(54)

14.2K 890 69
                                        

Intenta zafarse alejándose suavemente. No, no, no. Aun no estoy listo para soltarte.

— Espera, aún no. — Le pido con voz entre cortada.

Me acaricia el cabello y siento que está intentando consolarme. Inmediatamente me dan ganas de llorar. Aflojo mis brazos y ella se aleja despacio. Nos quedamos mirando el uno al otro y se da cuenta de que estoy aguantando las lágrimas.

— Oh no, no llores por favor, no se que hacer cuando las personas lloran. — Me dice mientras baja la mirada y menea la cabeza.

¿Cuándo las personas lloran? ¿Soy igual a todas las personas para tí? Generalmente cuando quieres a alguien y ves que está a punto de llorar, le demuestras amor y que te importa lo que te pasa. Es más que obvio que ella no siente nada por mí. Y entonces se lo pregunto.

— ¿Por qué no sientes lo mismo que yo?

Levanta la vista del piso y se me queda mirando un segundo. Dios mío... es tan hermosa que me duele en el alma. Su mirada de ojos negros son mi condena. Tiene la mitad de la cara iluminada por la tenue luz del pasillo y las luces de colores que prenden y apagan del otro lado del vidrio que da a la pista de baile. Me estoy muriendo por besarla. Ella levanta una mano y yo me esfuerzo por no moverme. Me sorprendo al sentir que está acariciándome la mejilla. Cierro los ojos y siento que se me escapa una lágrima... Ella lo atrapa con su pulgar y continúa acariciándome. Dios... debe pensar que soy un débil... sin dignidad y orgullo.

Ya no puedo humillarme así. Por lo menos no hoy, no puedo soportar esto. Abro los ojos de golpe, recupero la compostura y miro para todos lados excepto a ella. Si la miro volveré a caer en sus pies, para seguir adorandola.

— No tienes que contestar, soy ridículo. — Suelto alejándome de ella.

Me deja ir como era de esperarse. Me volteo y camino decidido a decirle a mis padres que necesito irme. Pero unos brazos me detienen. Corre hacia mi y me abraza por la espalda agarrándome totalmente por sorpresa. Abro los ojos como platos al sentir sus brazos rodeandome los hombros mientras me empuja hacia la pared. Me da vuelta con un movimiento brusco.

Quedo con mi espalda apoyada en la pared, me lanza los brazos al cuello y choca su boca con la mía. Aun, totalmente perplejo, mi cuerpo tarda medio segundo en procesar el sabor de sus labios. Le lanzo un brazo a la cintura para poder presionarla contra mi y con la otra la agarro de la nuca.

Mete su lengua mientras yo sigo tomando su boca con movimientos feroces y desesperados. Es como si la besara por primera vez. Su tacto controla todo mi ser. Hunde sus manos en mi pelo y siento que lanza un pequeño gruñido cuando le muerdo el labio. Podría hacerla mía, aquí y ahora.

Me despego de su boca sólo para seguir besando el resto de su cara. Le beso en la nariz, en las mejillas, en su mentón, hasta bajar hasta su cuello. Carajo... quiero besarla por todos lados, pasar mi boca por cada centímetro de su cuerpo. Bajo mis manos lentamente y le acaricio el culo. Me cuesta controlarme con una mujer tan deliciosa entre mis brazos. Ella lanza un pequeño gemido cuando le paso la lengua por la comisura de la boca y le aprieto el trasero. Si... sé que te gusta. Me deseas.... No se si tanto como yo a tí... pero me deseas.

— Espera. — Me dice de golpe mientras me empuja y se aleja.

Inmediatamente me siento incompleto y eso me enloquece al punto de que no puedo aceptarlo. No puedo no decirle lo que siento cuando se aleja de mí.

— ¡No! — Grito sintiendo que soy incapaz de controlarme. — ¡No puedes dármelo y luego quitármelo!

Frunce el entrecejo y me mira confundida.

— ¿De qué hablas? Estamos manoseandonos, cuando del otro lado del vidrio están nuestros padres.

Oh... es cierto. Se me suaviza la mirada. No puedo tener relaciones sexuales con ella aquí.

— Ah... — Contesto sin saber que decir.

Con ambas manos me arreglo el pelo hacia atrás e intento arreglar mi camisa que está toda arrugada. De golpe, ella se acerca a mí hasta quedar tan cerca de mi que casi nuestras narices pueden tocarse. Contengo la respiración y la miro confundido. Puedo sentir su delicioso perfume desde aquí. Nunca sé que esperar de Ivanna. Me vuelve loco en todos los sentidos.

— ¿Qué pasa? — Pregunto rompiendo el silencio.

Alza una mano y con el pulgar me limpia la comisura de la boca. Reprimo las ganas de chuparle el pulgar y que se entere de lo que tengo ganas de hacerle pero no pienso arruinarlo. Seguro tengo la boca manchada con su labial rojo.

— Listo. — Me dice ella con una sonrisa maliciosa. — Ahora parece que sólo estas borracho.

No puedo evitar lanzar una risa con ganas mientras miro al piso ¿Acaso se está burlando de mí? Es a la única chica que dejaría hacerlo. 

— Tienes una linda sonrisa, deberías sonreír más. — Me suelta sin importancia.

Me le quedo mirando mientras siento el calor subir hacia mi rostro... es la primera vez que me halaga de alguna manera. Sus palabras quedan nadando en mi mente durante casi las siguientes dos horas.

Me lleva de la mano hasta la pista de baile. Reímos y bailamos por el resto de la noche. Incluso olvido todo los problemas que tenemos mientras la hago dar vuelvas al son de la música. No me deja volver a besarla por el resto de la noche, pero yo soy inmensamente feliz. Mientras ella este a mi lado me siento contento y completo.

Es como si nada más me faltara en el mundo. Cuando la fiesta termina ella se despide de mí. Le doy un beso en la mejilla y le digo al oído que está noche iré a visitarla. Necesito pedirle disculpas por todo lo que le hice este último mes. Si no lo hago ahora no podré aguantar. Ella me observa confundida antes de darme la espalda y caminar hasta la salida del salón de fiestas.

No sin ella. [1] (BILOGIA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora