(68)

10.2K 681 34
                                        

10 de Octubre del 2015 (Cinco días después)

Me despierto animado ¡Hoy es el cumpleaños de Ivanna! Cumplirá 18 años y hoy tengo que hacerla sentir especial. Me visto para ir al gimnasio, bajo por una manzana y al abrir la heladera miro el pastel que le preparé a Ivanna. Espero que sepa tan bien como luce y esperemos que el relleno de frutilla sea de su agrado.

Mientras conduzco al gimnasio le mando un mensaje de feliz cumpleaños a mi novia y le pregunto a que hora quiere que vaya a su casa. Hago mi rutina de gimnasio y miro el teléfono a cada rato para ver si Ivanna me contestó los mensajes... nada.

Cuanto más tarda en contestar, más nervioso me pongo ¿Acaso aún no despertó? Tenía que levantarse temprano para preparar la fiesta y había quedado en avisarme para que le ayude. Miro la hora...son pasadas las 12 del medio día. Salgo del gimnasio dispuesto a ir a casa pero mi ansiedad me dice que vaya a casa de Ivanna. Me contengo... tal vez está con su familia y no puede contestar. Si, seguramente es eso.

Conduzco hasta mi casa, me ducho y luego me dispongo a preparar los regalos de Ivanna. Sonrío, cuando recuerdo sus mejillas rojas cuando recibió su primer regalo adelantado. El conjunto de ropa interior. No podía esperar para dárselo. Aun no se lo vi puesto pero cuando la vea, se que enloqueceré. Parece más un regalo para mí mismo que para ella.

Miro el dije que mande a hacer para ella. El anillo de plata tiene grabado del lado de adentro "Tú y yo, por siempre" lo acomodo junto a la cadenita en la caja de terciopelo larga. La piedra de turquesa la dejaré para mas adelante. Quiero convertirlo en un anillo yo mismo y se lo daré cuando este listo.

Cuando termino de preparar todo, incluso la torta en una caja lista para dársela, miro mi celular pero... aun no hay ningún mensaje ¡Y ya son las 5 de la tarde! Marco su número... ni siquiera sé cuantas veces la he llamado y mandado mensajes. No solamente no me contesta sino que, rechaza mi llamada ¿Pero qué...?

Definitivamente pasa algo extraño. Me apresuro a poner todas las cosas en el auto, cuando enciendo el auto me dispongo a ir a toda velocidad hacia su casa cuando de repente veo que me estoy quedando sin gasolina ¡Mierda! ¿Por qué todo me pasa justamente hoy?

Respiro hondo... pienso que tal vez su familia decidió quedarse en su casa más tiempo y ella no tenía tiempo de contestar ningún mensaje ni ninguna llamada. Intento no enojarme. Conduzco hasta la estación de servicio, cargo el auto y luego conduzco hasta la casa de Ivanna, intentando mantenerme paciente. Me estaciono y miro la casa sin bajar del auto.

Saco mi teléfono y marco nuevamente el número de Ivanna... rechaza la llamada ¡Mierda! Me bajo del auto y camino rápidamente hasta la casa. Cuando estoy a punto de tocar la puerta de entrada, me sorprendo. Se escucha música desde afuera y gritos felices de chicas ¡Está con sus amigas! ¡¿Y yo?! Con una mierda. Decido no tocar el timbre.

Me escabullo hacia la puerta de atrás. Saco mis ganzuas y fuerzo la puerta. Cuando entro sólo puedo escuchar la música que viene de la cocina y la risa de Ivanna. Con mi celular en la mano me quedo detrás de la pared que da a la cocina. Marco su número pero ni siquiera alcanza a sonar que corta la llamada. Esta ignorandome.

Con los nervios de punta salgo hacia la cocina. Ivanna y Alex se encuentran cocinando bocadillos mientras bailan. Alex abre los ojos como platos al verme y frena en seco. Con un movimiento rápido apago la música de la portátil e Ivanna da un respingo.

— Hola Ivanna. — Corto el silencio.

La miro de arriba a abajo. Esta hermosa... tiene puesto un vestido negro que no reconozco. Corto por arriba de las rodillas y descubierto en la espalda. Como siempre sus converse y maquillada. El cabello negro, larguísimo le cae por los hombros. Me doy cuenta que ya está preparada para la fiesta y ni siquiera me dijo nada.

— Feliz cumpleaños. — Le digo como puedo.

— Gracias. — Contesta de manera tensa.

Se hace un silencio. Miro a Alex fugazmente que me está mirando con recelo. Largo un suspiro, conteniendo mis ganas de ponerme a gritar. Pero no lo voy a hacer en frente de su amiga.

— ¿Podemos hablar en privado por favor? — Le pido fingiendo una voz calmada.

Estoy todo menos calmado. Abre la boca para contestarme pero justo el timbre suena.

— ¡Yo abro! — Grita Alex que sale casi trotando de la cocina.

Al segundo se escuchan risas de chicas. Seguro son sus otras amigas.

— Vamos a mi habitación. — Me dice mientras sale de la cocina.

¿Pero qué mierda le pasa? La sigo por atrás mirando como se le marca el trasero por arriba del vestido y puedo sentir su perfume desde aquí. Si fuera otra ocasión, ya me tendría encima de ella, dándole besos por todos lados.

Cuando entramos a su cuarto me da la espalda... Yo doy un portazo que la hace sobresaltar ¡Por fin solos! Me acerco a ella todo lo que puedo. A esta altura de nuestra relación no soporto tenerla lejos de mí.

— ¿Se puede saber porque mierda estas ignorando mis putas llamadas?

Intento que mi voz suene lo menos herida posible. Se voltea quedando de frente hacia mí. Estamos cerca, demasiado cerca. Su rostro me dice por todos lados que está enojada conmigo.

— Julián, te voy a pedir respetuosamente que te vayas de mi casa. — Me pide con una voz que no puedo descifrar.

Por un segundo pienso que es una especie de broma pero luego estudio la expresión en su rostro y claramente me lo está diciendo en serio. Abro los ojos como platos ¡¿Qué?! ¡¿Me está echando?! ¡¿Por qué?! ¡¿Que hice para que me trate así?!

— ¿Qué?... — Pregunto en voz baja.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora