacer pasar el momento incómodo.

—- Claro que si. — Contesta con voz suave dando la mejor sonrisa pero aún así se nota que está triste.

No quiero que esté triste. Quiero que sea feliz...

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora