--¿Me llevarán a vivir a su casa? -pregunta Danny a la directora.
--Sí, te llevarán.
--Ellos me gustan.
--Si te gustan, no deberás hacer nada de lo que hiciste con los otros padres.
--Es que los otros papás que me diste no me gustaban. Ninguno me ha gustado. Y además no me creyeron que tengo un amigo.
--Vamos a hacer una cosa, Danny... Te irás a vivir con estos nuevos papás... Pero promete que nunca les hablarás de tu amigo.
Danny apenas tenía 5 años pero era muy listo... Después de pensar detenidamente respondió.
--Lo prometo.
A Danny ya lo habían visto varios médicos, psicólogos, psiquiatras...pero con ninguno cooperaba.
Tan solo llegaron a la conclusión de que era un niño autista pero con un coeficiente intelectual muy alto para su edad.
Aprendió a leer desde los 3 años cuando apenas llevaba 5 días en clases de kindergarden, sorprendiendo a todos.
Para esa fecha Danny ya había pasado por dos hogares diferentes.
El tercer matrimonio lo regresó a las dos semanas hacía apenas un mes.
****
Mario continuó con los malestares, dejó de comer porque casi todo le daba náuseas. En una semana bajó 5 kilos y eso se reflejaba en la cara.
Valentina estaba muy preocupada por él.
--Amor, y si llamamos al Dr. Mckenzie?
--¿Para qué? -contesta él, recostado en un sofá.
--Él es un excelente médico, tal vez nos pueda orientar respecto a tus malestares... No me gusta nada tu cara.
--¿No te gusto? -dice él, haciendo divertidos pucheros.
--Ay, Mario... eres imposible -ella le tira una almohada en la cara.
--Mira... pues pensándolo bien, sí... Llámalo, por favor.
Ella, rápidamente tomó el móvil de su marido y buscó el número del hospital.
En menos de un minuto ya estaba Mckenzie en la línea.
Valentina le explicó de lo que se trataba y el médico pidió que llevara de urgencias a Mario pues lo que la mujer le contaba parecía grave.
--Te lo dije, Mario... Anda, te ayudo a vestirte.
--Antes iré a la ducha.
--No señor... Ya te has duchado esta mañana... Solo te pones ropa adecuada y vámonos.
Cuando Mario se abrazó de su esposa para levantarse, le dijo:
--Gracias, mi gordita hermosa.
--¿Qué has dicho? -interroga ella furiosa.
--Acaso no te has visto al espejo últimamente... Mientras yo pierdo peso, tú lo ganas. Las mejillas se te están rellenando.
--Es que me da mucha hambre... No puedo evitar comer...
Siguieron hablando de lo mismo en el trayecto al hospital.
--Buenos días, señor Mario, saluda la bella Maggie al verlos llegar.
--Buenos días -contesta Valentina.
--Ella es mi amiga... No te me pongas celosa -le dice Mario al oído a su esposa.
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Mario y... Valentina
RomansaMario es un hombre muy atractivo e inmensamente rico pero sin sentimientos. Para él todo son sus negocios, dinero, dinero y más dinero... Hasta que conoció a la pequeña Valentina y sin saberlo le cambió la vida.