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Estoy sentado en mi banco cuando la veo entrar al curso. Ya no se maquilla, ya no sonríe, ya no se peina y está cada día más palida. Ahora sólo parece una hoja mojada y transparente. Su mirada es triste y nunca se posa en mí. Eso me enoja pero lo que me pone los pelos de punta es que aún al verla triste, desalineada y preocupada... me sigue enloqueciendo de amor. Una parte de mi quiere ir, abrazarla, consolarla y rogarle una oportunidad de estar a su lado, pero otra muy grande quiere verla destruida... incluso más de lo que estoy yo.

Tomo un pedazo de papel y escribo con letras grandes MALDITA PERRA, lo hago un bollo y se lo tiro. Mientras saca sus cosas de la mochila, el bollo aterriza justo en frente de ella. Nadie se dio cuenta. Aún no comenzó la clase. Ella mira el papel perpleja, lo toma, lo abre y lo lee. Se voltea hacia mí y yo miro hacia otro lado, haciéndome el tonto ¿Crees que lo que hice hasta ahora fue suficiente? Nada es suficiente, no para mí. 
   
                               ~•~

Los días y semanas pasan y yo continuo sumido por el odio. No puedo dedicarme o pensar en otra cosa. El chorro de agua me cae en el rostro mientras continúo pensando como hacer que ella vuelva a mí. Me lavo el cabello con molestia mientras intento pensar e idear una manera en la que Ivanna termine conmigo al final de todo esto. Pienso... Pienso... pero no se me ocurre nada más que seguir con esta asquerosa venganza.

Me acuerdo de ella. De ese día, esas horas que pasamos juntos en el sótano de la escuela. Incluso recuerdo el momento en el que comenzó a besarme. Cierro los ojos y recuerdo sus labios sobre los míos. Una sensación inexplicable y única. Recuerdo cuando comencé a quitarle la ropa lentamente... Mierda. Su piel era tan suave y sus brazos rodeándome mientras yo intentaba dilatar su intimidad...

Mi respiración se agita cuando me acuerdo. Miro hacia abajo y me veo el miembro endurecido. Apoyo la espalda en la pared del baño y mientras el agua caliente sigue cayendo sobre mi cuerpo comienzo a tocarme. Me imagino a Ivanna en cuatro, dejando todo su culo a mi disposición mientras el cabello negro le cae por la espalda. Me veo a mi mismo tocándole el culo y luego acariciando su espalda mientras le paso la punta de mi miembro sobre su vulva húmeda.

— Mierda... — Balbuceo en voz baja mientras me sigo masturbando con Ivanna desnuda en mi mente.

Me muerdo los labios pensando en su boca y como me gustaría acabar en esos labios. Antes, me había acostado con muchas chicas, pero ningúna que quisiera ver de nuevo. Ivanna es distinta...es como una adicción. Es como si esa tarde en el sótano, se hubiera llevado una parte de mí con ella. Si me dejara... le enseñaría tantas cosas.

Recuerdo su rostro mirándome fijo y me la imagino sentada sobre mí, meneando su cadera sobre mi miembro ¡Dios! Llego al orgasmo lanzando un gruñido. Intento mantenerme en silencio mientras se tranquiliza mi respiración.

— Carajo... tengo que cogermela de nuevo. — Balbuceo para mí mismo mientras el agua caliente sigue cayendo sobre mi piel.

Jamás me masturbe pensando en nadie. Sólo en ella.

                               ~•~

(Un mes despues) 24 de Septiembre de 2015.

— ¿De verdad tengo que ir? — Pregunto con desgano.

— Si. — Me responde papá sin dejar de mirar su celular.

— Te vas a divertir hijo... anda ve a ducharte que estas todo sudado y luego ponte lindo.  — Me dice mamá pasando por mi lado con un vestido de fiesta.

Lanzo un bufido mientras camino hacia las escaleras. Acabo de llegar del gimnasio y mis padres me avisaron que debemos ir a una boda de la recepcionista de las oficinas.

Cuando llego a la puerta de mi habitación siendo ruidos dentro. Entro rápidamente confundido y veo salir corriendo a mi pequeña hermana. Lleva un vestido de fiesta rosa y brillo en su cabello rubio.

— ¡¿Cuántas veces debo decirte que no entres a mi habitación?! — Le grito con molestia.

Sofía me contesta con una risita y yo aprieto los labios.

— ¡Voy a decapitar a tus muñecas! — Vuelvo a gritar antes de meterme a mi habitación.

Cierro la puerta detrás de mí y puedo notar que estuvo saltando en mi cama pero también logro ver mi placard abierto... Mierda.

Me acerco y lo abro. La ropa está tirada hacia un lado dejando expuestas todas las fotos de Ivanna.

— Me cago en todo. — Espeto en voz alta.

Sofía vió esto. La pared de madera de mi placard está llena de fotos de Ivanna que estuve llenando a lo largo de un mes. Fue difícil seguirla porque desde que me conoce esta mucho más paranoica, pero logré sacarle fotos en la escuela, con sus amigas y llegando a su casa para luego imprimirlas y pegarlas aqui. Cuando estoy enojado, me gusta rayar las fotos y tirarles cuchillos. Es eso o ir hasta su casa y descargar toda mi ira e impotencia con ella.

Me agarro la cabeza pensando que Sofía podría decir algo. Tengo que ir a hablar con ella. Ahora recuerdo porque cerraba la puerta con llave. Tendré que volver a hacerlo. Me siento en el piso como todos los días hago antes de acostarme y me quedo viendo las fotos fijamente.

Si alguien me viera haciendo esto, no durarían en encerrarme para siempre, pero eso es algo que no pienso permitir. Puedo recordar que hoy se cumple un mes desde que Ivanna me dijo que no. Desde que empecé a morir cada día.

Desde ese día hice su vida imposible. Mande a que la golpearan y le quitaran todas sus cosas, arruine el trabajo de su padre y luego días después me dediqué a cobrar los favores que me deben mis amigos.

Usé los favores que alguna vez les hice para pedirles que le hagan bullying a Ivanna. Por supuesto al principio se negaron... pero una pequeña cantidad de plata arreglo ese asunto. Me duele más a mí que a ella pero necesito que de alguna manera sienta lo que yo estoy sintiendo.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora