Cuando el timbre de salida toca, intento seguirla ¿Que carajo me pasa? ¿Por qué la persigo? pero mi amigo me detiene. Mierda. La observo mientras se aleja.
— ¿Se puede saber que te pasa? Desde que la maestra te llamó la atención en clase te pusiste todo estúpido.
Lo miro. No se que contestarle. Tengo la lengua paralizada. Él junta las cejas y me observa confundido por un segundo.
— ¿Julián?
— Esa chica. — Logro balbucear.
Pone cara de no entender que digo.
— ¿Qué chica? — Pregunta él.
— La nueva. Esa chica nueva...
— ¿Qué tiene? ¿La conoces? — Pregunta.
Niego con la cabeza.
— Ese es el puto problema. No la conozco. Necesito saber de ella. — Espeto.
Él suspira molesto.
— Mira, esa chica no tiene nada de parecido con las "chicas" que tú acostumbras estar. — Me dice.
— No me interesa. — Contesto casi de inmediato.
Aunque tiene razón. Martín se cruza de brazos y me mira de reojo.
— ¿Por qué quieres saber de ella?
Yo me le quedo mirando. Abro la boca y vuelvo a cerrarla. Me acerco a él y me devuelve una mirada perpleja.
— No se que me pasa. Ella me hace sentir extraño. Necesito que averigües todo de ella. Si lo hago yo y se da cuenta, pensará que soy un raro. — Le susurro.
Se me queda mirando serio por un momento y luego lanza una risa. ¿Cree que estoy bromeando?
— Dame dos días. — Contesta.
Le sonrío satisfecho.
~•~
18 de Marzo del 2015.
Abro los ojos y me siento de golpe. Tercer día de escuela y yo aún no se nada de esa chica tan hermosa. No puedo sólo mirarla con la lengua para afuera. Me pongo mi calzado y me alisto para ir a la escuela. Espero que Martín tenga algo para decirme hoy.
Entro al aula vacía primero que todos. Me siento en mi banco y espero para verla entrar. Todos mis compañeros comienzan a entrar luego de la campana. Entonces la veo. Contengo la respiración. El cabello larguísimo le juega mientras voltea repetidas veces hacia Alexa y Mariana con una sonrisa deslumbrante. Mierda. Me agarro de la silla. La sigo con la mirada y quiero creer que ella no se da cuenta porque me cuesta disimular.
Alguien me toca el hombro. Me volteo y Martín me saluda. No le devuelvo el saludo. Necesito saber de ella.
— ¿Qué averiguaste? — Pregunto.
Él suspira y yo me muerdo los labios, impaciente.
— Se llama Ivanna Ramírez. — Contesta.
Guardo silencio un segundo para memorizar su nombre.
— ¿Qué más?
— Se acaba de mudar al vecindario con su familia y... creo que tiene un hermanito pequeño. — Me cuenta.
— ¿Qué más? — Insisto.
Él niega con la cabeza.
— Nada más... es lo único que pude sacar de las chicas que hablaron con Alex.
Yo lanzo un bufido.
— ¿Dónde vive? — Pregunto.
Martín se me queda mirando.
— ¿Sabes donde vive? — Espeto ya molesto.
Niega con la cabeza.
— No tengo idea... ¿Para qué quieres saber eso?
No le contesto. La clase comienza y noto de reojo que Martín me mira totalmente perplejo. No puedo seguir mirándola de lejos. Tengo que hacer algo para acercarme.
~•~
20 de Marzo del 2015.
¡Primera semana de clases! Primera puta semana de clases y aún yo no puedo acercarme a ella. ¿Qué mierda me pasa? El timbre de salida toca, una sensación de disgusto me aborda el pecho ¿No la veré hasta el lunes que viene? Salgo hacia la vereda de la escuela buscando a Ivanna con la mirada ¿Dónde está? Martín pasa por mi lado.
— ¿Nos vamos o que? — Pregunta
Niego con la cabeza.
— Creo que olvidé algo. Adelantate. — Contesto.
Él parpadea sin decirme nada y luego me da la espalda y se va. Yo, sin darle la más mínima importancia también le doy la espalda y vuelvo a la escuela. Estoy seguro de que aún no salió. Necesito verla antes de ir a casa. Entro a la escuela casi chocando con un grupo de chicos que salen apurados. ¿Por qué tanto puto apuro? El lunes tendrán que estar aquí de nuevo.
Camino por los pasillos vacíos. ¿Y si se fue y no la vi?... imposible. Desde la primera vez que la vi, jamás la volví a perder de vista. Camino nervioso y precipitado cuando de repente freno en seco. Una cabellera larga y renegrida está apoyada contra la ventana del pasillo, tecleando algo en su teléfono ¿Qué será? Siento que se me acelera el pulso y un escalofrío me recorre en toda la espalda. La miro desde los pies hasta la cabeza. Piernas largas, culo perfecto, piel pálida y ese cabello.... me acerco despacio. Ella no se da cuenta de mi presencia. Se ve adorable cuando no se da cuenta de nada. Cuando estoy a medio metro de distancia, sólo me quedo parado detrás de ella.
¡Carajo! Di algo imbécil. Parpadeo varias veces. De repente el ultimo timbre de salida toca, ella se aleja de la ventana dispuesta a irse mientras mira su celular, justo en mi dirección. Abro la boca para decir "hola" o lo que sea, pero entonces se choca con mi pecho, tirando su teléfono al piso. Abro los ojos como platos al sentir contacto físico con ella por primera vez. Todo el cuerpo me tiembla. Sentirla me deja petrificado.
— No... — Balbucea con voz suave antes de agacharse a juntar los pedazos de su celular.
¿Aún no se da cuenta de que estoy aquí? Eso me molesta demasiado. No me gusta que me ignoren.

ESTÁS LEYENDO
No sin ella. [1] (BILOGIA)
RomanceJulián es un joven de 18 años, problemático, con problemas de ira e higiene debido a traumas de la infancia. En su último año de secundaria se encuentra totalmente perdido y sin dirección debido a drogas y alcohol. Todo lo que tiene es el sustento d...