Pongo un brazos entre medio de ellos dos y los separo suavemente. Por suerte, ninguno opone resistencia. Ivanna me mira con la boca entre abierta. Seguramente no sabe que hacer ni que decir.
— No sabía que tenía novio. — Me contesta él, haciéndose el valiente.
— Bueno, ahora lo sabes.
— ¿Seguro? La vi sola desde que empezó la fiesta. — Insiste con voz dura.
Me río. Este ya está comenzando a cansarme.
— Vete. Ahora. No lo volveré a repetir. Si te veo cerca de mi novia de nuevo, esperaré a que termine la fiesta, te seguiré hasta tu casa, entraré a tu habitación y te acordaras de mí toda la vida.
Le enseño un dedo, con la otra mano hago de cuenta que tengo una tijera y corto imaginariamente el dedo. Si... te voy a cortar hasta los huevos si te vuelvo a ver cerca de mi chica. El chico frunce el ceño ligeramente entendiendo la indirecta.
— Julián... — Siento la voz de Ivanna en una súplica porque no haga nada pero yo continuo mirando fijo al chico.
Puedo ver de reojo a Ivanna mirando para todos lados ¿Qué está buscando? Finalmente él, se rinde. Me mira con cara sería y luego posa su mirada en Ivanna.
— Como sea... Adiós. — Se despide de ella y luego se aleja de nosotros.
Ella lo mira mientras el chico se aleja. Yo no dejo pasar ni un segundo, me volteo y la agarro de la cintura para que no se me escapé. Al tocarla, siento un escalofrío por la espalda y mi corazón quiere explotar. Extrañaba sentirla cerca.
— Baila conmigo. — No le pido... le suplico.
Ella hace un pequeño gesto de disgusto con el rostro. No, no, no.
— No... — Me susurra mientras intenta empujarme suavemente con ambos brazos.
Yo la agarro de las muñecas y me las pongo al rededor del cuello pero ella las deja caer. No...por favor no... baila conmigo. No pienso dejarla ir. La abrazo por la cintura y la acerco a mí. Ella no opone resistencia seguramente porque no quiere que la gente se de cuenta. Apoyo mi frente contra la suya. Mira al suelo y puedo sentirla totalmente tensa. Lo ignoro aunque sea difícil. Como deseaba tenerla así... tan cerca de mí. Tengo ganas de estrecharla con fuerza y besarla por todos lados, pero me contengo.
— Estas más hermosa que nunca. — Las palabras salen de mí antes de que pueda detenerlas.
— Basta Julián. Déjame, no me hagas esto ahora, aquí. — Me pide, nerviosa, intentando alejarse de mí.
Siento que estoy mareado.
— No, estoy harto de mirarte desde la sombra, dame una oportunidad preciosa. — Arrastro un poco las palabras.
Creo que el whisky hizo efecto.
— Estas borracho. — Me espeta, intentando zafarse con más fuerza.
No la suelto e insisto.
— No, no te alejes de mí. Quédate conmigo... sólo un segundo. — Le suplico mientras la rodeo con los brazos para que no se me escapé.
Entierro mi cara en su cuello. Ella continúa tensa, con miedo de que pueda hacer algo ahora, en frente de la gente. Yo inspiro su perfume y su aroma. Dios, es una sensación de paz inexplicable. Sonrío.
— Hueles como el cielo. Esto es mejor que entrar a los vestuarios a oler tu ropa. — Balbuceo en modo de chiste.
— ¡¿Qué?! — Me grita alarmada alejándose de mi.
No... No... era sólo un chiste. La miro serio. A pesar de que intenta alejarse de mí la tengo agarrada de la cintura y no pienso soltarla.
— ¿Siempre tienes esa cara de pocos amigos? — Pregunta de golpe mientras apoya sus manos en mis hombros.
— Sólo cuando te veo. — Respondo con total sinceridad.
Agarro una de sus manos y la beso. Esta piel suave me va a matar.
— Estas haciéndome la vida imposible. — Me suelta con voz dura mientras aparta su mano.
— Eso se puede arreglar.
— Si, dejando de mandar a tus amigos para que me molesten y lastimen. — Agacha la mirada con tristeza.
Todo lo que hago o hice fue porque mi sufrimiento y rabia son mucho más grandes de lo que puedo soportar. Y necesito que sientas por lo menos un poco de lo que me haces sentir... pero no puedo decirle eso.
— ¿Por qué no quieres darme una oportunidad? — Pregunto de golpe.
Levanta la mirada y nos quedamos unos segundos así... mirándonos como tratando de adivinar lo que siente el uno por el otro. No puedo mas. Necesito que sepa lo que siento por ella.
— Ya sé que no nos conocimos de la mejor manera, que hice estupideces y que te lastimé pero es que... estaba desesperado.
Me paso una mano por el pelo nerviosamente. Ella continúa mirándome fijo.
— Si me dieras una oportunidad me esforzaría cada día por hacerte la mas feliz del mundo. Desde que estuvimos juntos, en ese sótano, estoy enloquecido. No puedo mirar, besar ni coger a ninguna que no seas tú. Eres diferente. Estoy perdidamente enamorado de tí. Siento cosas por tí que ni siquiera sabia que existían. Lo eres todo. Antes de ti...
No logro terminar. Una voz masculina me interrumpe, anunciando que el vals se terminó y que están a punto de servir el postre. Ivanna se aleja de mí y yo la suelto a regañadientes. Se voltea para irse hacia su mesa pero la agarro de la mano. No dejaré que te vayas. No así.
— Siéntate conmigo, no he terminado...por favor. — Le suplico como por quinta vez en la noche.
Di que si... Por Dios, necesito que sepas todo. Abre la boca para contestarme pero su mirada se desvía mirando hacia mi lado. Bajo la mirada y mi pequeña hermana Sofía, mira a Ivanna con una expresión de confusión y asombro en el rostro ¿En qué momento se apareció a mi lado? A veces puede ser muy escurridiza.
— ¡Wow! — Exclama Sofia sonriendo. — ¡Eres la chica que está pegada en las paredes del armario de mi hermano!
Ivanna abre los ojos como platos... Una punzada de pánico me golpea el pecho... Ay no. ¡Con una mierda! ¡Tragame tierra!

ESTÁS LEYENDO
No sin ella. [1] (BILOGIA)
RomanceJulián es un joven de 18 años, problemático, con problemas de ira e higiene debido a traumas de la infancia. En su último año de secundaria se encuentra totalmente perdido y sin dirección debido a drogas y alcohol. Todo lo que tiene es el sustento d...