El Lamento de los Héroes

Capítulo 13 Al son de la masacre Parte 1

Sabes que todo está perdido cuando los sujetos que hace unos instantes estaban frente a ti desaparecen producto de una explosión dejando una mancha sanguinolenta y fétida en su lugar, las llamas y el fuego iluminan el paisaje nocturno revelando los cuerpos de los desafortunados hombres y mujeres que murieron aquí.

Mientras cubríamos al equipo de extracción que cargaba con los autómatas derribados una lluvia de obuses de morteros atacaron nuestra posición, nos dispersamos, fuéramos donde fuéramos el panorama era el mismo, sangre, gritos, disparos, cuerpos tirados, sangre, sangre y todavía más sangre.

Di Argo dio la orden de retirada desde hace un buen tiempo, la mayoría de sus hombres sean retirado, para cuando nosotros intentamos volver a la seguridad del Fuerte Díaz-32 nuestras esperanzas de sobrevivir a esta masacre se redujeron considerablemente, el Fuerte está en llamas. La columna de humo se eleva desde dentro de la estructura de ladrillo y concreto, algunos soldados saltan desde los pisos superiores cubiertos en llamas con tal de acabar con su agónico sufrimiento, la bandera que se ondeaba desde el tejado del Fuerte fue consumida por el incendio desatado en el lugar.

A lo lejos, en una pequeña arboleda puedo ver a Di Argo y a sus hombres con los autómatas casi deshabilitados que alcanzaron a tomar, el infeliz está montado en su caballo negro mirando la masacre desde su posición, creo que alcance a verlo sonreír.

En los alrededores del Fuerte consumido por las llamas un gran contingente de personas se acerca, los causantes del incendio, Rage. Vienen directo hacia nosotros, solo somos un pequeño grupo de cadetes inexpertos con armamento no apto para el combate, no hay adónde correr, estamos en el corazón de la batalla, la pelea es inevitable.

Lo que queda de un pequeño pelotón de cadetes se lanza a la contienda, he de asumir que están tratando de abrirse paso entre los rebeldes y los mercenarios que se interponen entre la planicie despejada y nosotros. ¿Ya mencione que estos tipos nos superan en número y van mejor equipados?

Un mercenario de Rage armado con una ametralladora barre a un gran número de cadetes y soldados del ejército regular que quedaron envueltos en nuestra misma situación, la escena es desgarradora, mis camaradas y yo vemos horrorizados como el brazo de un cadete sale volando a causa de los disparos.

No tenemos municiones, estamos a plan de bayonetas y espadas, permanecemos juntos defendiéndonos de los ataques cuerpo a cuerpo que nos lanzan nuestros enemigos, nos cubrimos detrás de algunos cuerpos o de algún autómata destruido para evitar los disparos.

Al principio nuestro grupo era de 30 cadetes, ahora solo quedamos sei... cinco, quedamos cinco, el cuerpo de uno de mis compañeros de clase, el que se sentaba delante de mí para ser exactos fue partido a la mitad debido a un proyectil de alto calibre, para colmo ni siquiera murió al instante, Stroner tuvo que ponerle fin a su sufrimiento con unas espadas de Duelista que ni siquiera le pertenecían, las tomo de un oficial que intento protegernos de un autómata equipado con una Gatling en lugar de manos, no fue ni un segundo y su cuerpo se desintegro producto de los disparos a quemarropa, posiblemente respiramos parte de su cuerpo, pues este quedo reducidos a pequeñas partículas sanguinolentas, aun no puedo quitarme ese horrible hedor de la nariz.

A lo que iba, somos cinco ahora, Stroner que funge como nuestro Duelista, es el más experimentado en el combate cuerpo a cuerpo, puedo decir que estamos vivos gracias a él. ¿Quién lo diría? El mismo tipo que hasta hace poco quería vernos muertos ahora lucha a nuestro lado, es un tipo duro hay que reconocerlo. Aunque las apariencias engañan, todo sus seguidores están muertos, Stroner está destrozado por dentro, si su novia no hubiera estado en otra compañía probablemente ya se habría suicidado con sus propias armas.