esperanzas

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Un mes después:


--Buenos días, pasen, la señorita Mueller los está esperando -anuncia la recepcionista del Orfanato Mingried de California.

--Gracias -responde Mario tomando a su esposa del brazo y dirigiéndose hacia donde la chica les indicó.

Una mujer muy elegante vestida con un traje sastre negro los recibió.

--Señor y señora Murillo, es un placer recibirlos, soy la señorita Francis Mueller -extiende la mano para saludarlos- en qué puedo ayudarlos?

--Bueno... Mi esposa y yo, deseamos adoptar un bebé.

--Entiendo... ¿Cómo supieron de este orfanato?

--Lo localizamos en internet -contesta Valentina pues eso fue lo que Mario le dijo pero en realidad él vio el nombre del lugar en un folleto que estaba en el escritorio del bar.

--Muy bien -dice Mueller- ahora me podrían decir el motivo por el cual desean adoptar, es decir, hay alguna imposibilidad de que ustedes sean padres biológicos?

Valentina dirige la mirada a su esposo rogándole con la mirada que él responda esa pregunta.

--Mi esposa es estéril. Le hicieron exámenes en el Hospital xxxxxx, y siempre salió el mismo resultado: nunca podrá tener hijos.

--Como entenderán, necesito corroborar lo que me están diciendo. Me comunicaré a ese hospital para hacer unas indagaciones.

--Puede hablar con el Dr. Mckenzie, fue él quien me atendió.

--Lo tomaré en cuenta, señora.  Y bueno... Podrían decirme si están interesados en un bebé recién nacido o en alguno mayor... Por el momento hay niños desde los 2 meses hasta los 15 años.

--¿15 años? -se sorprende Mario- nadie se ha interesado en ellos???

--Desafortunadamente no -responde Mueller con pena.

La mujer era mayor de los 50 años, quería aparentar dureza ante ellos pero la verdad es que era un pan de Dios. Trataba a los huérfanos con todo el cariño que le era posible.

--¿Podríamos verlos?... Digo... A algunos... Si es que usted nos lo permite -pregunta Vale a la mujer.

--Por supuesto que sí...-contesta Mueller mostrando una sonrisa de aceptación- acompañenme.

La pareja siguió a la mujer por un grande y pintoresco pasillo donde al final de éste había una puerta de dos aguas la cual la mujer abrió dejando ver un enorme salón. Había alrededor de 50 camitas y 30 cunas.  Increíblemente todas estaban ocupadas.

Llamó a una empleada para que les mostrara a los pequeños y ella se dirigió de nuevo a su oficina para llamar al hospital xxxxx y verificar la información que la pareja le dio.

--En este lugar están los niños desde recién nacidos hasta los de 5 años -les informa.

Valentina se acerca a una cuna

--¿Puedo cargarlo?

--Por supuesto.

Valentina toma al bebé en brazos acunandolo con temor de que se le fuera a caer. La verdad nunca había cargado a un bebé.
Mario estaba a un lado de su esposa contemplando al pequeño que dormía plácidamente.

--¡Es hermoso! -exclama él.

El bebé es colocado de nuevo en su cuna.  Luego siguen mirando otras cunas... Encantados con cada uno de ellos.

Luego llegaron a donde las camitas.  Había dos filas de niños y dos filas de niñas. Algunos tomaban sus alimentos ayudados por chicas amables que se encargaban de cuidarlos.

Mario y... ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora