cuarenta y cinco

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Aún había música en el bar, algunos clientes comenzaban a irse, otros seguían platicando.  Mario estaba en una mesa, bebiendo.  Pensaba en el asqueroso plan que había trazado para Valentina.  En el fondo de su corazón quería ir a rescatarla del cliente a quien se la había "rentado" esa noche pero los celos se lo impedían.  Así que dejó que el plan siguiera y luego casarse con ella el sábado para hacerle la vida imposible.  No veía la hora en que llegara el momento de cobrar venganza.  Pero... ¿venganza de qué?  entre ellos no había compromiso alguno.  Daba igual si se acostó con Lanz o con cualquier otro hombre.

***

Valentina escucha que se abre la puerta del apartamento, dirige su mirada hacia allá pero no entra nadie.  Su corazón y su respiración se aceleran cuando ve una mano con un guante negro introducirse buscando el apagador, y... todo se oscurece.  Ella sigue inmóvil mientras sus ojos se acostumbran a la oscuridad y logra ver la silueta de alguien que entra a la habitación, luego cierra la puerta asegurándola con todos los pasadores posibles.

--¿Es usted, señor Murillo? -pregunta ella poniéndose de pie.

Silencio...

La silueta se aproxima a ella.

--Quiero explicarle lo que pasó con el Sr. Irwing

--Sshhhttt, calla -le murmura el hombre al oído.

--¡¡Usted no es el señor Murillo!! -exclama la chica más que nerviosa, asustada. Le bastó oír una sola palabra de la boca de ese hombre para saber que no se trataba de Mario.

El hombre la rodea por la cintura y la lleva hasta la cama;   Valentina grita pero en unos segundos él estaba encima de ella.  Todo su cuerpo la cubría y una mano enguantada le tapaba la boca impidiéndole pedir ayuda.  La otra mano comenzaba a levantarle el vestido tocando sus piernas.

Ella entra en pánico pero sabe que debe controlarse si es que quiere salir bien librada de esto.  Comienza a sentir en su bajo vientre algo duro que le molesta mucho.  Ese perfume.... ya lo había percibido antes.  No es de Mario.  

De pronto se ve libre de la boca y grita:

--¡¡Alguien que me ayude, auxiliooooo!!!

--Nadie te va a escuchar, muñeca

--¿Usted? -fue todo lo que ella dice, él le vuelve a tapar la boca.

***

En el bar, Mario seguía hundido en sus pensamientos cuando de pronto ve pasar al hombre del plan con Valentina.  Rápidamente se levanta de su silla y da alcance al hombre.

--¿Qué ha pasado? -interroga Mario, agitado.

--¿De qué?-contesta el hombre.

--Se supone que "compraste" una de mis chicas y.. bueno... Salomón te explicó de qué se trataba ¿por qué te vas?

--Ella no quiso estar conmigo, creo que se arrepintió. 

Mario baja la mirada, pensativo; en el fondo estaba contento de que Valentina se hubiera opuesto a estar otro más. Luego agrega:

--Ok. Busca a Salomón para que te pague y gracias por el apoyo.

--No te preocupes por eso, ya todo está arreglado.  Ahora tengo que irme.  Nos vemos pronto -el hombre sale del bar y Mario se queda completamente confundido.

"¿Por qué Salomón no me dijo que ella se arrepintió? ¿Dónde demonios está Salomón?"

Va a la oficina para buscarlo pero ahí no hay nadie.  Solo estaba Lulú poniendo hojas blancas en la copiadora.  Le pregunta pero ella no sabe nada de él.

Tuvo ganas de buscar a Valentina hasta la habitación de las chicas pero se contuvo.  Prefirió ir a su apartamento para descansar pero antes fue por una última copa y dar algunas indicaciones a dos de los chicos encargados de surtir las bebidas.

***

Valentina se sentía asfixiada.  Una mano ya sin guantes le tocaba los muslos y ese cuerpo asqueroso no la dejaba moverse.  Al sentirse liberada de los labios, suplicó:

--¡¡Suélteme, por favor!!  ¿Por qué me hace esto? ¿Dónde está el señor Mario?

--Calladita, por favor, nena.  No hagas esto difícil.  Te lo juro que no quiero lastimarte.

Los ojos de él quedaban fijos en los de ella.  Ella lloraba.  Él estaba muy excitado.

Él rompió el vestido pero ella se cubría con las manos.

Ella sacó fuerzas en un descuido de él y logró morderlo en una mano.  Él se enfada mucho y da una bofetada a la chica.  

Él se pone de pie para quitarse los pantalones y ella aprovecha para correr hasta la puerta.

***

Mario comenzó a subir las escaleras hasta llegar al tercer piso donde estaba su apartamento.   Trata de abrir la puerta pero no puede. Aguza el oído y escucha ruidos y voces inentendibles.  Su mente trabaja a mil por hora y alucina pensando cosas.  Estaba a punto de gritar y golpear la puerta pero lo pensó mejor.

Nadie sabía que ese departamento tenía otra puerta de entrada, solo él.

Rápidamente subió las escaleras hasta la azotea, abrió una puerta pequeña y la cruzó.  Había un pasillo inclinado hacia abajo, corrió lo más rápido que pudo hasta que llegó a una ventana pero que en realidad no era ventana, sino una puerta.  Abrió y en dos segundos ya estaba dentro de su apartamento, precisamente en el área de lo que era la cocina.  Se escuchaba música y ruidos como golpes.  Se fue acercando rápido pero lento a la vez para que no lo vieran.  Al llegar a la habitación principal pudo ver unas siluetas en el piso junto a la cama.  En el fondo quería que fuera Erick el que estaba ahí con alguna de las bailarinas  y no lo que estaba pensando.

--¡Auxiliooo,  auxilioooo!! mmmm... déjemeee!!! -gritó Valentina en otro descuido del hombre.

Mario enciende la luz y lo que vio lo sacó de control.

Salomón estaba desnudo de la cintura hacia abajo encima de Valentina quien lucía una cabellera despeinada y alborotada con el forcejeo; el vestido desgarrado dejaba ver su blanca y hermosa piel.  Ella tenía sangre en los labios y lloraba desconsolada.  Al ver el pene erecto de Salomón, Valentina se tapó los ojos al tiempo que Mario perdía los estribos.

--¡Desgraciado!  ¡Cómo te atreviste! -gritaba Mario mientras sus puños se estrellaban contra la cara del que creía su amigo, derribándolo al suelo.

Mario ordena a Valentina que salga de la habitación.  Ella corre hacia la puerta y torpemente quita todos los pasadores.  Continúa corriendo escaleras abajo hasta llegar a la habitación de las chicas quienes la ven en ese aspecto preguntando qué fue lo que pasó.  Pero Valentina está en shock.  Solo logra decir unas palabras:

--¡¡¡Lo va a matar... lo va a matar!!!

Gracias a todos mis lectores y  Perdón por dejarlos con la intriga... pero me encanta la intriga.  hehehe..   

Estén al pendiente del siguiente capítulo.   







Mario y... ValentinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora