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Intenta gritar pero la tengo presa contra mi boca. Con sus manos, aun atadas intenta empujarme pero yo se las agarro y sin problema se las pongo arriba de la cabeza mientras tiro todo mi peso encima de su cuerpo y la acuesto en el sofá.

No me devuelve el beso pero no me importa. Estoy descontrolado. Le paso la boca por toda la cara y bajo hasta su cuello. En este punto, ya no puedo parar. Ella desesperada sigue intentando quitarme de encima.

— ¡Por favor no lo hagas! — Me ruega en un sollozo.

Lanza un grito y yo la vuelvo a besar en la boca. La toco y su piel se siente como la peor de las drogas. Le meto la lengua en la boca y sólo puedo empeorar la situación. Ella tiembla debajo de mi con todo su cuerpo tensado y lanza gemidos mientras yo continuo besándola... intentando que sea mía.

Una pequeña parte de mi quiere dejarla ir, pedirle disculpas y arreglar la situación... pero otra parte de mi muy grande quiere arrancarle la ropa a pedazos y enseñarle que si quiero que sea mi mujer... lo será.

Dejo de besarla de golpe pero aun continuo con mi boca pegada a la suya ¿Qué estoy haciendo? ¡Me he convertido en un monstruo! Se me llenan los ojos de lágrimas, haciendo mi vista borrosa. Cierro los ojos y mis lágrimas caen en sus mejillas.

La miro sin apartar mis labios de los suyos y me encuentro con una mirada de ojos negros que me parte el alma al medio. Ella se queda quieta y me devuelve la mirada mientras lágrimas caen por los costados de sus ojos. Me mira como si hubiera descubierto algo. Inmediatamente me siento transparente y expuesto. Su mirada fija me deja petrificado. Siento como si esta fuera la primera vez que nos miramos de verdad.

Estoy a punto de retroceder y pedirle disculpas por lo que estoy haciendo, cuando ella cierra los ojos lentamente y toma mi boca ¡Dios! Me salta el corazón de golpe. Me besa mientras todo mi cuerpo está paralizado. Su boca sabe a paz. La paz que nunca tuve. Acaricio lentamente sus labios con los míos y meto mi lengua tímidamente.

¡Dios! ¡Es tan diferente cuando es mutuo! Me recorre un calor desde los pies a la cabeza. Creo que es el primer momento desde que la conozco que me siento pleno, feliz y completo.

Comienzo a besarla con mas ganas. Me doy cuenta de que está tratando de liberarse de las ataduras de sus manos. Desesperado por sentir sus manos encima de mi, se las desato.

Ya liberada, me rodea con sus brazos y yo me estremezco ¡me esta abrazando! Yo paso mis brazos por su cintura y la abrazo fuerte. Lleva sus manos hacia mi cintura para luego levantar mi camiseta y meter sus manos en mi espalda. Me clava las uñas con suavidad. Yo gruño contra su boca... Si haces eso... sólo empeorará las cosas. Debo que hacerlo con ella. Sólo así me sentiré completo. Probando su piel.

Comienzo a besarla con todas las ganas que tengo. Sabe deliciosa. Carajo, todo en ella es delicioso. La agarro de los hombros y comienzo a bajar mi boca por su barbilla. La beso en el cuello mientras la estrecho contra mi todo lo que puedo. Hunde sus dedos en mi pelo mientras apoyo mi nariz en su piel sintiendo su fragancia.

— Tienes un aroma único... — Susurro con agitación 

Ella, con ambas manos, levanta mi rostro para que la mire. Por primera vez puedo sentir que no me mira con miedo... tal vez con... ¿curiosidad? Me acaricia la mejilla y yo cierro los ojos sonriendo el calor de su afecto.

— Pensé que esto nunca pasaría... — Las palabras salen de mi antes de que pueda detenerlas.

Ella no me contesta nada. Tampoco espero una respuesta a eso. Es más que obvio. Sólo se limita a mirarme. Decido seguir. La beso en la mejilla mientras que con mis manos, le quito la campera de hilo negra que trae puesta. No me detiene... bien. Le quito la remera bordó y me quedo boquiabierto cuando la veo sólo con un sostén de encaje blanco. Mierda, siento que ya me está poniendo dura de tan sólo mirarla. Se ruboriza y baja la mirada.

— No te avergüences. Eres perfecta... — Le susurro con dulzura.

Quiero que esto sea especial. Quiero hacerla sentir como nadie antes lo hizo. Y sobre todo... No quiero que este con nadie más que conmigo. Sin dejar de mirarla, me quito la campera y la camiseta, quedando desnudo de la cintura para arriba. Intento disfrutar cada momento pero ya siento incomodidad en el pantalón.

Observo que está mirando mi cuerpo...Si... cambié para ti. Con sus dos manos me acaricia la cara y luego comienza a bajar por todo mi pecho hasta llegar a mi abdomen. Cierro los ojos y tenso la mandíbula. Jamás había disfrutado las caricias de una mujer ¿Por qué con ella todo es tan distinto? Es incluso aterrador. Necesito sacarme el pantalón y liberar mi erección. No aguanto más.

La tomo de golpe en mis brazos y la beso con la boca abierta. Ella recibe mi beso y me devuelve de igual manera.

— Eres más excitante de lo que suelo fantasear, me sorprendes. — Susurro en su oído mientras presiono su cuerpo contra el mío.

Su respiración comienza a acelerarse y es entrecortada. Verla excitada sólo hace que me vuelva más loco por ella. Empeora mi situación física y mental. Me acuesto sobre su cuerpo y la beso por todos lados. Dejo rastros de mi boca en su rostro y luego paso a su cuello.

— Ey...Julián para. — La escucho balbucear debajo de mi.

No por favor no.

— Tengo que decirte algo. — Insiste mientras se revuelve.

Niego con la cabeza mientras intento besarle el principio de los pechos. No quiero ¡Déjame seguir!

— ¡Para por favor Julián! — Me exclama mientras me empuja hacia atrás alejándose de mi.

De nuevo se aleja de mi. ¡No! ¡No! ¡No!

— ¡¿Qué pasa?! — Le digo en voz alta.

Ella me mira con los ojos abiertos. No... que idiota. Se me suaviza la mirada. Tal vez está nerviosa y yo comportándome como un maldito perro en celo.

— ¿Acaso te arrepentiste? — Pregunto con voz suave.

Niega con la cabeza.

— ¿Entonces que pasa preciosa? — Le doy la voz más dulce y amable que tengo.

Se ruboriza completamente mientras baja la mirada. ¿Qué tienes amor?... ¿Qué pasa mi vida? Le acaricio la mejilla.

— Soy virgen.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora