(42)

15.2K 853 41
                                        

Me mira con los brazos cruzados. Me pongo la capucha, al sentir el frío de la tarde. Noto que se estremece por el viento que corre ¿Cómo no va a tener frío si sólo trae una campera de hilo?

— ¿Tienes frío?— Pregunto mientras la agarro de los brazos y la estrecho contra mí.

Pero eso no fue una buena idea.

— No me toques. — Contesta con voz dura y haciéndose para atrás.

La suelto sin protestar. No quiero que nadie se de cuenta de lo que pasa entre nosotros. La miro con aire acusatorio ¿Después de lo que me hiciste te atreves a rechazarme?

— Me dejaste sólo. — Escupo cada palabra dejando salir la ira contenida.

— Y tú me golpeaste y luego intentaste violarme. — Contraataca.

¡¿Violarla?! ¡Sólo quería un maldito beso! ¡Por eso terminé encima de ella! Y en cuanto al golpe. No sé como mierda explicar que no fue mi intención lastimarla. Fue algo que no pude detener y si pudiera volver al pasado y cambiarlo, lo haría.

— No te volveré a pegar. — Le contesto desesperado porque entienda que no quise hacerlo.

Miro la marca roja que le deje en la sien. Levanto la mano y le acaricio el golpe. Ella, enojada, me quita la mano de su rostro pero yo reacciono inmediatamente, la agarro por el brazo y tiro de ella. Tropieza y cae en mis brazos. Le rodeo la cintura con ambos brazos y la levanto dejándola suspendida en el aire y a mi altura.

— Perdóname por el golpe, juro que no te volveré a tocar. — Le digo mientras la miro a los ojos.

Si ese es su problema, estoy dispuesto a pedir disculpas y a remediarlo, pero ella de igual manera, no quiere saber nada conmigo.

— Bájame Julián. — Me ordena.

Intenta salirse de mi agarre pero yo la abrazo con más fuerza.

— Suéltame. — Insiste apretando los labios.

No... no... ¡No! ¡Jamás te soltaré! ¡¿Aún no lo entiendes?!

— Nunca, por el resto de mi vida, hasta que me muera, nunca te soltaré. — Le prometo.

Ella abre los ojos como platos sin apartar su mirada de la mía. Está aterrada... pero no me importa. Abre la boca para contestarme pero no la dejo hablar.

— Te voy a dar dos opciones — Le digo con voz calmada.

Esto será duro.

— O empiezas una relación amorosa conmigo y caminas a mi lado como mi novia y pareja... O juro que no pararé hasta verte a tí y a tu familia viviendo debajo de un puto puente y tengas que venir arrastrándote a mis pies, explicándome que te saque de esa miseria.

Soy consiente de que es una amenaza. Pero no me importa porque sé que soy capaz de todo. Sólo quiero demostrarle que puedo hacerla feliz. Y si para demostrarle que soy bueno para ella, tengo que obligarla a que salga conmigo, así será.

— Te voy a hacer la vida imposible, a tí, a tu familia, a tus amigas... a tu amiguito y a todas las personas que te rodean. — Continuo.

Lágrimas comienzan a caer a lo largo de sus mejillas.

— Tú... no puedes hacer eso... — Susurra asustada.

— Oh claro que puedo Ivanna... créeme que con una maldita palabra que salga de mi boca, tu padre estará en la calle, sin trabajo y sin liquidación. Por favor no me provoques. — Le contesto intentando que tome en serio lo que digo.

Se me queda mirando, perpleja.

— Ah si... Y no intentes huir a la ratonera que tienen por casa, tus abuelos en el campo. Porque te juro que te iré a buscar allá y las consecuencias... No la pagarás tú.

Sé que fui muy duro en eso último porque se enfurece. Se revuelve en mis brazos como una fiera.

— Alejate de ellos, te mataré si les haces algo. — Me suelta entre lágrimas.

— Tranquilízate.

Continúa luchando porque la suelte y finalmente lo hago. Se aleja dos pasos de mí y yo me acero uno.

— ¡Tu madre nos va a escuchar, habla bajo! ¡Aún no hice nada y tú lo puedes impedir!

Necesito que se calme o sino toda la cuadra nos va a escuchar. Ella continúa mirándome como si fuera una bestia.

— Necesitas ayuda Julián... — Me dice finalmente con voz herida.

Me le quedo mirando ¿Ayuda? ¿En serio me dice que necesito ayuda? Desde que la conocí, recibí toda la ayuda que un ser humano puede llegar a recibir y... no encontré solución para ella y sé que jamás la encontraré. Ignoro lo que me dijo y sigo mirándola fijo.

— Tienes hasta mañana, si no vas a la escuela, vendré a buscarte. Ya tienes mi número en tu celular... No intentes escapar de mí porque tarde o temprano, te encontraré... Nos vemos mañana Ivanna. — Me despido.

Me le quedo mirando un segundo más. No espero una respuesta o que saludé, simplemente memorizo cada parte de ella. Cada centímetro de su rostro y de su cuerpo. No puedo olvidar porque estoy haciendo esto, porque cada ves que mis ojos se posan en ella, lo recuerdo.

Me volteo de golpe y la dejo parada ahí. Camino sin voltearme aunque las ganas me estén matando por querer hacerlo. Cuando llego hasta mi auto, me doy cuenta que estaba mordiendo mis labios porque tengo sangre en ellos.

— ¡Mierda! — Grito tratando de atajar la sangre con la manga de mi campera.

Pero es inútil y termino manchando mi rostro.

— ¡Maldita seas Ivanna! — Grito de rabia.

Le pego un puñetazo al volante y luego apoyo mi cabeza en el mientras cierro los ojos con fuerza, sintiendo que finalmente hoy termine de perder la cordura. Estoy desquiciado, no puedo parar. Tengo ganas de matarla por lo que me hizo hoy ¿Que fue lo que le pasó? ¿Acaso solo se acostó conmigo para escapar del sótano? Abro los ojos luego de unos segundos y logro ver como caen las pequeñas gotas de sangre en mi campera. Soy un maldito desastre.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora