(14)

17K 1.1K 116
                                    

Dejo salir toda la ira contenida. Le pego pero tanto... que incluso no me detengo, cuando veo que ya no se está moviendo. Lucían está inconsciente y tiene la cara llena de sangre. Paro de golpearlo cuando me comienzan a doler los nudillos. Intento recuperar el aliento aun sentado encima de Lucían. Me paro lentamente y voy a buscar a Ivanna.

Entro en pánico cuando no la veo por ningún lado. Me tambaleo hasta la calle y entonces la veo. Esta en medio de la calle... hablando por telefono. No hay autos ni gente a la vista. No puedo permitir que llame a nadie. Me acerco a paso acelerado y le arranco el celular junto a un mechón de cabello. Se voltea con los ojos abiertos como platos mientras yo sólo la miro. Ella retrocede unos pasos. Quiere alejarse de mi. A esta altura, ya no puedo permitirlo. Miro el teléfono, corto la llamada y luego tiro esa mierda lejos de nosotros.

— ¿A quién crees que estas llamando? — Le pregunto tranquilamente.

Ella frunce el rostro con desaprobación.

— ¡¿Y tú?! ¡Mira lo que hiciste! — Señala para el lado donde está tirado Lucían. — ¡¿Por qué lo lastimaste así?! ¡¿Estas loco o que?! — Me grita.

Fuerzo una risa ahogada. La verdad es que estoy mareado y tengo náuseas. Verlos juntos, mató algo en mi y ya no puedo controlarme. Con una mano que está ensangrentada, pero no me importa, tomo el cabello sobre mi rostro y lo tiro para atrás. Me estorba y necesito ver a Ivanna. Siento la frente mojada pero sigue sin importarme.

Ella reprime una mueca extraña y me mira directamente a los ojos. Las palabras salen de mi antes de que pueda detenerlas.

— Eso es lo que haré con cualquier estúpido de mierda que vuelva a intentar besarte.

Ella se queda muda y comienza a temblar. Mira detras de mi, seguramente en donde esta tirado Lucían, unos segundos y comienza a tambalearse y parpadea con fuerza. Pierde el equilibrio y esta a punto de desmayarse, cuando voy corriendo y la rodeo con los brazos de la cintura. Su contacto se siente como gloria divina en mi piel. Ella lanza una arcada, pero no me importa. La estrecho contra mi cuerpo todo lo que puedo, tocandola, sintiéndola, disfrutandola...

Tira la cabeza para atrás pero yo la agarro de la nuca con una mano y acerco su cuello a mi rostro mientras intento no llorar. Tiene el cabello suave y huele delicioso. Jamás había sentido un aroma tan embriagador en mi vida. Su piel, su cabello, sus labios, todo su ser es inexplicablemente adictivo. Levanto la mirada sin separar mi rostro de su piel ¿Por qué tuvo que pasar esto para poder tocarte? ¿Por qué? Se le cierran los ojos de a poco.

— No te duermas Ivanna... por favor no me rechaces, hice esto por nosotros. — Le confieso.

Ella abre un poco los ojos y con ambos brazos en mi pecho hace un esfuerzo por empujarme y alejarse de mi. Yo me doy cuenta de lo que intenta hacer y la apreto más contra mi ¡¿Por qué quiere alejarse de mi?! ¡¿Yo qué hice?! ¡Por favor abrazame!

— Sueltame por favor, me da asco la sangre... — Me susurra.

— ¡No! ¡Deja de rechazarme de una puta vez! — Le grito, desesperado.

La agarro de la cara y la obligo a mirarme. Pego su frente y nariz contra los míos. Ella frunce el ceño y mira al suelo. Una de dos, esta a punto de desmayarse o... no quiere mirarme. Trato de sacar esas ideas horribles de mi cabeza y me concentro en disfrutar cada segundo que puedo tenerla estrechada contra mi. Miro su boca y luego sus ojos pero ella sigue sin mirarme. Se me hace agua la boca en tal sólo imaginarme besar esos labios. Me relamo los labios y trago saliva, mientras miro su boca rosada entreabierta. Estoy babeando literalmente por besarla.

Estoy a punto de besarla cuando siento la sirena de la Policía. Doy un respingo, nervioso. Paso mis brazos por debajo de las piernas de Ivanna y la alzo en brazos. Su cabeza cae por mi antebrazo. El pecho le sube y baja rápidamente. Creo que al fin se desmayó.

— ¡Deja a la chica en el suelo y levanta las manos! — Me grita una voz masculina.

Dejo de mirar a mi hermosa chica y levanto la mirada. Tres policías hombres. No... cuatro. Uno está sobre Lucían, intentando adivinar como socorrerlo. Estoy demasiado sumido en no soltar a Ivanna que tardo en darme cuenta que uno de los policías saco su arma. No me está apuntando. Pero la tiene en la mano y me mira neutro mientras los otros dos también tienen la mano encima del arma, sólo que no la desfondaron.

Yo contesto lo que me gritaron con un simple meneo de cabeza.

— Tranquilizate... — Me dice otro policía, ya que reconozco una voz distinta. — Sé que no estás armado... podemos solucionar esto... pero tienes que soltar a la chica.

Él avanza unos pasos y yo retrocedo. No quiero soltar a Ivanna. No pueden quitarmela ¡No ahora, que por fin esta en mis brazos! Yo la abrazo contra mi. Se me están cansado los brazos pero no me importa. Estoy a punto de amenazar con matarme si se acercan cuando siento un brazo rodearme por atrás.

Caigo al suelo con Ivanna encima de mi. Reconozco al policía que estaba con Lucían, se escabulló y me tomo por detrás. Cierro los ojos y abrazo fuerte a Ivanna mientras entre 4 policías me sostienen y quieren quitarmela. No sé cuanto tiempo forcejeamos pero unos segundos antes de soltarla, la beso en el pelo y le susurro algo en el oido. Algo que sólo ella pueda escuchar aunque, inconsciente, jamás sabré si ella pudo escucharme.

— Eres mia, sólo mia.

Se la llevan... Y a mi me tiran boca abajo sobre el duro pavimento para esposarme. La gente comienza a juntarse, llegan más policías y una ambulancia. Mientras todo esto sucede yo me pregunto, que hice mal.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora