Sujeto: Josh Greenfield Woods
Edad: 25 años
Año: 1755
Hora local: 05:27:59
Día: viernes, tiempo después del amanecer.
Clima: Cielos despejados. Se espera un día soleado.
Ubicación: Frontera limítrofe entre Carmely (Poblado de Santa Fe) y Jhunt (pueblo perteneciente al estado occidental).
¡Oh Carmely! ¡Oh tierra fértil! ¡Tierra indomable! Sus praderas se extienden hasta el horizonte y se pierden a la vista de los simples mortales.
El aire que respiro es de lo más puro que se puede encontrar por estos lugares, una tierra tan fértil que las plantas, los árboles y por sobre todo los cultivos crecen a una velocidad anormal.
Cuando nuestros antepasados se establecieron en este lugar tenían la intención de explotarlo al máximo, y así lo hicieron, y a cambio terminaron pagándolo caro. Muy caro.
Y ahora los tipos que tengo delante de mí están caminando por la misma senda, citadinos, odio a los citadinos.
Estos imbéciles vienen desde la ciudad de Grindavael, caminaron durante varios días para llegar hasta Jhunt con la intención de abrir un "negocio" en Carmely.
Para empezar su líder no me inspira la menor confianza, tiene una actitud arrogante, cree que por el simple hecho de tener dinero puede comprarnos como a los tipos que lo siguen.
Otro punto que le resta prestigio a mi parecer son sus acompañantes, criminales de mala muerte que hacen lo que se les viene en gana, escoria de Rage.
Soy el encargado de supervisar esta zona, como miliciano de Carmely debo acatar las órdenes que nos llegan desde la fortaleza, proteger a la población local de las criaturas que habitan al otro lado de la Barrera de Salvación, mantener el orden en la zona, registrar a todos aquellos que entran y salen de Carmely, y lo más importante de todo vigilar los cristales de la Barrera de Salvación.
Esto es algo que no se ve todos los días, uno de mis subalternos me notifico hace unas horas que un gran contingente de personas se dirigía hacia aquí, al principio pensé que se trataba de esos mugrosos rebeldes tratando de saquear el lugar, pero no fue así, esto podría ser bueno o malo, todo depende de cómo se desenvuelvan las cosas.
El líder de esta muchedumbre se me acerca con tranquilidad, viste ropas muy caras, y tiene un cigarrillo de marca entre sus labios, esto no puede ser bueno.
- ¿Usted está a cargo de este sector? – Me dice sin siquiera voltear a verme, está más enfocado en fumar y mirar el paisaje detrás nuestro.
- Sí ¿Qué se le ofrece?
- Mi nombre es Greak Morrison, soy un comerciante de Kernely, y vengo a negociar con ustedes.
Greak Morrison, conozco ese nombre, es un pariente de un funcionario del Dominio, hay rumores de que este tipo es un esclavista a escondidas, le paga a las autoridades para que se hagan de la vista gorda mientras secuestra mujeres y niños de la calle o aquellos que han sido atacados por los rebeldes o la propia banda de Rage.
Por otro lado ¿Negociar? Los tipos que van armados hasta los dientes a su retaguardia no me dicen lo mismo, ni siquiera ha preguntado mi nombre.
- ¿Podría explicarse mejor?
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El Lamento de los Héroes
Ciencia FicciónUn héroe yace tendido en el suelo a punto de exhalar su último aliento, frente a él su archienemigo saborea su victoria y se deleita con el sufrimiento de su rival. Antes de morir, nuestro héroe vera pasar su vida frente a sus ojos de principio a fi...