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Me meto desnudo en la bañera que está llena de espuma.

— ¡Ya esta listo nena! — Le grito a mi novia que no se fue de mi habitación hasta que preparé el baño.

Entra a paso relajado. Solo tiene una camisa mía encima. Me toqueteo el pelo mientras la miro, le sonrío y extiendo los brazos hacia ella. Ella deja caer la camisa, quedando completamente desnuda, ayudándola con mis manos, entra en la bañera, se sienta entre mis piernas y se deja caer apoyando su espalda en mi pecho. Se queda mirando a la nada... otra vez esa maldita distancia.

— ¿Estas bien? — Pregunto.

Se le tensa todo el cuerpo.

— Eh. Si. — Contesta intentando sonar calmada.

Decido no decirle nada. Lanzo un suspiro. Tomo el jabón líquido, me pongo un gran chorro en la mano y comienzo a masajear sus pechos, intentando que se relaje. Gira su cabeza, me besa en la mejilla, le devuelvo el beso pero ella no parece reaccionar. Me le quedo mirando, creo que hasta aquí llegue.

— Algo te preocupa, no me lo niegues. ¿Acaso estoy fallando en algo? — La miro a los ojos.

— No estas fallando en nada, pero no te negare nada tampoco. — Contesta apartando la mirada.

— ¿Que sucede? Sabes perfectamente que puedes confiar en mí... — Insisto nuevamente mientras le apoyo ambas manos en la espalda.

Se queda callada un momento y yo me siento terriblemente preocupado.

— Tengo que decirte algo. — Suelta por fin.

— Te escucho. — Contesto forzando un tono calmado.

La abrazo por la cintura para intentar calmar el clima tenso, pero ella sorpresivamente se zafa de mi agarre. Se para de la bañera y sale de ella. Frunzo el entrecejo, sorprendido. 

— ¿Qué haces? ¿Por qué te vas? — Pregunto intentando no parecer dolido.

Envuelve su cuerpo desnudo en una toalla blanca y luego me mira. A esta altura tengo el cuerpo todo tenso y el corazón en la garganta. Se me cruza por la cabeza que quiere romper conmigo pero eso es algo que no quiero ni siquiera pensar.

— Desde que nos conocemos te he ocultado algo importante sobre mí. — Me dice mientras se cruza de brazos. — ... y mientras mas pase el tiempo, mas difícil se pondrá toda esta situación.

— ¿Cuál situación? ... ¿Soy una situación? — Levanto las cejas.

Todo esto me molesta muchísimo ¿Por qué no me lo dijo antes? Niega con la cabeza.

— Cuando te conocí... mas bien cuando me cambie de escuela, y me mude a Saavedra, ya tenia planes para mi futuro. — Comienza a decirme.

¿Qué? ¿Qué clase de planes? Soy consciente de que a esta altura mi cara debe de ser sería. Abre la boca pero no sabe que decir.

— Habla de una puta vez, me estas poniendo nervioso. — Espeto con brusquedad.

— Quiero estudiar medicina, y para eso el año que viene debo mudarme a La Plata. Ya tengo todo listo...

¿Qué...? Se me cae el mundo a los pies. Abro los ojos platos y siento que todo el cuerpo comienza a temblarme.

— ¿Qué? ¿Te irás?... no... — Susurro, aterrado mientras me levanto despacio de la bañera.

— ... y planeado — Termina de decir.

— No por favor... — Comienzo a suplicar mientras siento como mis ojos se llenan de lágrimas y la desesperación aflora en mi pecho.

¡Tiene que haber una manera de soluciónarlo sin que me abandone!

— Lo tengo planeando hace años...lo siento tanto. — Me explica mientras se agarra de las manos.

Me tapo la cintura con una toalla y luego me agarro la cabeza tratando de  buscarle una solución a todo esto ¡¿Ivanna hizo esto a propósito para abandonarme?! La miro de golpe y camino rápidamente hacia ella. Ahoga un grito y camina hacia atrás hasta quedar apoyada en la puerta. La agarro de los hombros y la estrecho contra mí.

— ¡¿Por que no me lo dijiste antes?! ¡Tú no puedes dejarme! ¡Yo te necesito! — Le grito contra el rostro mientras ella cierra los ojos con fuerza.

No me quiere mirar ¡Mierda! La samarreo. Siento las lágrimas caer por todo mi rostro.

— ¡No, abre los ojos! ¡Mirame maldita sea, no seas cobarde! — Le grito aún, sacudiendola.

No le queda otra, que abrir los ojos y mirarme.

— ¡Lo siento tanto, no pensé que todo lo que ocurrió entre nosotros iba a pasar, yo solo quería terminar mis estudios y largarme! — Intenta darme una explicación pero sólo hace que me sienta peor.

— ¡¿Estas diciendo que soy un error en tu vida?! ¿Como puedes ser tan maldita?

La estampo contra la pared y ella intenta sacarme de encima.

— Me estas lastimando...para por favor, hablemos de esto con tranquilidad. — Intenta calmarme pero no puedo dejar de llorar y tampoco puedo soltarla.

Ambos estamos mojados y cubiertos de jabón. Intenta alejarme pero sus manos se resbalan en mi piel. Cansado, levanto sus brazos al rededor de su cabeza y sostengo sus muñecas con una sola mano. De un tirón agresivo, quito la toalla blanca que tapa su desnudez y pego mi cuerpo contra el de ella, en un intento por sentirla más cerca.

— Dime que te quedaras conmigo, dímelo y recién en ese momento podré estar tranquilo. — Le suplico en el oído.

La beso en el pelo, negandome a soltarla. Si ella me deja, voy a morir. Lo sé. No podré soportarlo.

— ¡Eres un egoísta! ¡Si sabía que ibas a a actuar de esta manera, jamás te lo habría dicho a solas! — Me grita enojada, tratando de zafarse.

No estoy pensando con claridad ¿Realmente quiere dejarme? No puedo permitirlo. Tengo que hacer algo para que no me deje. Suelto sus manos y la agarro de la nuca con ambas manos. La beso con fuerza.

— Sé que soy egoísta ... — Balbuceo contra su boca. — Pero no voy a renunciar a lo único que me hace sentir realmente vivo y feliz...

Intento seguir besándola pero ella no quiere darme un beso.

— Espera por favor, me estas haciendo daño... — Me ruega mientras sigue empujándome.

Cada empujón es como una puñalada para mí. Entierro mi rostro en su cuello, totalmente desesperado.

— ¡No! — Grito, luchando contra su rechazo.

— ¡Estarás bien! ¡Me superarás! — Su tono es como si de hubiera estado guardando esas palabras desde hace mucho.

Directamente me está mandando a la muerte. Sé que no podré vivir sin ella. Me alejo y la miro.

— ¡¡¡NO!!! — Grito contra su rostro dejando al descubierto la desesperación que siento.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora