Manejo hasta mi casa. Mi celular suena y doy un respingo ¿Ivanna? Cuando freno en el semáforo veo que es mi mejor amigo. Pongo el alta voz.
— Martín. — Lo saludo con la mejor voz que tengo.
— Amigo ¿Dónde estás? Estoy en tu casa y está vacía.
— Quédate ahi. Estoy yendo.
Guarda silencio un segundo.
— Hum... ¿Estas bien? Suenas extraño
Frunzo el ceño.
— Todo una puta mierda.
~•~
Bajo del auto luego de estacionar fuera de casa. Martín, apoyado contra el garage de mi casa, me mira con las cejas levantadas. Bajo del auto y lo miro.
— ¿Pero qué mierda te pasó? — Me pregunta.
Me le quedo mirando con cara sería.
— ¿Y por qué tienes sangre en la jeta? — Vuelve a preguntarme.
Se cruza de brazos. Seguro estoy en la mierda.
— No me digas que ya te anduviste peleando por ahí ¿Volviste a los viejos tiempos?
Niego con la cabeza.
— Me acosté con ella.
— ¿Con quien?
— Con Ivanna.
Abre los ojos como platos.
— ¡¿Qué?! ¡¿Cuando?!
— Hoy.
Se queda callado un segundo.
— ¿Y porque no estás feliz? — Pregunta confundido. — ¿Acaso no te gustó?
¿Gustarme? Fue la mejor tarde de toda mi maldita vida.
— Vamos adentro. Debo contarte algo.
Martín cierra los ojos y menea la cabeza. Ya sabe que hice algo malo, me conoce bien.
Cuando entramos a mi casa decido contarle todo. Desde como engañé a Ivanna para que me vea en la puerta del gimnasio y luego la secuestré hasta como escapó de mi luego de tener sexo conmigo.
— ¡Dios Julián! ¡¿Acaso estas demente?! - Me grita alterado.
Me encojo de hombros. Ignoro el detalle de que pocas veces en mi vida ví así de preocupado a Martín.
— ¡¿Y que hiciste después?! — Pregunta poniéndose las manos en la cintura.
— Yo... — Lo miro. — La amenacé.
Él se me queda mirando totalmente perplejo.
—¿Tú... hiciste... qué? — Me dice en voz baja.
— Le dije que si no se convierte en mi novia, echaría a su padre de su trabajo y ella con toda su familia, quedarían en la calle.
Se queda callado un segundo.
— Estas totalmente loco...
Abro la boca para contestar no se qué, pero no me deja hablar.
— Te he apoyado en muchas locuras, como tú a mí, pero esto es demasiado. Estas jugando con la vida y seguridad de esa chica. Ni creas que te voy a ayudar en esto.
No le contesto nada. No voy a cambiar de opinión. Finalmente, se da media vuelta y sale de mi casa pegando un puertazo detrás de él. La única razón por la que me habla así es porque sabe perfectamente que soy capaz de hacerlo si ella me dice que no.

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No sin ella. [1] (BILOGIA)
RomansaJulián es un joven de 18 años, problemático, con problemas de ira e higiene debido a traumas de la infancia. En su último año de secundaria se encuentra totalmente perdido y sin dirección debido a drogas y alcohol. Todo lo que tiene es el sustento d...