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— Podría llevarle el almuerzo a papá.

Mamá me mira perpleja.

— ¿Qué? Fui muy pocas veces a su trabajo y la verdad me gustaría ayudarte. — Miento.

— Hum...

Mi madre duda pero yo necesito ir a las oficinas de mi padre.

— Esta bien ¿Irás en tu auto o necesitas que te acompañe?

— No hace falta. Voy, le dejo su almuerzo y vuelvo.

Mi madre asiente mientras se va hacia la cocina. Estoy un poco inquieto y nervioso. Ivanna faltó jueves y viernes a la escuela y no pude verla. Pude enterarme por sus amigas que había sufrido un asalto pero que estaba bien. Eso me tranquilizó pero no deje de sentirme enojado o resentido con ella.

Sigo furioso como la última vez. Tan enfadado como en el momento que me dijo que no. Mi madre vuelve con un tupper lleno de comida. Me lo da entusiasmada. Por suerte no sabe la razón por la que necesito acercarme a las oficinas de papá.

Subo a mi auto y conduzco hasta llegar a las oficinas que maneja papá. Bajo y miro el edificio de 5 pisos. Afuera una marquesina verde con letras blancas forman "Inmobiliarias De Páez". Desde este edificio mi padre maneja las 4 inmobiliarias que posee.

Subo hasta el último piso, el de seguridad me reconoce y me deja pasar. Mientras camino hasta su oficina me cruzo con secretarias y empleados. Pero no puedo ver por ningún lado al padre de Ivanna. Estoy a punto de darme por vencido cuando de repente veo a un hombre pálido, cabello negro y cuerpudo. Lo reconozco. Es el señor Ramírez, acaba de salir de una oficina y se va hacia el área de los baños.

Me acerco tratando de pasar inadvertido. Afuera de la oficina puedo ver en una placa negra "Mateo Ramírez, Gerente" me meto a su oficina y cierro la puerta detrás de mí. Ni siquiera sé como voy a sabotear su empleo. Pueden descubrirme pero decido arriesgarme igual. Miro su computadora y está bloqueada. Mierda. Intento desbloquearla pero no me recibe ninguna de las contraseñas que pienso.

Me alejo del monitor. Es inútil, jamás podré desbloquearlo. El señor Ramírez podría regresar en cualquier momento. Largo un suspiro y me dispongo a irme cuando siento un ruido detrás de mí. Me volteo. Es la impresora.

Me acerco a ella sólo por simple curiosidad. Miro que es lo que se está imprimiendo y puedo divisar el nombre de mi padre. Capta mi interés. Son 4 hojas y es un archivo. Decido esperar a que se imprima todo.

Cuando imprime, ni siquiera me molesto en mirar que es, me lo guardo entre mi ropa y salgo rápidamente de la oficina. El pasillo se encuentra vacío pero yo sigo con el corazón en la boca. Siento que me tiemblan las piernas al caminar hacia la oficina de papá. La secretaria de él me recibe con un saludo.

— ¿Hola, te puedo ayudar en algo?

Me esfuerzo porque no me tiemble la voz ¿Por qué estoy tan nervioso? ¿Será porque estoy a punto de terminar de arruinarle la vida a Ivanna?

— Si... Me gustaría ver a mi padre.

— ¿Tú eres el hijo del señor De Páez?

Asiento sin mirarla. No puedo sacar el rostro de Ivanna de mi cabeza.

Ella habla por teléfono unos segundos y luego mi padre aparece en la puerta.

— ¡Hijo! — Exclama animado.

Reprimo poner los ojos en blanco.

— Hola papá.

— ¡Qué sorpresa! ¡Nunca vienes a verme a mi trabajo! — Me dice mientras me abraza por el hombro y me hace pasar.

Sus empleados pasan y nos miran. Seguro quiere mostrarle a todos que soy su hijo mayor y dejarlo en claro para que conozcan mi rostro. Si esa gente supiera... Lo que soy.

— Te traje tu almuerzo. — Le digo entregando el tupper que mamá le mando.

— ¡Gracias! Y dime ¿Cómo va el gimnasio?

— Bien... hoy tengo que ir. — y no es mentira.

La gimnasia me ayuda a calmar mi ansiedad.

— Me alegro mucho. Te ves muchísimo mejor desde que estas en el gimnasio.

Mi padre comienza a almorzar y yo quiero irme. Quiero ver que mierda dice en los papeles que le robe al señor Ramírez pero él intenta entablar conversación conmigo. Al parecer se aburre mucho aquí ¿Y cómo podría no aburrirse? Tiene muchos empleados, los cuales hacen todo el trabajo por él. Escuche de él mismo esas palabras.

Cuando logro librarme de mi padre, diviso al señor Ramírez entrando a su oficina. Acelero el paso por los nervios. Salgo del edificio y un poco más corro hacia mi auto. Cuando entro, conduzco lejos del edificio donde trabaja mi padre. Así me siento más seguro. Me vuelvo a estacionar.

Saco las hojas que escondí en mi ropa y comienzo a leer. Abro los ojos como platos al ver de lo que se trata. De parte del abogado de mi padre manda el archivo sobre "asuntos legales" con ex clientes del rubro. Asuntos malos diría yo. Son 5 personas que demandan a mi padre por distintas razones. Igualmente puedo leer una nota del abogado que dice que el "asunto" ya está controlado. Guardaré bien esto y simplemente esperar que es lo que sucede.

                             ~•~

Luego de ir al gimnasio, regreso a casa. Estoy planeando bañarme y estudiar cuando entro y puedo sentir la voz alterada de mi padre. Mierda.

Voy hacia el living, me encuentro a mi padre enfadado y mamá con cara de preocupación.

— ¿Sucede algo? — Pregunto con voz suave.

Mi padre frunce el ceño, asiente y mamá me mira.

— Tu padre tuvo problemas en el trabajo... hoy no fue un buen día.

— ¿Qué pasó? — Le pregunto a papá.

— Uno de mis gerentes perdió un archivo muy importante y peligroso.

— ¿Quién? — Pregunto casi de inmediato.

Me mira fijo.

— Mateo Ramírez... el padre de la chica que te gusta. — Me contesta levantando una ceja.

Abro los ojos como platos ante su respuesta. Me cruzo de brazos molesto. No puedo creer que se diera cuenta. Mamá intenta centrar su vista en otro lugar, al parecer este tema del que nunca se habló, los pone incómodos.

— ¿Y qué hiciste? ¿Lo despediste? — Mi voz ahora es dura.

Junta las cejas con molestia.

— ¡Por supuesto que no! ¡Mateo es mi amigo y estuvo conmigo cuando la empresa tenía su peor fama! Lo rebajé de su cargo... ahora sólo es un vendedor más... eso será hasta que me demuestre que puedo confiar en él.

Abro la boca para decir algo pero mi papá me interrumpe.

— Ya las cosas venían tensas cuando hiciste eso con su hija...y ahora ¿Esto? No puedo creerlo. Era un amigo y uno de mis mejores gerentes. Mierda. Me afecta más a mi que a él. Lo necesito en la empresa. No puedo manejar el negocio sólo o moriré de estrés.

Okey... creo que no sólo jodí a la familia de Ivanna... Ahora también jodí la empresa de mi padre. Me escapo de mis padres y subo a mi habitación. Meneo la cabeza. Soy un imbécil.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora