Mientras tanto en el Bar de Mario el alboroto no se dejó esperar cuando Valentina terminó su número. Juan David estaba muy emocionado. Aparte había cinco clientes que pidieron a la chica pero Salomón se negó.
--Ay, mi reina, con tanto nervio ni me acordé de presentarte al público -le dice Juan David a Valentina.
--¿De presentarme, eso cómo es o para qué? -le pregunta ella.
--Bueno, es que cuando una chica nueva hace su aparición por primera vez, tengo que avisarles a los clientes... dar tu nombre y decir tu origen y cosas así.
--¿Mi nombre?
--Sí, mujer, tu nombre.
--¿Puedo cambiarme el nombre? -pregunta curiosa Valentina.
--Mmmmm... pues sí. Te lo puedes cambiar, si quieres. ¿Cómo te gustaría llamarte?
--No lo sé.
--Entonces ya te buscaremos un nombre para mañana.
--¡Mañana bailaré también?
--Claro que sí. Acaso no viste que los clientes pedían más de ti. Trabajarás 5 días y descansas 2. ¿Te parece bien?
--Sí, me parece perfecto. Oye, Juan David, ¿tú sabes cuánto me van a pagar?
--Eso pregúntaselo a Salomón. Ahora que Mario no está, él se encarga de todo eso.
Valentina sintió un vuelco en el corazón cuando Juan David mencionó a Mario.
--¿Tú sabes dónde está Mario? -le pregunta ella.
--No.
--¿Lo sabrá Salomón? -insiste Valentina
--No creo. Al parecer Mario desaparece por un par de días sin avisar a nadie, ni siquiera a Salomón, pero no es para preocuparse.
--¿Dos días? Pero ahora ya lleva más de cinco días. ¿No es motivo de preocupación?
--Vamos, niña. Tú no te preocupes por eso, a ti lo único que debe importarte son tus bailes y ya veremos si eres buena cantando -le dice éste mientras se aleja.
Las actuaciones terminaron y las chicas se fueron a dormir pero antes se pusieron a ver nombres para Valentina.
Cada una empezó a mencionar un nombre para ver qué le parecía a Valentina.
--Keria.
--Yarey.
--Elliana
--Keria
--Sherezada
--Amira.
--Ámber.
--Nahiara.
--Savannah.
--¡Savannah! ¡Savannah! Ese nombre me gusta... -mencionó Valentina de un salto- Me llamaré Savannah.
--Es un bonito nombre -dijo Hanna- Nunca lo había escuchado.
--Así se llama mi prima, apenas tiene 5 añitos -le respondió Tamara, quien fue la que dio la opción.
--Bueno, chicas, tenemos que dormir porque los clientes querrán más de Valentina, emmm, mejor dicho, de Savannah!!! y tendremos qué esforzarnos para que aprenda otro número mañana mismo... tenemos qué ver la canción y bueno, en fin...-sonrió Melinda mientras apaga la luz.
--Espera -dijo Walkiria-iré a ver a Lulú, recuerden que Mario me encargó que cuidara de ella.
--¿Por qué? -pregunta Valentina intrigada.
--Es que está embarazada y está delicada de salud. Ella iba a renunciar a su trabajo porque el médico le dijo que no hiciera esfuerzos o perdería al bebé pero pasó una cosa súper increíble cuando le presentó la renuncia a Mario -acentuó Walkiria.
--¿Qué pasó? -dice Valentina aún más intrigada.
--Nada, pues que Mario le dijo que siguiera en el bar pero sin hacer nada de trabajo y aparte seguiría cobrando su sueldo. Y bueno, me dijo que yo me encargara de que ella esté bien en todo lo posible -concluyó Walkiria dirigiéndose a la puerta... luego salió.
Nadie notó que alguien las escuchaba tras la puerta. Era Lulú, quien inició una carrera hacia su habitación antes de que la descubrieran.
Pasados unos momentos Walkiria regresó.
--Lulú está durmiendo plácidamente -les dijo a las chicas mientras se acostaba en su cama. Después de un rato todas se quedaron dormidas... el sueño y el cansancio las venció.
Lo que no sabían ellas era que Lulú no dormía... Se levantó de su cama y se dirigió a la oficina de Mario.
--¿Sabía que estarías aquí? -dijo ella al entrar y ver el ordenador encendido.
--Sabía que vendrías -le contestó él, dedicándole una sonrisa y estirando un brazo invitándola a acercarse a él.
--Ella sonríe provocativamente y lo toma de la mano, luego se sienta en sus piernas y se funden en un beso.
La oficina de Mario olía a traición.
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Mario y... Valentina
RomansaMario es un hombre muy atractivo e inmensamente rico pero sin sentimientos. Para él todo son sus negocios, dinero, dinero y más dinero... Hasta que conoció a la pequeña Valentina y sin saberlo le cambió la vida.