Mientras Mario esperaba que su esposa saliera de la cirugía, su hijo Daniel continuaba encerrado en una habitación junto con Sally. Atados de pies y manos. Con la boca tapada.
Sally se había movido como le fue posible para que su cara quedara cerca de Danny y poder verse, al menos. Sus ojos grises estaban hinchados de tanto llorar y a Daniel le partía el corazón verla así.
El chico sentía un fuerte dolor en la nuca pero trataba de no darle importancia... Tenía que pensar cómo salir bien librados de la situación en la que se encontraban.
Ellos no podían escuchar lo que sucedía fuera de esa habitación pues habían cubierto las paredes y la puerta con hule espuma para disminuir los ruidos, por lo tanto Sally ni se imaginaba que su madre estaba a pocos metros de ella, ni siquiera se imaginaba que estaban en el apartamento de su vecina.
Entre tanto, Salomón miraba a fíjamente a Janet. Por unos momentos se le bloqueó el pensamiento y no sabía qué decir pero ella sí actuó rápido.
--¡Salomón!, ¿eres tú, verdad? ¿Eres Salomón Preys? -la mujer se veía emocionada de ver al padre de su hija- claro... eres tú... podría reconocerte entre miles de hombres.
Lulú se aclara la garganta el ver que Goliat no responde y luego le da un golpe en las costillas con el codo.
Él reacciona y logra decir apenas un casi inaudible "sí, soy".
--Gracias a Dios... ay... es que Dios existe... por todos los santos. Es increíble que te haya encontrado justo ahora que más te necesito -Janet se acerca al hombre y lo abraza.
Lulú vuelve a aclararse la garganta ahora más fuerte, lo que hace que Janet se aleja de Salomón.
--Perdón... no es mi intención molestar su relación.. lo que pasa es que yo...
--¿Relación? ja ja ja ja -reacciona por fin- yo no tengo ninguna relación con ella.
La verdad es que Salomón era un hombre muy guapo y los años estaban a su favor. Su vanidad rebasaba los límites, tanto que por unos segundos su mente olvidó que la chica que tenía secuestrada era su hija y el plan volvió a florecer en cada una de las fibras de su cuerpo.
Pero antes que cualquier plan, él tenía ganas de estar con una mujer. En todo el tiempo que estuvo encarcelado solo tuvo sexo una vez con una chica de limpieza de la enfermería, la cual se metía con los presos a cambio de dinero.
Observó a Janet de arriba a abajo... con las prisas no tuvo tiempo de ponerse algo encima, la mujer iba vestida con ropa de dormir: blusa de tirantes delgados, no usaba sostén por lo que procuraba mantener los brazos cruzados sobre su pecho. Usaba un short de likra que dejaba ver su torneado trasero. Aún conservaba una buena figura... y eso a Salomón lo atrajo mucho.
Lulú notó las intenciones de su compañero de maldades e intervino.
--¿Así que ustedes se conocen? -dijo, celosa.
--Sí... él es el padre de mi hija -Janet dirige la mirada a Lulú que finje sorpresa-lo he buscado durante un tiempo sin éxito.
En la cabeza de Salomón ya se estaba maquinando un plan. La presencia de su ex esposa tenía que ser beneficiosa de alguna manera.
--¿Ah sí... y dónde está la muchacha? -pregunta Lulú.
--Es por eso que he venido a pedirle ayuda, señora Dalhila... lo que pasa es que mi hija fue a una fiesta con un amigo de la Universidad, me dijo que no me preocupara por ella, que lo más seguro era que la iban a traer a casa, pero...
ESTÁS LEYENDO
Mario y... Valentina
RomanceMario es un hombre muy atractivo e inmensamente rico pero sin sentimientos. Para él todo son sus negocios, dinero, dinero y más dinero... Hasta que conoció a la pequeña Valentina y sin saberlo le cambió la vida.