— Ya me oíste, no estas invitado a mi fiesta de cumpleaños, así que por favor vete y no me hables por el resto del día. — Me pide.
Me le quedo mirando un segundo totalmente atónito. Ya ni siquiera estoy enojado.
— Pero... tarde 3 días en preparar mi regalo para tí... ¿Por que me haces esto? — Pregunto sorprendido por esta repentina actitud de su parte.
Se queda callada un segundo.
— Si mi hermano no esta aquí, entonces tú tampoco — Me suelta, enojada.
Me masajeo la nuca mientras frunzo el ceño, confundido ¿Su hermano Guille?
— Pero ¿Acaso pretendes que Guille este aquí? apenas tiene 2 años, bueno casi 3...
— No estoy hablando de Guillermo... Hablo de Bruno. — Me interrumpe de golpe con voz cansada.
Mierda. Palidezco. Me le quedo mirando sin saber que decir. Descubrió lo que hice... O tal vez, él le contó.
— Si él, por primera vez en 9 años no esta en mi cumpleaños, entonces el causante de eso tampoco — Me da la espalda con un aire de seguridad. - Puedes irte.
Comienzo a respirar con fuerza ¿Acaso Bruno es más importante que yo? No pienso irme. Esto aun no ha terminado.
— No iré a ningún lado — Le contesto con voz dura.
Se voltea con fuerza, aún enojada. Se ve que ahora no le causo temor alguno. Su postura es prepotente y hace que me ponga a la defensiva.
— Si no te vas, llamaré a la puta policía y les contaré todo, desde como me obligas a estar contigo y entras a mi casa forzando las puertas hasta como amenazaste a mi mejor amigo con un cuchillo. Tal vez me mates, si. Pero incluso muerta me encargaré de que te pudras en la cárcel. Y sabes bien de que si soy capaz. — Me amenaza con voz dura.
¿Qué...? ¿Que yo la obligo a estar conmigo? Siento que se me cae el mundo a los pies, se me cierra el pecho y me quedo totalmente petrificado. Me mira de abajo para arriba. Estoy vestido con ropa deportiva. Ni siquiera pude prepararme para venir a su fiesta.
— Ni siquiera tu papi, podrá sacarte del problema en el que te voy a meter si llegas a tocar a Bruno o a su familia... si no quieres entender que SOLO somos amigos. Perfecto. Pero de ninguna manera te permitiré que le hagas daño. Primero muerta. — Termina de decir y me doy cuenta que esta segura y decidída.
¿Mi papi? Esto no puede ser. Me está hiriendo con sus palabras. Trago grueso, estoy a punto de decirle que frene y que está siendo muy dura conmigo. La sensación de querer llorar me frena a decirle cualquier cosa. De golpe me empuja con ambas manos en el pecho. Inspiro sorprendido y casi pierdo el equilibrio pero por suerte no caigo al suelo. La angustia abarca por todo mi pecho al recibir tal rechazo y mal trato de su parte.
— ¡Ahora fuera, anda, lárgate! — Me grita, furiosa.
Me siento dolido y humillado. No puedo decir nada, las palabras no salen de mi boca. No puedo seguir mirándola más. Clavo mi vista en el suelo y de manera rápida salgo de la habitación dejándola sola. Corro escaleras abajo. De reojo veo en la cocina a tres chicas pero ni siquiera las miro. Abro la puerta y me largo dando un portazo.
Miro para todos lados. Estoy desorientado. Ni siquiera me acuerdo donde deje mi auto. Necesito salir de aquí. Corro rápidamente hacia mi auto, cuando por fin entro, no sé que hacer, no sé a donde ir, no sé que decir, sólo puedo agarrarme la cabeza y sentirme desesperado.
Repito una y otra vez todo lo que me dijo y lo único que puedo hacer es sentirme destruido por sus palabras.
— ¿¡Pero que mierda hice?!
Se me cruza por la cabeza que estuve mal y yo estoy equivocado... Que me pase de la raya entrando a su casa y amenazándolo con su familia. Que ellos tal vez sólo son amigos y yo soy el maldito lunático... Me los imagino juntos y mi cabeza quiere explotar de los celos.
— ¡Carajo! — Grito mientras le pego un puñetazo al volante.
No puedo manejar esto. Necesito reconciliarme con Ivanna. No puedo perderla... ella es lo mejor que me pasó en la vida. Conduzco hasta mi casa. Dejo todos los regalos en el auto. Mi madre me frena en la puerta.
— ¿Acaso hoy no era el cumpleaños de tu novia? — Pregunta.
Asiento con la cabeza.
— Es que no podía quedarme así, vestido como estoy. — Le contesto como explicación.
Ella asiente pero siempre tiene dudas. No está segura si lo mío con Ivanna esta bien... o si va bien. Creo que sospecha algo y eso no me agrada nada. Me quedo charlando un rato con mamá y luego salgo disparado a mi habitación.
Me ducho y luego me visto. Me pongo una camisa negra, dejo desprendido los primeros botones, un jean negro y mis Nike. Me pongo perfume, desodorante y creo que estoy listo. El pelo rubio me cae por la frente... Ya está demasiado largo y me cuesta manejarlo pero siempre se me olvida de ir a la peluquería.
Cuando miro la hora me doy cuenta que ya se hizo muy tarde pero no importa. Si tengo que llegar tarde, lo haré. Me meto en mi auto y busco la dirección de Bruno. Por suerte no la borré de las "notas" de mi teléfono.
Conduzco hasta su casa y me doy cuenta que estoy muy nervioso ¿Por qué? Tal vez porque de ese chico depende si me voy a reconciliar con Ivanna. Estaciono a unas cuantas casas y luego bajo. Se me cruza por la cabeza meterme por la ventana pero saco esas ideas dementes de mi cabeza ¿Por qué soy así? Me aproximo hacia la puerta. Respiro hondo y luego toco el timbre. A los segundos una señora con su mano acariciando su barriga me sonríe.
— ¿Qué necesitas cariño? — Me saluda con voz suave.
Inmediatamente me siento culpable. Amenazé a Bruno con atentar contra la seguridad de esta señora, que justo ahora me recibe dulcemente. Buen trabajo, idiota.
— Buenas noches señora... ¿Podría hablar con Bruno?

ESTÁS LEYENDO
No sin ella. [1] (BILOGIA)
RomanceJulián es un joven de 18 años, problemático, con problemas de ira e higiene debido a traumas de la infancia. En su último año de secundaria se encuentra totalmente perdido y sin dirección debido a drogas y alcohol. Todo lo que tiene es el sustento d...