Capítulo 2 Con el nudo en la garganta Parte 1

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El silencio era ensordecedor, delante de mí yace un hombre canoso de barba corta y gris con un sombrero de campaña en su cabeza sentado en su escritorio hojeando las páginas de un periódico con las últimas noticias del día de ayer.

En la portada puede leerse a simple vista "Pueblos en llamas", seguido de "Los rebeldes saquean el poblado de Kealum y Sinken". "El frente de liberación de Hoziron (Un grupo rebelde extremista) toma el control de la ciudad de Stourong".

- Es triste... ¿Verdad? – Exclama el comandante con una voz gruesa y ronca que los años transcurridos en el moldearon.

No dije nada, solo me quedo viéndolo a los ojos en mi asiento, las cicatrices de su cara reclamaban mi atención.

El sujeto me observa con nostalgia, una combinación de sentimientos que van desde determinación y confianza se revuelven en los lugares más recónditos de su mente diría yo.

Deja su periódico sobre la mesa y apoya su codo izquierdo sobre él, deja reposar su cabeza sobre su mano y me observa detenidamente, examinando hasta el más mínimo detalle que pudiera encontrar en mi rostro.

- Ya veo...- Pronunció con tono ronco – Trae un vaso de agua para el muchacho y unos cigarros para mí.

- Enseguida señor – Contesta el guardia que custodiaba la puerta antes de retirarse.

Estaba un poco confundido, el comandante me miraba como si me conociera, no recordaba haberlo visto nunca antes en mi vida, pocas personas sabían acerca de mí y del pasado de mi familia, así que la sensación de que alguien me hablara de forma tan natural era algo bastante extraño para mí. Solo mi madre, mi amigo Raúl y los Klein sabían quién era realmente.

El oficial me hizo una mueca y rompió el silencio.

- Recuerdo a tu padre. Es una pena que no allá podido salvarse.

Al oír esto sentí que mi corazón se detuvo por una centésima de segundo. Abrí los ojos de golpe, estaba asustado, los golpes que venían del interior de mi pecho no dejaban de martillar de adentro hacia afuera, comencé a sudar y mi cuerpo empezó a temblar.

La razón por la cual mantenía nuestro pasado en secreto se debía precisamente a mi padre, si las personas que me rodeaban supieran que mi padre fue un líder revolucionario y que fue ejecutado en público de una manera bastante horrible mi vida correría peligro, todos mis amigos y conocidos se volverían contra mí, o peor, contra mamá, nos evitarían como si de lepra se tratara.

¿Cómo es posible? Los datos oficiales del Dominio aseguran que mi padre fue asesinado por los rebeldes cuando en realidad fueron ellos mismos los que acabaron con su existencia.

Pero ahora, tenía a una persona que decía conocer a mi padre, y de ser cierto existía la posibilidad de que también supiera de mí y de mi madre, el solo hecho de pensar en lo que podría ocurrirle mamá provoco que mi cuerpo y alma entraran en pánico.

- Tranquilo muchacho. No voy hacerte daño. – Me dijo. – Soy Carlos Dagarry Steller, comandante de la policía de la Capital de Hoziron. Conocí a Richard en la Academia de Swords and Guns.

Al oír esto mi corazón se tranquilizó un poco.

- ¿Qué sabe de mi padre? – Preguntó con timidez.

El sujeto suspiro, miro hacia el techo y expreso:

- Veamos... si mal no recuerdo lo conocí durante sus primeros días en la academia. Es una historia un poco larga. ¿Quieres que te la cuente?

El Lamento de los HéroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora