La miro, agachada en frente de mi. Tengo ganas de levantarla y gritarle en la cara que no sea descortés y por lo menos me mire a los ojos pero me contengo cuando levanta la cabeza de golpe y me mira. Se levanta despacio, sin dejar de mirarme. Me quedo tieso de los nervios. Siento que todo este tiempo fui invisible y con su mirada encima de mi, me hace sentir.... extraño. No puedo reaccionar, no puedo moverme. Me mira de arriba a abajo. Como estudiandome. Luego de golpe toma su mochila y se dispone a irse sin siquiera decirme nada. El cuerpo me reacciona sólo. No se en que momento, pero con un paso brusco, me pongo en frente de ella bloqueandole el paso. Ella frena en seco y me mira perpleja. Nena... estoy más perplejo que tu. Me frunce ligeramente el ceño.
— ¿Necesitas algo? — Me pregunta arqueando una ceja.
La primera frase que me dedica desde que sé de su hermosa existencia. El pecho me sube y baja rápidamente. ¿Qué necesito? Te necesito a ti, aquí, ahora. Mierda. No puedo decirle eso. ¿Qué carajo le digo? ¿Que carajo hago? Guardo silencio mientras la admiro.
— Humm...— Balbucea ella nerviosa.
Yo la miro de arriba a abajo nuevamente. No puedo decirle nada. Aún no. Me doy la vuelta y la dejo plantada ahí. Así nomás. Camino esforzándome por no mirar atrás y mirarla nuevamente. Cuando salgo de la escuela y estoy seguro de que no puede verme, largo un suspiro de alivio.
Me tapo la cara con las manos pero sólo puedo sentir el cabello graso que cae encima de mi cara. Doy un respingo cuando me acuerdo de mi aspecto. ¡Luzco asqueroso! Traigo la misma ropa que el primer día y hace días que no lavo mi pelo largo ¿Por qué me preocupa ahora? Después de tanto tiempo. ¿Por ella? Me dispongo a irme a mi casa. Pero aún sigo sin dejar de pensar en ella. ¿Qué abra pensando de mi? ¿Se dará cuenta de mi presencia? ¿Se dará cuenta que no puedo dejar de adorarla?
~•~
6 de Abril del 2015.
Dos semanas pasaron. Y yo aun no pude hablar con ella. Estoy sentado en mi cama, mirando el desorden que me rodea. ¿Como podría Ivanna fijarse en mi? soy una persona repugnante. Estoy esperando que se haga la hora para ir a clases y verla nuevamente. Luego de casi una hora sentado en la cama me dispongo a bajar para ir a la escuela.
— ¿No vas a desayunar?
Me volteo de golpe. Mi madre me mira con las cejas levantadas. Niego con la cabeza rogando que no diga ni una sola palabra mas. Ella suspira de manera exagerada. Mierda. Lo que me faltaba.
— ¿Que es lo que esta pasando contigo Julián? Últimamente ni siquiera sé si duermes. — Me dice en tono molesto.
Yo me le quedo mirando. Solo quiero irme. Mi madre jamás me entendería. Nunca lo hizo y mucho menos mi padre. Ambos están demasiado ocupados mirándose al espejo como para notar lo que me sucede.
— Comeré algo por ahi. Adiós. — Le contesto secamente antes de salir disparado hacia la puerta.
Largo un suspiro cuando la brisa me pega en el rostro cubierto de cabello. Camino a paso ligero hacia la escuela, quiero llegar lo antes posible, así pueda observarla. Como todas las mañanas de Lunes a Viernes. Cuando llego, es temprano. 7:20 AM. Me quedo a un costado de la escuela, bajo la sombra de un grueso árbol. Donde nadie puede notarme. Al rededor de unos cuantos minutos la veo llegar. Baja del auto de su madre. Todos los días la misma rutina pero siempre siento como si fuera la primera vez que la veo. Se corre el pelo para atrás y camina a paso cansado. Tiene la cara pálida y el pelo un poco enmarañado. Todo en ella me dice que no pasó una buena noche. A pesar de que no me gusta verla así, me gusta pensar que soy el único que puede notar esos detalles. Cualquiera diría que es sólo porque no se maquilló y el viento la despeina pero ambos sabemos que no es asi.
De repente una rama gruesa se cruza en su camino y sus piernas se enriedan con ella. Ahogo un grito, está a punto de caer en bruces al suelo y estoy preparado para salir corriendo y levantarla... pero alguien se me adelanta. Freno en seco. Un moreno, alto y delgado al que no puedo verle el rostro la agarra de la cintura y la ayuda a equilibrarse. Ella levanta la cabeza, se corre el cabello del rostro y se le queda mirando fijo.
Me quedo petrificado ¿Quién mierda es ese? Quítale tus putas manos de encima. Cuando está de pie puedo notar que intercambian palabras. Ella sonríe e intenta peinar su cabello alborotado. Me corro el fleco graso de la cara y puedo notar incluso desde donde estoy, el pequeño tinte rosado de sus mejillas. Cuando comienzan a caminar uno al lado del otro puedo notar de quien se trata. Lucian, el maricon de 5to B. Mierda. Mierda. Mierda. Voy a matar a ese pendejo si se atreve a coquetear con la única chica que me interesa. Aprieto los puños y el enojo me quema el pecho. ¿Qué me pasa? ¿Qué es esto que siento? De pronto lo sé, e incluso me avergüenzo por sentirlo.
Son los malditos celos.
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No sin ella. [1] (BILOGIA)
RomanceJulián es un joven de 18 años, problemático, con problemas de ira e higiene debido a traumas de la infancia. En su último año de secundaria se encuentra totalmente perdido y sin dirección debido a drogas y alcohol. Todo lo que tiene es el sustento d...